CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Los Jardines del Vaticano se han extendido y han añadido un pequeño huerto de árboles frutales a las laderas de sus montes, convirtiéndose en un refugio de varias especies amenazadas de árboles de frutas y nueces nativos de Italia.
Si todo va bien con el clima y la polinización, los ochos retoños nuevos sembrados detrás de la Basílica de San Pedro deben dar fruto en solo unos cuantos años. La esperanza es de una cosecha que incluya granadas que puedan pesar unas tres libras cada una y una fruta híbrida natural llamada “Susincocco” que podría ser traducido como “ciruecoque” —de masa roja oscura con la jugosidad de una ciruela y la sabrosura y la textura aterciopelada de un albaricoque, también se conoce como albaricoque negro o púrpura.
La asociación italiana de conservación de árboles, “Patriarchi della Natura“, hizo la donación como parte de su esfuerzo nacional de proteger la biodiversidad recolectando y propagando especies de árboles nativos que están amenazados o en peligro de extinción en sus ambientes naturales.
Sergio Guidi, presidente de la asociación, saludó al papa Francisco al final de su audiencia general del miércoles 18 de abril con un árbol en una maceta decorado con un lazo grande amarillo.
“El Huerto de Árboles Frutales del Papa” será un pequeño “banco genético de campo”, o una colección de especies de plantas vivas que necesitan protección, dijo la asociación en un comunicado de prensa.
Los árboles de frutas y nueces donados representan algunas de las especies más antiguas y robustas de Italia que son naturalmente resistentes al clima y a las plagas inclementes, lo que significa que no necesitan pesticidas ni otros químicos, dijo.
Los retoños incluyen:
- Un árbol de pera “San Juan” y un ciruelo “San Juan”, ambos llamados así porque sus frutos maduran cerca del 24 de junio, la fiesta de san Juan Bautista.
- El “susincocco”, alias el “albaricoque negro del papa”, que madura en julio.
- Una antigua especie del manzano de los Montes Apeninos y otro retoño de manzano “reproducido” del que había sido el manzano más antiguo de Italia y uno de los más antiguos de Europa; este creció en los Alpes del norte de Italia. Ambos dan fruto en septiembre.
- Un almendro “San Giovanni Rotondo” del pueblo donde san Pío de Pietrelcina vivió y murió. Dice la tradición que san Pío oró y bendijo desde su ventana los almendros del pueblo, cuyas hojas y flores habían sido devoradas por orugas. Aunque los árboles quedaron totalmente deshojados, dice la leyenda que estos produjeron milagrosamente la cosecha más abundante de ese otoño. Esta es la especie más grande de almendros en Italia y la circunferencia de su tronco puede llegar a 13 pies (cuatro metros).
- El “gigantesco granado Faenza”, que da frutos a fines de octubre.
- El higo “Natalino” de Basilicata —nombrado así porque su fruto madura cerca de la Navidad— es un injerto de uno de los higos vivos más grandes de Italia.
“Este modelo de jardín-huerto de árboles frutales que permite conservar genes de plantas muy antiguas debe ser visto como un ejemplo y debe ser reproducido también en otros países donde la biodiversidad está en riesgo de extinción”, dijo la asociación en su comunicado.
Según la red de conservación Global Trees Campaign, hay más de 10,000 especies de árboles en amenaza de extinción en todo el mundo.