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Veterana cuenta con oración y fe para reunirse con su esposo deportado

WASHINGTON (Por Mark Pattison/CNS)—. En su esfuerzo por traer a Marcos, su esposo mexicano deportado, de regreso a los Estados Unidos para vivir con ella y sus cuatro hijos, Elizabeth Pérez ha recurrido frecuentemente a la oración.

Ninguna otra cosa ha funcionado.

“Mi fe es lo único que me mantiene en marcha, porque creo que Dios tiene un plan para todos nosotros, y no siempre sabemos lo que es o el por qué”, dijo Pérez, una madre católica de 40 años. Ella pasó cinco años con la infantería de marina estadounidense y antes otros cinco en la Reserva del Ejército Nacional de Ohio.

“Sólo tengo que repetirme a mí misma que todo es parte de su plan, y de que hay una razón dijo Pérez”, que aparece en el nuevo documental “Marcos Doesn´t Live Here Anymore” (Marcos ya no vive aquí) que se transmitirá en las estaciones de PBS de todo el país de 9 a 11 p.m. este 15 de abril.

Marcos fue detenido en un semáforo en Cleveland en 2010. La policía determinó que no tenía los documentos necesarios para permitirle quedarse legalmente en los Estados Unidos. Además de esto, había sido arrestado por dos crímenes en California mucho antes de haber conocido a Elizabeth. Dos semanas después de la detención, fue deportado a su país de origen, México. En ese momento, Elizabeth estaba embarazada con su segundo hijo.

A Marcos se le otorgó un “impedimento permanente”, que significa que no podría aplicar para reingresar por 10 años — o hasta 2020, dentro de un año.

Pérez ha buscado ayuda de abogados de inmigración, un grupo de defensa llamado HOLA Ohio, y el Representante Jim Jordan, Republicano de Ohio, presidente del House Freedom Caucus, para buscar premisos especiales que concedan un regreso más temprano para Marcos, sabiendo que no hay garantía de que sea readmitido en el 2020.

En el documental, Pérez dice durante un momento, “No quiero que sean nueve años”.
“Lo sé”, le dijo a Catholic News Service durante una entrevista telefónica del 5 de abril desde Cleveland. “Cuando vi esa parte, pensé, ¡Dios mío”, han pasado nueve años … Ahora son de hecho nueve años”.

En una escena, Pérez va a un patio mariano en la iglesia de Santa Ana en Cleveland y dice antes de rezar el rosario, “Oh María, no sé cuánto más voy a poder soportar”. En otra escena, ella y docenas de miembros de HOLA Ohio se encuentran haciendo una marcha de 20 millas desde Mentor, Ohio, a la iglesia de San Casimiro en Cleveland. La historia de esta iglesia tiene un significado especial para Pérez.

“Creemos que aquí se dan milagros” le dijo Pérez a CNS sobre San Casimiro. “Cuando el obispo (Richard G.) Lennon vino a Cleveland y cerró muchas iglesias, ésta fue una de las que se cerraron. Mucha gente estaba dolida sobre esto y se celebró la Misa afuera todos los días durante tres años— con lluvia, nieve, y frío”.

“La iglesia de hecho volvió a abrirse, porque ellos lucharon por ello. Tuvo un significado muy grande, milagroso. Es una iglesia polaca. Hay un gran cuadro de Nuestra Señora de Czestochowa. Es el mismo que estaba fuera el día en que reabrieron. Fue significativo que hiciéramos la marcha hasta ahí. Fue como una peregrinación para pedir un milagro por medio de la Madonna polaca”.

A través de su esfuerzo de nueve años, Pérez ha llegado a algunas conclusiones sobre el sistema migratorio de los Estados Unidos.

El sistema no funciona para nadie “si no funciona para nosotros — sin olvidar, siendo veterana, americana y todas estas cosas — pero con todo el trabajo que hemos hecho, y toda la gente que ha sacrificado su tiempo y su energía para traerlo de regreso, ” dijo. “Ustedes vieron la resolución del Consejo de la Ciudad del Este de Cleveland (en el documental), pero también tenemos otras ciudades. East Cleveland. Toledo. Hicimos la marcha. Organizamos grupos para que se entrevistaran con oficiales electos, fuimos a D.C. hicimos una campaña de cartas —todo eso añadido al hecho de que somos quienes somos— eso tampoco funciona”.

Pérez añadió, “Yo tengo el privilegio de luchar por nuestra familia abiertamente”, sin temor a la deportación o a que le quiten los niños. ¿El problema? “Soy muy consciente de que esto no es solo un problema de papeles, como pensaba al principio. Y estoy más consciente de que es, en mi opinión, un problema racial. Creo que está motivado por el racismo”.

Marcos vive en la Ciudad de México donde es árbitro de fútbol (soccer), y gana un equivalente de $10 por partido. Pérez dice que los bajos niveles de salario en México “son una locura”. “La gente pregunta, ¿y por qué no consigue un trabajo en Wal-Mart? De hecho han preguntado esto. Esos tipos de trabajo simplemente no existen”.

Pérez visitó a su esposo una vez en México y quedó embarazada de su tercer hijo. Después de muchas conversaciones, toda la familia se trasladó al Estado de Yucatán en México, donde ella tuvo el cuarto hijo. Pero la tensión y otros problemas se convirtieron en una carga insoportable, así que regresaron a sus hogares respectivos y esperaron tener mejor fortuna en 2020.

Ha habido muchas conversaciones por Skype entre Cleveland y la Ciudad de México desde el principio pero, “el final de la película aún continúa. Todavía estamos en el mismo lugar”, dijo Pérez.