Entrevista al Padre Yousif Yono Ajim de la Orden Antoniana de San Ormisda de los Caldeos (O.A.O.C), actualmente en el monasterio de Irak – Nínive
El Padre Yousif es un joven sacerdote que conocí en Roma. Durante tres años fuimos compañeros de estudios. Es un hombre de oración, con pensamientos profundos, pero también con un gran sentido del humor y un corazón muy generoso. Nadie que hable con él podría deducir que estuvo en medio de la guerra o que experimentó en carne propia lo que significa poner en riesgo la vida por el simple hecho de ejercitar la fe.
Los años previos a su llegada a Roma estuvo a cargo de un hogar de niños huérfanos a causa de la guerra y la persecución religiosa. Tal y como San José, de quien toma su nombre religioso, tenía a su cargo proteger la vida de estos niños para que no caigan en manos de los nuevos Herodes.
Escuchar las experiencias del ‘Padre Giuseppe’, como nosotros lo llamábamos en Italia, era todo un examen de conciencia para quienes tenemos el privilegio de vivir nuestra fe con libertad y aún así, muchas veces buscamos vivimos en medio de excusas.
Terminados los estudios, el P. Yousif regresó a su Patria para ponerse de nuevo al servicio de su pueblo. Desde Irak, él ha aceptado darnos una entrevista telefónica para compartirnos la experiencia de recibir al Vicario de Cristo en su país.
- Sabemos, Padre, que usted estuvo aquí en Irak como sacerdote en el momento más crítico de la guerra y la persecución de los cristianos, ¿podría, por favor, explicarnos brevemente el contexto socio-político de su país?
Irak ha estado en las noticias mundiales desde hace varios años. Seguramente ustedes recuerdan, por ejemplo, la historia reciente de Saddam Hussein, que es ampliamente conocida, pero no se puede decir lo mismo de la historia milenaria de esos territorios y sociedades.
Irak no es, como muchos creen, un estado inventado por los británicos sobre los restos del Imperio Otomano al final de la Gran Guerra, sino una zona en la que han convivido diferentes sociedades dentro de una unidad administrativa y económica de larga duración: Desde la conquista árabe en el siglo VII hasta la fase de dominación mongola y turca en la Edad Media, pasando por los siglos otomanos, los años del mandato y la monarquía británica, la república y la dictadura de Hussein, para terminar con la intervención estadounidense en 2003.
Antes de 1980 el pueblo iraquí llevaba una vida normal, pero después de 1980 Irak, dirigido por el presidente Saddam Hussein, invadió el territorio iraní. Los motivos fueron las antiguas disputas fronterizas sobre el Shatt al Arab, el delta del río, y el deseo de impedir la expansión de la revolución islámica iraní. La guerra entre Irán e Irak es larga y sangrienta. Se extiende por ocho años, hasta 1988.
Los países occidentales encuentran en Irak el aliado que puede contrarrestar la potencial amenaza iraní. Una larga guerra “olvidada” a nivel de la opinión pública occidental, pero deliberadamente prolongada al armar clandestinamente a ambos contendientes para evitar el surgimiento de una potencia regional que pudiera asumir un papel hegemónico. Una guerra que se libra, por un lado, utilizando la exaltación fanática e idealista de los ‘pasdaran’, los “mártires” de la revolución, estudiantes cada vez más jóvenes, incluso niños, lanzados contra los tanques iraquíes, y por otro, utilizando a miles de kurdos como carne de cañón. Una guerra que alternó acciones terrestres con bombardeos —también de misiles— sobre las ciudades, pero que se hizo conocida en Occidente casi sólo por los ataques a los petroleros y a la navegación en el Golfo. Una guerra librada mediante el uso de millones de minas antipersona y también recurriendo a grandes cantidades de armas químicas por parte de los iraquíes no sólo contra el ejército iraní, sino también contra su propia población.
El 2 de agosto de 1990, Irak invadió Kuwait. La razón principal fue la disputa sobre los pozos de petróleo en la frontera entre ambos países. Debido a esta invasión, el Consejo de Seguridad de la ONU impuso un embargo total a las importaciones y exportaciones iraquíes. En 2003, Estados Unidos y una coalición de aliados invadieron Irak con el pretexto de que Saddam Hussein producía armas de destrucción masiva y prestaba apoyo a Al Qaeda, acusaciones que luego resultaron infundadas.
Las fuerzas estadounidenses derrocaron al Partido Baaz, disolvieron el ejército iraquí y establecieron una ocupación militar dirigida por la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA). Saddam Hussein fue capturado en diciembre de 2003, posteriormente juzgado, condenado a muerte y ejecutado. La CPA supervisó el traspaso de poder a la Autoridad Provisional Iraquí en 2004 y luego al gobierno iraquí tras la ratificación de una nueva Constitución y la celebración de elecciones en 2005. Pero aún queda mucho camino por recorrer para hablar de una mejora sustancial de la realidad iraquí, la situación empezará a mejorar realmente cuando el gobierno piense en el pueblo y haya justicia entre los diferentes grupos étnicos, sociales y religiosos.
- ¿Cuál es la repercusión que toda esta situación tiene en los creyentes católicos?
Después de 2003 apareció el fenómeno del terrorismo en Irak y la persecución de los cristianos y otras minorías, especialmente recuerdo el 10 de junio de 2014, cuando el ISIS tomó el control de la ciudad de Mosul y la llanura de Nínive desplazando y asesinando a cientos de familias de minorías, particularmente cristianos.
Pienso que el mundo actual está siendo testigo de una violencia generalizada provocada por los extremismos religiosos o ideológicos y el terrorismo, como no se vio antes, ni en el modo de las operaciones terroristas ni en la capacidad de los grupos extremistas para atraer y reclutar más combatientes y militantes a través de una incomprensión de la religión. Estos grupos terroristas perpetran deliberadamente estos actos criminales en nombre de Dios, como justificación para salvar al mundo del mal, ellos consideran el mundo dividido en dos partes irreconciliables: De un lado están las fuerzas del bien que ellos representan desde su punto de vista, y del otro está el mal que tiene que ser juzgado y eliminado por “orden de Dios”.
Dije “incomprensión de la religión,” porque la religión siempre debe estar de parte de la paz, no es la religión una parte del problema de la violencia y el extremismo, creo que el concepto equivocado de la religión bajo motivaciones ilícitas de algunos individuos es lo que hace que la violencia sea su elección inevitable. Dios es amor. Dios quiere el bien del hombre. A Dios no le gustan las guerras. No le gusta matar a la gente, y menos por motivos egoístas.
- Padre Yousif, ¿puede hablarnos de la vida actual en Irak? Especialmente de las minorías cristianas.
El derrocamiento del régimen del Partido Baaz dirigido por Estados Unidos ha creado un vacío de seguridad, provocando la proliferación de grupos rebeldes armados y el estallido de la violencia sectaria. Estados Unidos también ha cometido crímenes de guerra y violaciones de los derechos humanos en Irak, entre los que destacan la tortura sistemática y el maltrato a los prisioneros. La presencia militar estadounidense en Irak terminó formalmente en diciembre de 2011, cuando las últimas tropas estadounidenses se retiraron del país.
Tras la retirada de Estados Unidos, la situación en el país siguió siendo inestable. En 2012, los suníes organizaron protestas a gran escala debido a que se consideraban marginados por el gobierno dirigido por Nouri Al-Maliki. Las protestas fueron respondidas con una violenta represión. En este contexto, el Estado Islámico de Irak y al-Sham (ISIS), un vástago de Al Qaeda en Irak, se alzó con protagonismo, envalentonado por los avances que había conseguido en la vecina Siria.
En enero de 2014, el ISIS se hizo con el control de las ciudades de mayoría suní de Ramadi y Faluya, en la gobernación de Anbar. El 10 de junio de 2014, la segunda ciudad más grande de Irak, Mosul, cayó bajo el control del ISIS cuando las fuerzas de seguridad iraquíes colapsaron. Y a finales de 2014, el ISIS controlaba alrededor de un tercio del territorio iraquí.
Las minorías iraquíes han sido objeto de constantes ataques a lo largo de los años, especialmente los cristianos y los yazidíes, pero con el despiadado avance del ISIS el mundo fue testigo de hechos sin precedentes.
Desde junio de 2014, muchos miles de personas pertenecientes a minorías han sido asesinadas, mutiladas o secuestradas, entre ellas un número indeterminado de mujeres y niñas obligadas a contraer matrimonio o a la esclavitud sexual. El ISIS ha cometido crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y el crimen de genocidio, incluyendo ejecuciones sumarias, asesinatos, mutilaciones, violaciones, violencia sexual, torturas, tratos crueles, utilización y reclutamiento de niños y otros ataques a la dignidad de la persona. También han destruido bienes culturales y religiosos que datan de siglos atrás, y se han saqueado sistemáticamente propiedades y bienes privados. Parecen formar parte de un intento consciente de erradicar la diversidad étnica y religiosa de Irak. Como resultado, los cristianos están tratando de abandonar el país de forma permanente en lugar de regresar a sus comunidades.
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La situación de las minorías iraquíes es precaria, especialmente la de los cristianos, que viven en Bagdad y Mosul y en la llanura de Nínive, así como en los territorios en disputa entre la región kurda y el gobierno federal. Más de la mitad de las minorías étnicas y religiosas de Irak han comenzado su huida del país desde 2003, y las que permanecen en aquí, corren el riesgo de sufrir violencia selectiva, detenciones arbitrarias, tortura, acoso, intimidación, desplazamiento, privación política y marginación social y económica. Por ejemplo, la comunidad cristiana de Irak contaba con unos 1,4 millones de personas, o incluso más, en la década del ‘90. En la actualidad, los líderes cristianos cifran el tamaño de su comunidad en cerca de 250.000 personas.
Esta perspectiva tiene su origen tanto en un sentimiento de desesperación ante la perspectiva del retorno como en la frustración por el continuo deterioro de las condiciones humanas para vivir. Existe una falta de confianza en que el gobierno proporcionará el apoyo necesario para facilitar los retornos, localizar a las personas desaparecidas y garantizar la devolución de los bienes saqueados.
Este sentimiento generalizado fue muy bien definido por el Obispo Dawood Sharaf: “es un sentimiento de que ya no somos bienvenidos en nuestra propia casa”.
- ¿Cómo recibieron la noticia de la visita del Papa? ¿Fue una sorpresa o era algo esperado?
De hecho, la idea de un viaje a Irak del Papa Francisco no es nueva, sin embargo, era un proyecto que siempre se venía postergando porque tanto desde el punto de vista político como de seguridad no parecía posible.
El Papa Francisco expresó claramente su deseo de viajar a Irak, la tierra de Abraham, una idea que ya tenía en su cabeza desde principios de 2018. Oficialmente fue afirmado por él el 10 de junio de 2019, durante la audiencia a los participantes de la Reunión de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (Roaco) cuando dijo ” Pienso constantemente en Irak —adonde quiero ir el año que viene— con la esperanza de que pueda afrontar el futuro mediante la búsqueda pacífica y compartida del bien común por parte de todos los elementos de la sociedad, incluidos los religiosos, y no volver a caer en las hostilidades provocadas por los conflictos latentes de las potencias regionales.”
Esta visita es de tal importancia que el Papa emprende el viaje a pesar de los peligros de la Pandemia del COVID-19 para llegar a Erbil, la capital de la región autónoma del Kurdistán iraquí, la patria de los refugiados, la patria de los que han huido de las guerras del terror yihadista. Irá a Mosul, a Qaraqosh, a la llanura bíblica de Nínive, y luego enviará su mensaje desde la llanura de Ur, ligada a la memoria de Abraham, padre en la fe para judíos, cristianos y musulmanes. Son las etapas de un viaje emblemático y profético en la bisagra de Oriente Medio, largamente pensado para superar “los males y las sombras de un mundo cerrado” y dar seguimiento tangible a la encíclica “Fratelli Tutti.” Así, desde las sombras de estos tiempos difíciles se abran otras perspectivas, desde esta región clave florezca el redescubrimiento de un destino común que pueda diluir los contrastes para construir confianza, paz, estabilidad y la esperanza real de un nuevo comienzo.
Es muy importante esta visita del Papa dada “la trágica e injusta experiencia de violencia y terrorismo contra los cristianos y otras minorías” que tantos hemos tenido que soportar. Por eso no puede ser un evento aislado, sino que esta visita tiene que marcar un antes y un después y preservarse en la historia, para poder sanar y revertir la situación de la comunidad cristiana dada la huida masiva de cristianos que, en 2003, año del conflicto que llevó a la caída de Saddam Hussein, eran casi un millón y medio, mientras que hoy se reducen a apenas unos 250.000.
- Qué cambios espera en las condiciones de vida de Irak después de esta visita, ¿cuáles son sus esperanzas e ilusiones?
Primero hace falta buena voluntad por parte de los políticos, espero que haya voluntad política de cambiar. Si no hay eso, no habrá paz.
Las armas deben quedar en manos del gobierno y no de los partidos políticos y los grupos paramilitares.
La visita del Papa Francisco, es un “acontecimiento muy importante para nosotros los cristianos”, porque esperamos escucharle decir con la fuerza de nuestros mártires: ¡Basta, basta de guerras, basta de violencia, busquen la paz y la fraternidad y protejan la dignidad humana!
En mi opinión, el Pontífice traerá dos cosas en particular: “Consuelo y esperanza, que hasta ahora nos han sido negados”. Y más allá, en mi opinión, este viaje apostólico puede expresarse en tres palabras: Esperanza, fraternidad y convivencia civil entre los pueblos de Irak.
Estoy muy esperanzando, y voy a tener la gracia de participar en la Divina Liturgia que celebrará el Papa en el estadio de la ciudad de Erbil, y estoy siguiendo el evento a través de los canales por satélite (locales e internacionales). Lo importante es participar en las oraciones que el Papa recitará en todas las ciudades que visitará en Irak por el bien de la paz. Todos debemos unirnos con el Papa para rezar.
- Gracias, querido Padre, por su disponibilidad a responder nuestra entrevista y transmitirnos la emoción y la alegría por esta visita en medio de un tiempo que resulta complicado para todos. Le pedimos finalmente que pueda dirigirnos un mensaje final para quienes desde la distancia vamos a seguir paso a paso este evento de Gracia que ustedes están viviendo.
La llegada del Papa Francisco a Irak es muy esperada. En los últimos días, los cristianos y otros iraquíes están todos contentos porque saben bien lo importante que es este acontecimiento para el bien de Irak y de su pueblo.
Debemos dar testimonio de que la fe no es un elemento de conflicto, sino de coexistencia armoniosa. La guerra y la violencia no resuelven los problemas. El camino a seguir debe ser siempre el del diálogo. Puedo decir que esta visita del Papa Francisco no resuelve todos los problemas, pero puede ser un comienzo. El Santo Padre viene para expresar su solidaridad y estar con los iraquíes, no nos ha olvidado. El Papa Francisco llevará mensajes de amor, fraternidad, reconciliación, tolerancia, paz, respeto a la vida y nos invitará a la tolerancia étnica. Invito a todos a rezar por el Papa y por el éxito de esta visita por el bien del país y del pueblo iraquí que tanto sufrimiento tuvo que pasar. Gracias