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Viviendas asequibles son un derecho primordial

Algunas personas, hoy en día, dicen que Brooklyn es uno de los lugares más ‘cool’ en el estado de Nueva York y bajo esa idea muchos podrían pensar que está de moda trabajar, estudiar, visitar y vivir en una ciudad de tanta diversidad cultural.

Con todos los lujos de esta nueva morada hay una realidad que afecta a cada uno de nosotros directa o indirectamente ya sea un amigo, familiar o conocido. Y es que el reto de conseguir y lograr mantenerse en una vivienda a costos asequibles, que brinde seguridad y que cubra las necesidades básicas para nuevas familias y personas con diferentes niveles de ingresos económicos, se ha vuelto una meta cada vez más difícil de alcanzar.

Hoy nuestra ciudad se está desarrollando con la expansión de negocios e infraestructura, avances que muestran un futuro positivo pero que al mismo tiempo tienen un costo.  Desafortunadamente hemos escuchado de vecinos que han tomado la decisión de mudarse por la falta de viviendas económicas, por el aumento del costo de renta o por situaciones más graves como acosos por parte de los propietarios para que desalojen sus inmuebles.

El pasado jueves 16 de julio se llevó a cabo una reunión en la Iglesia Todos los Santos en Williamsburg, donde Eric L. Adams, presidente de la ciudad de Brooklyn, junto al abogado Norman Siegel encabezaron una audiencia que abordó el tema del acoso a inquilinos en el condado.  La meta, según Adams y Siegel era “escuchar a la gente, analizar sus testimonios e investigar si existen similitudes entre los propietarios”.  El resultado de este proceso de análisis será referido al Tenant Harassment Prevention Task Force en caso de encontrar que los propietarios han incurrido en acciones criminales como limitar o desconectar los servicios públicos, amenazar o intimidar a sus inquilinos, quitar la calefacción y/o los sistemas de ventilación.

Durante la segunda de tres reuniones municipales, miembros de la comunidad valientemente compartieron sus testimonios e hicieron públicas algunas injusticias. Escuché sobre propietarios que han emprendido acciones discriminatorias contra sus inquilinos, que contrataron individuos para acosarlos, que destruyeron su propiedad y que crearon falsas acusaciones frente a la policía.

Uno de los testimonios más impactantes para mí fue el de un señor de avanzada edad cuyo arrendador quería ofrecerle cierta cantidad de dinero para que desalojara y así poder renovar el edificio y crear apartamentos lujosos.  El señor era el último residente y contaba con bajos ingresos.  Sin suficiente dinero para encontrar otra vivienda decidió quedarse. Después de unas semanas en el hospital debido a una cirugía, regresó a su casa y encontró su apartamento destruido, vandalizado e incluso había excremento sobre su cama, una indiscutible y clara muestra de acoso.

Estas acciones por parte de algunos propietarios son una realidad para muchas personas en la ciudad y desafortunadamente afectan a los más pobres y marginados de nuestra comunidad, quienes no denuncian ante las autoridades por el desconocimiento del idioma o de sus derechos como inquilinos.

El derecho de equidad en materia de vivienda para los inquilinos existe y es una realidad en nuestra ciudad. Uno nunca debe aceptar discriminación por motivos económicos, nacionalidad, religión, estatus migratorio, etc. Tampoco tienen que aceptar malas condiciones en sus hogares.

Para obispos católicos de Estados Unidos,  es un derecho humano tener una vivienda “decente, segura y asequible.  La enseñanza católica apoya el derecho a la propiedad privada, pero reconoce que las comunidades y el gobierno tienen la obligación de garantizar que las necesidades de vivienda de todos sean atendidas, especialmente de las personas pobres o en situación de vulnerabilidad incluyendo a sus familias. En un momento donde la falta de viviendas es un factor creciente y los salarios de muchos trabajadores están estancados mientras que el costo de vida sube, es importante garantizar la seguridad de la vivienda”.

En la ciudad de Brooklyn, legisladores locales están trabajando con organizaciones comunitarias para combatir estas injusticias. De esta coalición que se está formando hacen parte instituciones como Association for Neighborhood Housing and Development, Brooklyn Neighborhood Improvement Association, Brooklyn Legal Services Corporation A, Carroll Gardens Association, Inc., Fifth Avenue Committee, Flatbush Development Corporation, Comunidad de Los Sures, Midwood Development Corporation, Neighborhood Housing Services of Bedford-Stuyvesant, Neighbors Helps Neighbors, St. Nick’s Alliance, Tenants & Neighbors y el Urban Justice Center.

La diócesis de Brooklyn también presta estos servicios de manera gratuita e independiente a los esfuerzos gubernamentales por medio de Servicios Católicos de Migración, porque como bien lo dicen los obispos del país, una vivienda decente, segura y asequible es un derecho humano.