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Conozca cómo se preparan las hostias de consagrar

Si alguna vez se ha preguntado de qué están hechas las hostias de la comunión, sepa que usted no es el único con dicha inquietud. Lo primero que debe saber es que existen máquinas especiales para hacer hostias, las cuales varían de tamaño y complejidad según su capacidad de producción.

Existen algunas comunidades religiosas que preparan de manera artesanal sus hostias para luego de su consagración en el altar, repartirlas en las celebraciones eucarísticas; sin embargo, hay empresas que distribuyen productos para iglesias y que fabrican a gran escala esta clase de suministros y otros elementos.

Hablemos ahora de los ingredientes. Pues bien, la hostia proviene de pan ácimo, es decir harina de diferentes cereales (trigo, cebada, maíz) sin levadura y agua. La masa resultante es extendida y puesta entre dos planchas que mantienen una temperatura de 170ºC. De esta forma, el agua de la mezcla se evapora y permite que las láminas sean secas y crujientes, las cuales después serán apiladas y humedecidas con agua.

Posteriormente, una corta masa le da la forma y finalmente el proceso termina luego de que las hostias permanecen al aire libre 5 o 6 días antes de ser empacadas. Luego de la fase de empaque, las hostias no vuelven a ser tocadas directamente por manos humanas solo hasta que llega a las parroquias.

Algunas hostias son de gran tamaño y son  partidas por el sacerdote antes de darla a  los feligreses.
Algunas hostias son de gran tamaño y son partidas por el sacerdote antes de darla a los feligreses.

Hay hostias de diferentes tamaños como 1 1/8″, 1 3/8″, 1 1/2″ y otras más grandes como la de 2 3/4″ y 5 3/4″, las cuales son partidas por el sacerdote para ofrecerlas a los feligreses durante en el rito de la comunión. Además de la diferencia de tamaño, también las hostias tienen diferente grosor y hasta diseños como corderos y cruces. Como mencionaba anteriormente, las hostias de consagrar pueden estar hechas de una o más harinas mezcladas, sin embargo, también se producen de una sola de ellas como es el caso de las hostias a base de harina de trigo regular, de harina de trigo integral y hasta las libres de gluten.

El trato que se da a las hostias luego de consagradas en el altar por el sacerdote es sumamente cuidadoso ya que hablamos del cuerpo de Cristo. Las hostias son dadas a los feligreses que comulgan en un momento sublime, donde se evita que algún pedazo caiga al piso, por lo cual los monaguillos acercan el platillo para ser depositados allí. Hay quienes, al recibir la comunión, la reciben en la mano, sin embargo, el hecho de darla directamente a la boca de los feligreses está a discreción de los sacerdotes dependiendo de si existe o no el riesgo de profanación, ante lo cual el sacerdote y sus colaboradores constatan que de entregar las hostias en la mano cada feligrés la ponga inmediatamente en su boca. Esta es una práctica que se generalizó luego de la proliferación de virus como el H1N1, sin embargo, la Iglesia Católica insta a sus feligreses a recibir la comunión de manos del sacerdote, para mantener la solemnidad del sacramento de la comunión.

Quisimos concluir este artículo con información que nos permitiera determinar cuántas hostias se consumen en promedio al mes en una parroquia, sin embargo, no existe siquiera un promedio. Según Monseñor Perfecto Vázquez, el número de hostias ofrecidas en la comunión no es fácil de establecer ya que eso varía de parroquia a parroquia, teniendo en cuenta la cantidad de misas que se ofician. Adicionalmente, el tamaño de las iglesias también influye, ya que no es lo mismo hablar de una parroquia que de una catedral en términos de ocupación.

Fotos: lostiempos.com