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BROOKLYN, Nueva York—. La Diócesis de Brooklyn y Queens reveló este viernes 15 de febrero por la tarde los nombres de miembros del clero diocesano acusados de abuso sexual contra menores de edad.
En total, aparecen 108 nombres enumerados en dos categorías: 67 clérigos que han sido acusados de manera creíble y 41 clérigos que murieron o renunciaron antes de un hallazgo de credibilidad. Los acusados representan menos del cinco por ciento del clero diocesano. Alrededor de dos tercios de los acusados, o el 60 por ciento, han fallecido.
“Sabemos que esta lista generará muchas emociones para las víctimas que han sufrido terriblemente. Por su sufrimiento, lo siento mucho “, explica Mons. Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn, en un video que acompaña el comunicado de prensa diocesano y que fue publicado en la página especial sobre las iniciativas contra el abuso sexual en el sitio web diocesano.
“Me he reunido con muchas víctimas que me han dicho que, más que nada, quieren un reconocimiento de lo que se les hizo. Esta lista da ese reconocimiento y espero que sea otro paso de curación en el proceso hacia su recuperación total”, dice Mons. DiMarzio.
Un obispo auxiliar, dos diáconos y 105 sacerdotes están incluidos en la lista, que abarca los 166 años de historia de la diócesis. Los detalles incluyen el nombre de cada miembro del clero, la fecha de su ordenación, las asignaciones ministeriales, el estado actual y si falleció, la fecha de su muerte.
Otras diócesis católicas del país han estado tomando medidas similares para divulgar los nombres de clérigos acusados de abuso sexual contra un menor. A principios de esta semana, cinco diócesis en Nueva Jersey publicaron conjuntamente 188 nombres.
Mons. DiMarzio se comprometió a dar a conocer los nombres de los acusados creíbles en las reuniones regionales celebradas con los fieles laicos el año pasado. En esas reuniones, la diócesis describió su política de tolerancia cero con respecto al abuso sexual de un menor, en el cual cualquier miembro del clero acusado de manera creíble es removido permanentemente del ministerio.
Para ayudar a los sobrevivientes, la Oficina Diocesana de Asistencia a las Víctimas ofrece asesoramiento, referencias, grupos de apoyo y una misa anual con el Obispo DiMarzio.
“Quiero que la gente sepa que todo estará bien, debemos seguir comunicando que existe ayuda disponible”, dijo Anthony Hughes, un sobreviviente de abuso sexual infantil clerical, quien es miembro del Comité diocesano de asesores para Sobrevivientes.
Según su testimonio, la Oficina diocesana de asistencia a las víctimas está “siempre a su disposición cuando los tiempos son realmente difíciles. Nunca me han dado la espalda en los últimos años. Han estado allí, sin importar a qué hora del día.
Jasmine Salazar, vicecanciller diocesana y coordinadora de asistencia a las víctimas, atiende personalmente a todas las víctimas.
“Les ofrezco una disculpa honesta en algún momento durante la conversación por lo que han tenido que soportar. También escucho cualesquiera que sean sus necesidades”, dice la Vicecanciller. “Les informo, además, sobre los servicios que brindamos a través del ministerio de la Oficina de Asistencia a las Víctimas, y básicamente a partir de ese momento saben que tienen mi puerta abierta”.
Los gráficos que acompañan a la lista de nombres muestran que la mayoría de los casos reportados en Brooklyn y Queens involucraron a sacerdotes ordenados entre 1930 y 1979, y los incidentes de abuso llegaron a su punto máximo en los años sesenta y setenta.
Sin embargo, la mayoría de las acusaciones se hicieron solo después de que los obispos de los Estados Unidos establecieron la Carta para la Protección de los Niños y los Jóvenes en 2002. Desde entonces, solo se han recibido dos acusaciones creíbles de sacerdotes en ministerio activo.
En 2017 se produjo otro aumento en las denuncias cuando la diócesis abrió su Programa de Reconciliación y Compensación Independiente (IRCP), administrado de manera imparcial por Kenneth Feinberg and Associates, como un medio de recuperación y para ayudar a cerrar el riesgo a los sobrevivientes de abuso sexual del clero.
Aunque el programa está llegando a su fin, Mons. DiMarzio asegura que la diócesis está comprometida a continuar ayudando a las víctimas de abuso y llevará a cabo “un programa de compensación privado para aquellos que deseen participar”.
En 2004, el obispo DiMarzio estableció una línea telefónica de información independiente 888-634-4499 para dar a las víctimas una forma de presentarse confidencialmente. Cualquier informe de denuncias se comparte de inmediato con los fiscales de distrito en Brooklyn y Queens.
En la lista recién publicada se incluyen todos los clérigos diocesanos de quienes se recibieron acusaciones en la diócesis o a través del IRCP, a menos que las acusaciones no estuvieran justificadas o se encuentren actuamente en proceso de investigación.
“Esta es la primera vez que publicamos una lista completa de los sacerdotes con acusaciones creíbles”, explicó Mons. Anthony Hernández, canciller de la Diócesis de Brooklyn a The Tablet cuando los nombres fueron publicados.
“Necesitamos actuar de manera consistente y vigorosa para proteger a los más vulnerables en nuestra sociedad, y especialmente en nuestra iglesia. El énfasis y el compromiso de la diócesis en este asunto es completo y consideramos que es una de nuestras mayores responsabilidades”, dijo
“Por el bien de los fieles”.
“Es por el bien de los fieles. Es para el bienestar de la iglesia”, añadió Mons. Hernández. “Es difícil pero es necesario si queremos garantizar un futuro vibrante y saludable”.
Dos sacerdotes contra los cuales se han hecho denuncias que se enumeraron por separado fueron el padre Edward Offenheiser, ahora fallecido, y Mons. Otto García, pastor de la parroquia de Santa Juana de Arco, en Jackson Heights. Las acusaciones contra ambos sacerdotes se declararon sin fundamento. Al reclamante en el caso del padre Offenheiser se le permitió participar en el IRCP, mientras que la reclamación en contra de Mons. García fue negada.
Según un descargo de responsabilidad publicado con los nombres, la lista se basa en informes y denuncias de las propias víctimas o sus familias. El descargo de responsabilidad establece que, “basado en la evidencia disponible en la Diócesis, las acusaciones contra las personas expuestas se consideraron creíbles a menos que se indique lo contrario. Por ‘creíble’ los funcionarios diocesanos entendien aquellas acusaciones con evidencia sustancial par ser consideradas ciertas”.
Además, el descargo de responsabilidad señala que la inclusión de un nombre no revela ni implica que el sacerdote acusado sea culpable del delito o responsable de reclamaciones civiles. Las alegaciones son “solo cargos” hasta o a menos que puedan probarse legalmente.
La divulgación de nombres se produce un día después de que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, promulgara la Ley de víctimas infantiles, que extiende el tiempo permitido para que las víctimas de abuso sexual durante la infancia presenten demandas civiles contra sus abusadores.
Previamente, los delitos de abuso sexual infantil no podían ser procesados pasados cinco años desde su ocurrencia y las demandas civiles debían presentarse dentro de los tres años posteriores al cumpleaños número 18 de la víctima.
La Ley de víctimas infantiles abre un período de un año para que los sobrevivientes presenten demandas contra instituciones públicas y privadas —dentro de las que se incluyen escuelas públicas, centros reformatorios de menores, dependencias gubernamentales, organizaciones y clubes infantiles—, así como contra individuos, en los casos en que el estatuto de limitaciones haya caducado. También permite a los sobrevivientes de abuso sexual infantil iniciar una demanda civil en cualquier momento antes de cumplir 55 años.
Las diócesis católicas en Nueva York inicialmente se opusieron al proyecto de ley, ya que estaba dirigido únicamente a la Iglesia Católica. Después de que se enmendó la ley para incluir al resto de las instituciones públicas y privadas d0nde es aún mayor la ocurrencia de este delito y la impunidad para sus perpetradores, los obispos del estado, incluido Mons. DiMarzio, dieron su apoyo.
“Espero que la publicación de esta lista brinde asistencia a aquellos que continúan con el difícil proceso de curación, y que aliente a otras víctimas a presentarse”, dijo el obispo DiMarzio en una carta abierta cuando se dieron a conocer los nombres.