ROMA—. El Papa se ha reunido con los líderes de las principales petroleras del mundo.
Durante unas horas se sentaron en la Casina de Pío IV, en los Jardines Vaticanos, los dirigentes de empresas como Shell, Chevron, ExxonMobil y BP, intercambiando impresiones sobre la transición energética del planeta.
Se trata de reducir las emisiones contaminantes para detener el cambio climático, sin perjudicar el crecimiento de países en vías de desarrollo ni el empleo en esta industria.
“La actual crisis ecológica, especialmente el cambio climático, amenaza el futuro mismo de la familia humana, y no estoy exagerando”, dijo en un momento de su intervención el Papa.
El pontífice recordó que si no se aplica el Acuerdo de París, la temperatura aumentará 1,5º C en diez años, y tendrá efectos catastróficos sobre el clima.
“Al mismo tiempo, las generaciones futuras están a punto de heredar un mundo en ruinas. Pido disculpas, pero me gustaría subrayar esto. Ellos, nuestros hijos y nietos, no es justo que paguen el coste de nuestra irresponsabilidad”, subrayó.
El Papa les pidió que no esperaran a que otros tomen la iniciativa, ni den prioridad a los beneficios económicos a corto plazo.
Se trata del segundo encuentro del Papa con las compañías petrolíferas, y el tono era cordial. De hecho, concluyó con una foto de familia.