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ROMA (Crux)—. Mons. Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn, ha sido designado por el Vaticano para llevar a cabo una investigación sobre la problemática diócesis de Buffalo en Nueva York, donde el obispo Richard Malone enfrenta acusaciones de encubrir abusos sexuales por parte de sacerdotes.
La diócesis de Brooklyn anunció esta decisión, respondiendo a la solicitud de la embajada papal en los Estados Unidos.
Mons. Malone ha estado bajo constante presión durante más de un año, rechazando las solicitudes de su renuncia. Una encuesta reciente de Buffalo News afirma que el 86 por ciento de los residentes de la diócesis desean que abandone su puesto, e incluso el “Movimiento para Restaurar la Confianza”, el principal grupo de reforma laica en la diócesis, a pesar de haberse comprometido previamente a trabajar con Mons. Malone para implementar reformas le ha retirado su apoyo.
Sin embargo, a mediados de septiembre Mons. Malone declaró que estaría “totalmente dispuesto” a una revisión del Vaticano para “exponer toda la verdad”.
El ex secretario de Mons. Malone filtró cientos de páginas de registros diocesanos alegando que el obispo había permitido que sacerdotes acusados permanecieran en sus ministerios y que se había involucrado activamente en el encubrimiento de abusos. El sacerdote secretario de Malone, el padre Ryszard Biernat, también filtró grabaciones secretas en las que Malone expresó su preocupación de que uno de esos escándalos podría obligarlo a renunciar.
El propio p. Biernat enfrenta acusaciones de que mantuvo una relación de larga duración con Matthew Bojanowski, un ex seminarista diocesano. A pesar de la publicación de la correspondencia entre Biernat y Bojanowki, que parece de naturaleza romántica, Mons. Malone ha dicho que no existen motivos para no creer que la relación haya sido platónica.
En una entrevista reciente con una estación local de Buffalo, Mons. Malone reveló que la diócesis actualmente enfrenta 138 demandas por abuso sexual desde que entró en vigor la ventana de reclamaciones “retroactivas” en el estado de Nueva York el pasado mes de agosto. También dijo que sus asesores estiman que se presentarán un total de 250-275 demandas, y que la diócesis está en “discernimiento muy serio” sobre si se declarará en bancarrota.
Mons. DiMarzio, quien presentó su renuncia al episcopado de Brooklyn al Papa Francisco al cumplir los 75 años el pasado mes de junio como es regulatorio, emitió un comunicado el jueves sobre el nombramiento.
“Este es un período difícil en la vida de la Iglesia en Buffalo”, dijo Mons. DiMarzio en el comunicado. “Prometo que mantendré una mente abierta durante todo el proceso y haré todo lo posible para conocer los hechos y obtener una comprensión profunda de la situación para cumplir con el mandato de esta Visita Apostólica”.
“Nuestro Santo Padre tiene una gran devoción a Nuestra Señora Desatadora de Nudos”, continúa el comunicado. “Ruego por la intercesión de la Santísima Madre, que me permita ser un instrumento para descubrir y exponer la verdad de forma tal que se haga justicia y se experimente la misericordia de Dios”.
Nacido en Newark, Nueva Jersey, en 1944, Mons. Nicholas DiMarzio es hijo de inmigrantes italianos, y ha sido un activo defensor de los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos. También ha sido uno de los primeros en establecer medidas para resolver el escándalo de abuso sexual, desde fines de la década de 1990, cuando fue nombrado obispo de Camden, Nueva Jersey, donde estableció una línea externa para permitir que las presuntas víctimas denunciaran el abuso directamente al Fiscal de Distrito local, evitando cualquier participación de la iglesia.
Desde 2002, la diócesis de Brooklyn ha compartido todos sus archivos y acusaciones contra sacerdotes con los fiscales de distrito de Brooklyn y Queens. En 2004, Mons. DiMarzio estableció una línea telefónica directa para que cualquier persona denunciara caso de abuso sexual.
En 2009, realizó una presentación de rendición de cuentas a los fieles de la Diócesis de Brooklyn sobre los escándalos de abuso, describiendo los esfuerzos locales que estaba llevando a cabo en términos de investigación y denuncia de abuso, así como responsabilidad, reconciliación, prevención y asistencia a las víctimas. También celebra una misa anual para la curación que planean los sobrevivientes.
En febrero pasado, Mons. DiMarzio autorizó la publicación de los nombres de 108 sacerdotes de Brooklyn contras los cuales existen acusaciones creíbles de abuso infantil durante los 166 años de historia de la diócesis. La mayor parte de los casos involucraban a sacerdotes ordenados entre 1930 y 1979, y la diócesis dijo en ese momento que solo habían dos casos desde que la iglesia de los Estados Unidos promulgó reformas en 2002.
Mons. DiMarzio explicó en ese momento que esta decisión de debía a que esperaba que exponiendo públicamente los nombres estaba proporcionando otra capa de curación para las víctimas “en su viaje hacia la recuperación de su integridad”.
En una entrevista a fines de septiembre con Crux, Mons. DiMarzio dijo que sus conversaciones con sobrevivientes de abuso a lo largo de los años han sido “devastadoras”.
“Estas son experiencias traumáticas que realmente cambian la vida de las personas”, dijo. “Yo diría que el 95 por ciento de los casos son reales, no son falsos. Empecé a ver que estaba claro que la gente no mentía. Eso es, esto es lo que sucedió”.
“La reconciliación no es solo poner dinero en el bolsillo de alguien”, dijo DiMarzio. “Es también recibir disculpas en nombre de la Iglesia de alguien con autoridad”.