En una nueva edición de la tradicional Audiencia General de los miércoles, el Santo Padre abordó la tercera de las bienaventuranzas presentadas por Mateo en el Sermón del Monte: Bienaventurados los mansos, porque heredarán la tierra.
La mansedumbre en la biblia
El Papa señaló que el término mansedumbre se usa como sinónimo de dulzura y gentileza y que se prueba especialmente en los momentos de conflicto, donde normalmente la gente reacciona con violencia. También nos recordó como los Apóstoles Pedro y Pablo habían invitado a imitar la “mansedumbre de Cristo” (2Cor 10,1) que no respondió y no amenazó, porque “se confió al que juzga con justicia” ( 1 Pe 2,23).
Un segundo significado de manso era el de “desposeído” que “no es propietario de tierra”, por eso la bienaventuranza encierra una paradoja: Los desposeídos, heredarán la tierra.
Los mansos y desposeídos
Los dos sentidos de la palabra “mansos” en la biblia están íntimamente relacionados, puesto que, como indica el Papa, ” la posesión de tierras es el área típica de conflicto: a menudo se lucha por un territorio, para obtener hegemonía sobre un área determinada.”
En este contexto, el manso “no es un cobarde, un ‘débil’ que encuentra una moralidad improvisada para evitar problemas. Ni mucho menos! Es una persona que ha recibido una herencia y no quiere desperdiciarla. El manso no es una persona complaciente, pero es el discípulo de Cristo que ha aprendido a defender otra tierra: El Cielo”. “Defiende su paz, defiende su relación con Dios, defiende sus dones, los dones de Dios, preservando la misericordia, la fraternidad, la confianza, la esperanza. Porque las personas mansas son personas misericordiosas, fraternas, seguras y personas con esperanza.”
Evitar la ira para heredar el Cielo
Francisco nos invitó a todos a reflexionar respecto a todas las ocasiones en que llevados por la ira hemos “destruido” o “perdido” personas y hemos puesto en riesgo nuestra Herencia Eterna.
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“La gentileza se acumula, la ira se separa. La gentileza es la conquista de muchas cosas. La mansedumbre es capaz de ganar el corazón, salvar amistades y mucho más, porque las personas se enojan pero luego se calman, repensar y vuelven sobre sus pasos, y así se puede reconstruir con suavidad.” Aconseja el Santo Padre.
Heredar la tierra, ganar al hermano
El Santo Padre finaliza relacionando esta bienaventuranza con otro texto del mismo evangelista: La ‘tierra’ para ser conquistada con mansedumbre es también la salvación de ese hermano del que habla el Evangelio de Mateo: ‘Si él te escucha, te habrás ganado a tu hermano’ (Mt 18:15). No hay tierra más hermosa que el corazón de los demás, no hay territorio más hermoso que ganar que la paz que se encuentra con un hermano. ¡Y esa es la tierra para ser heredada con mansedumbre!”