BROAD CHANNEL — Rocco Pisani celebró su undécimo cumpleaños el pasado 7 de octubre en el Cohen Children’s Medical Center, sometido a intensos tratamientos de quimioterapia. En mayo le diagnosticaron leucemia y desde entonces ha estado visitando el hospital cada una semana y media, para quedarse tres días ingresado.
“No ha estado enfermo de gravedad, pero sí ha habido algunos baches en el camino que nos aterraron”, confesó Jamie, la madre de Rocco, a The Tablet. “Él es muy fuerte y ha sido muy valiente, lo cual nos facilita las cosas porque nadie quiere ver sufrir a su hijo”.
En estos momentos, Rocco está llegando al final del tratamiento de quimioterapia intensa que comenzó en mayo y que dura de seis a siete meses después de ser diagnosticado. Cuando terminó el primer mes de tratamiento, no se detectaron células leucémicas en su médula ósea; sin embargo, el protocolo de su tratamiento exige someterse a tres años adicionales de quimioterapia para pacientes ambulatorios y hospitalizados, con menos frecuencia, para garantizar que el cáncer no regrese.
Jamie dijo que el diagnóstico fue un impacto inesperado y aterrador para su familia, sobre todo porque Rocco era un chico saludable y físicamente activo. Era un atleta multideportivo, incluso jugaba en el equipo de béisbol de la organización juvenil católica de St. Virgilius-St. Camillus, en Queens.
“Nos sentamos juntos y lloramos un buen rato, pero en realidad fue Rocco quien me dijo: ‘Está bien, mami. Dios tiene un plan. Vamos a superar esto, y voy a inspirar a los demás’ ”, explicó. “Fue increíble porque solo tenía 10 años. Ni siquiera vino de mí; salió de él”.
“Cuando te enfrentas a una situación como esta, o cualquier tipo de desafío en la vida, realmente no te queda otra opción que ponerlo en las manos de Dios”, confesó Jamie. “Al menos así es como funciona en nuestra familia, y creo que eso es lo que nos ha ayudado a superar esta prueba. Pensarías que estaríamos enojados, pero creo que esto nos fortaleció. Cuando oramos, agradecemos a Dios porque sentimos que es una oportunidad para ayudar a otras personas”.
Cuando Rocco sea grande, quiere ser entrenador personal. Por eso, en los últimos meses, ha sido la inspiración de otras personas, y ha estado manteniendo a sus amigos y familiares al tanto de su proceso de remisión, a través de su cuenta de Instagram. Desde su lanzamiento a fines de junio, la página ha conseguido casi mil seguidores. Rocco colgó una rutina de ejercicios en la pared de su habitación del hospital durante su primer mes de tratamiento, y los hacía incluso en los días en que se sentía débil hasta para moverse. Sus entrenamientos incluían pedalear en el aire, estocadas en el lugar y flexiones de bíceps con botellitas de agua en lugar de pesas. Ahora sigue haciendo ejercicios en casa cada vez que puede, haciendo flexiones, sentadillas y abdominales para mantenerse en forma.
Rocco también ha estado ayudando a niños de su edad que han sido diagnosticados con cáncer. La semana pasada, por ejemplo, el personal de enfermería del centro médico Cohen decoró su habitación del hospital y le regaló una tarjeta de regalo de cumpleaños. Rocco dijo que quería dárselo a otro niño que podría necesitarlo más que él. Anteriormente, también donó 100 pastilleros multicolores —que tienen un logotipo #RoccoStrong y su lema “Never give up” (Nunca te rindas)— para ayudar a los niños recién diagnosticados a llevar un control de sus medicamentos cuando son dados de alta del hospital.
“Sé que Dios me trajo al mundo por una razón”, dijo Rocco el mes pasado en su perfil de Instagram. “Mi razón es inspirar a los demás”.
Según Jamie, su hijo siempre ha sido desinteresado desde que era pequeño, pero sus cualidades bondadosas se ponen aún más de manifiesto ahora que está en remisión.
“Todos tenemos pruebas que enfrentar, pero uno trata de ser positivo y hacer todo lo posible para ayudar a las personas e inspirarlas”, continuó Jaime. “Eso es lo más importante para Rocco”.