BOROUGH PARK — Casi dos años después de su instalación, el andamio alrededor del campanario de la iglesia de St. Catalina de Alejandría finalmente fue retirado, y el párroco, el padre José Orellana, y sus feligreses, no podrían estar más felices.
En realidad, el padre Orellana, que fue instalado como párroco en octubre de 2019, nunca había visto la torre sin andamios, debido a que su predecesor, el padre Andrzej Klocek, había puesto en marcha en agosto de ese mismo año una importante renovación de la estructura de casi 100 años.
Después de que el padre Klocek fuera trasladado a la parroquia de Santa Isabel, en Ozone Park, Queens, el padre Orellana supervisó el proyecto de $ 1.3 millones hasta su finalización el mes pasado.
La mayor parte del trabajo se realizó durante la pandemia de COVID-19, pero terminó justo a tiempo para el rito de la confirmación sacramental 2021 de la parroquia el 3 de junio.
“El 1 de octubre de 2019 llegué aquí estaba la iglesia cubierta con andamios”, dice el padre Orellana, quien es chileno. “Y bueno, me sorprendió mucho. Cuando terminaron de quitar el andamio, es que pude ver la iglesia por completo. Me puse muy contento, pero no solo por mí, también por la gente”.
La parroquia sirve a unas 350 familias, con una asistencia dominical de alrededor de 550 personas, explica Luis Martínez, gerente de la oficina parroquial.
Según el padre Orellana, alrededor del 80% de sus feligreses, muchos de los cuales son mexicanos, hablan español como su primer idioma. Los feligreses restantes son de ascendencia polaca o italiana.
“Pero toda la gente de la parroquia está muy feliz y agradecidos de Dios”, dijo el párroco. “Tenemos muchos que nacieron aquí, recibieron todos los sacramentos aquí, especialmente dentro de la comunidad italiana”.
Uno de esos feligreses es Vicky Avicolli, quien nació en la casa de su abuela en la calle 41, frente a la iglesia.
Ella dice que sus padres se casaron en la iglesia, al igual que ella y su esposo. Su hija se mudó del vecindario pero regresó en 2010 para casarse en la iglesia local de su familia, a pesar de que algunas de las paredes tenían manchas de agua.
Avicolli elogió a los padres Orellana, Klocek y a otro expárroco, el padre Frederick Cintron, por convertir las renovaciones de Santa Catalina de Alejandría en labores de amor.
“Significa un mundo para mí”, dijo, y agregó que el padre Cintron merece crédito por comenzar las reparaciones en el interior de la iglesia en 2004.
“Quiero decir que ahí fue cuando nuestra iglesia realmente volvió a la vida”, añade Avicolli. “Desde entonces hasta ahora, la iglesia pasó por importantes renovaciones. Incluso esta rectoría estaba en mal estado”.
La parroquia de Santa Catalina of Alejandría ha servido a familias católicas en el vecindario de Borough Park de Brooklyn desde 1902. Cuando se fundó la iglesia, el padre John J. O’Neill celebró la misa en un establo en las cercanías de la calle 39.
Dos décadas más tarde, el padre O’Neill, párroco de 1902 a 1933, dirigió los esfuerzos para construir la estructura que sirve a la parroquia hoy.
Según la historia de la parroquia, “lo que [el padre O’Neill] tenía en mente era una hermosa iglesia, pero muy costosa, inspirada en una famosa catedral de Europa. ¿Podría intentarlo? ¿Respondería la gente?”.
“Podían y querían y lo hicieron”.
La historia de la parroquia también destaca que se contrató a Emile G. Perrot, un conocido arquitecto de Filadelfia, quien la diseñó en el estilo “gótico francés temprano”. Se dice que fue influenciado por la iglesia de la abadía de St. Denis y las catedrales de Bourges, Le Mans y Chartres, todas en Francia.
“En la esquina de 41st Street y Fort Hamilton Parkway hay una gran [torre] coronada por una cruz, cuya parte superior está a casi 40 metros (157 pies) del suelo”, según la historia de la iglesia. “Desde un punto a 100 pies de altura, comienza a afilarse hasta la cruz de terminación en forma de aguja de cobre octogonal con una elegantes armazón que resalta su altura”.
Casi un siglo más tarde, en 2019, el padre Klocek notó que una piedra había caído de la torre.
“Afortunadamente, nadie resultó herido”, dice Martínez. “Pero luego hizo que inspeccionaran la torre, y los inspectores notaron que uno podía simplemente entrar en la torre y quitar las rocas con las manos desnudas.
“Fue entonces que decidió poner andamios alrededor de la iglesia para la protección de los feligreses”.
Las inspecciones también revelaron que las vigas metálicas que soportaban la torre se habían deteriorado y se tomó la decisión de renovarla.
El trabajo fue financiado a través de un préstamo de la diócesis, que la parroquia planea reembolsar con la venta de un lote frente a la iglesia que da a Fort Hamilton Parkway. En este terreno baldío una vez hubo un convento y la escuela parroquial de la Iglesia de Santa Catalina de Alejandría.
El padre Orellana dijo que la parroquia también espera sufragar los costos de renovación con donaciones pasada y presentes de los feligreses, o cualquier otra persona que desee contribuir. Las donaciones se pueden hacer electrónicamente en la página GiveCentral de la parroquia.
Martínez y el padre Orellana explicaron a Nuestra Voz que Rocklyn Asset Corporation, que maneja los asuntos inmobiliarios de la diócesis, ayudó a la parroquia a navegar el proceso de licitación para los contratistas que realizaron la renovación. Elogiaron las contribuciones de la directora ejecutiva de Rocklyn Assets, Coleen Ceriello; el director de proyectos especiales Robert Dadona y el director senior de proyectos Greg Donahue.
El padre Orellana también resaltó que el próximo proyecto será la reparación de las goteras del techo, y agregó que el trabajo de construcción tiene un significado tanto espiritual como físico.
“La iglesia es un pequeño paraíso para nosotros”, dijo el párroco. “Por eso debe ser hermosa, apacible y limpia, porque es nuestro pequeño cielo”.