Caminando con los inmigrantes

«Formar una conciencia recta»

*Por Mons. Nicolas DiMarzio

A su regreso a Roma desde el sudeste asiático, el Papa Francisco fue preguntado sobre a quién votaría en las elecciones de Estados Unidos. Primero, el Santo Padre dijo que no vota en las elecciones estadounidenses, y luego dijo: «Ambos están en contra de la vida. El que echa a los emigrantes y el que mata a los niños». En general, se ha dicho que no votar es malo, no es bueno. Hay que votar. Hay que elegir el mal menor. ¿Quién es el mal menor, ese hombre o esa mujer? No lo sé. Cada uno debe pensar en conciencia y votar».

¿Hay una gradación en el mal? Sí, pero cuando se trata de cuestiones vitales es muy difícil distinguirlo. ¿Hay inmigrantes condenados a muerte por ser expulsados de Estados Unidos? Ciertamente, es posible. Sin embargo, ¿están condenados a muerte todos los fetos abortados? Eso es más seguro. Ojalá fuera así de sencillo votar en unas elecciones. Es más complejo, y hay que tener en cuenta muchos factores y probabilidades. Presidí el Comité de Obispos de Estados Unidos que redactó el documento sobre la responsabilidad de votar en las elecciones: «Formando conciencias para una ciudadanía fiel». El documento ha resistido muchos años de escrutinio y ha necesitado ser complementado añadiendo algunas cuestiones que son nuevas o que no se abordan directamente. El documento incluye ahora algunas enseñanzas papales nuevas. Por ejemplo, a las cuestiones relacionadas con la migración no se les dio gran importancia en su momento, ya que no era necesario en su primera redacción. Pero la orientación general sobre la formación de la conciencia ha resistido los embates del tiempo y de la opinión.

Abordemos primero la cuestión vital más obvia, que es el aborto. De la declaración de los obispos se desprende claramente que el derecho a la vida, especialmente en relación con el aborto, debe ser nuestra preocupación preeminente. Sin embargo, debemos reconocer que la cuestión ha cambiado a lo largo de los años. En primer lugar, el acceso al aborto y las restricciones al mismo han quedado relegados a los estados a causa de la decisión Dobbs, lo que quizá haya cambiado ligeramente el enfoque de la defensa hacia los gobiernos estatales y locales. En segundo lugar, la mitad de los abortos actuales se realizan mediante la toma de una píldora, que ha sido sancionada por el Tribunal Supremo, lo que cambia ligeramente la táctica y la estrategia de la defensa provida. Esto no se debe a su efecto abortivo, sino al derecho a tomar medicamentos.

La cuestión para esa mujer es que apoya un derecho ilimitado al aborto, pero con toda probabilidad no sería capaz de conseguir que el Congreso aprobase una legislación que lo legalizase en todo el país, y mucho menos que lo convirtiese en un derecho constitucional. Las probabilidades parecen muy escasas. La candidata demócrata se ha opuesto a los centros de embarazo y activistas provida y ha abrazado la ideología de género, incluidos los mandatos transgénero y de anticoncepción que, en ocasiones, han puesto en peligro la libertad religiosa. Apoya la fecundación in vitro (FIV), que ahora es como la postura del candidato republicano, salvo que él quiere que la pague el gobierno federal.

Por otro lado, las políticas del candidato republicano en materia de inmigración, especialmente en lo que respecta a la limitación del derecho de asilo y la deportación de todos los indocumentados que se encuentran en nuestro país, parecen ser una consecuencia más segura si resulta elegido. Esto incluiría la aplicación de la ley en la frontera, que limitaría el derecho de asilo; la aplicación de la ley en el interior, que incluiría deportaciones masivas y separaciones familiares; el fin de la ciudadanía por derecho de nacimiento y de los programas de libertad condicional, incluida la acción diferida para los llegados en la infancia (DACA); cambios negativos en el sistema de inmigración basado en la familia; una reducción del número de naturalizaciones, que serían mucho más caras y difíciles de conseguir; y una reducción, como en su primer mandato, del programa de reasentamiento de refugiados. Estos cambios políticos negativos afectarían sin duda no sólo a la calidad de vida de los inmigrantes, sino que también pondrían en peligro muchas vidas de los deportados.

Hay muchas otras cuestiones que deben tenerse en cuenta en la decisión de votar a un candidato concreto, pero, por desgracia, hoy en día en nuestro sistema político solemos acabar votando contra alguien y no a favor de él. Nuestras opciones se ven seriamente limitadas por quienes se presentan a los cargos electos. Ciertamente necesitamos un electorado maduro e informado que comprenda los problemas que se le plantean, especialmente los relacionados con la vida. Pero también necesitamos candidatos cualificados que reflejen los valores católicos. Votar después de reflexionar sobre una conciencia católica bien formada no será un asunto fácil en estas elecciones pero, al votar, debemos buscar la ayuda de Dios. A largo plazo, la comunidad católica y otras personas de buena voluntad deben trabajar juntas para producir y apoyar candidatos que abracen la vida y la dignidad humana y trabajen para establecer el bien común para todos.

 

Arnold, Tyler, National Catholic Register, «Kamala Harris’ Record on Catholic Issues: What You Need to Know», 24 de julio de 2024.