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Una segunda oportunidad de vida: Administradora de St. John’s busca un donante vivo de riñón

*Por Alexandra Moyen

Christine Goodwin, vicerrectora adjunta de Investigación Institucional en St. John’s University, comparte una sonrisa con la mascota de los New York Mets en Citi Field. (Foto: Christine Goodwin)

JAMAICA — Durante los últimos 36 años, Christine Goodwin, vicerrectora adjunta de Investigación Institucional en la St. John’s University, ha vivido gracias a un riñón donado por su padre.

“Un padre haría cualquier cosa por su hijo, así que él estaba feliz de poder donar, de poder darme este riñón y esta vida, que ha sido un viaje increíble”, contó Goodwin, quien recibió el trasplante de su padre cuando tenía 15 años.

El 23 de marzo de 1989, Goodwin y su familia quedaron en shock al enterarse de que necesitaría diálisis inmediata tras el fallo repentino de sus riñones. Permaneció en diálisis hasta noviembre de ese año, cuando finalmente recibió el trasplante.

Sin embargo, con el paso del tiempo, Goodwin notó una disminución gradual en sus niveles de sangre. Hace dos años, los médicos le informaron que el riñón estaba fallando y que el tiempo era un factor crítico.

“Uno se siente mal, todos se sienten mal, pero hay que contar las bendiciones, y Dios ha sido bueno”, dijo Goodwin. “Han pasado 36 años, y 36 años es un tiempo asombroso para un trasplante. La mayoría de los trasplantes de donantes vivos duran unos 20 años.”

“Ha sido una bendición, y hay que verlo así.”

Ahora, a los 51 años, Goodwin atribuye al trasplante el haberle permitido vivir una vida que alguna vez creyó imposible: graduarse de la secundaria a tiempo, obtener su título universitario en St. John’s en 1996 y visitar la mitad de los estadios de las Grandes Ligas de Béisbol —con la meta de conocer los 30—.

“Ya he visitado unos 15, así que esa es mi meta”, dijo. “Y quiero seguir adelante.”

Este año, la Semana del Riñón de la American Society of Nephrology (del 5 al 9 de noviembre en Houston) tiene un significado especial para Goodwin, quien busca un donante vivo.

“La Semana del Riñón es una oportunidad para crear conciencia sobre las miles de personas que sufren enfermedades renales y para conocer las investigaciones que se realizan en su apoyo”, explicó. “Queremos aprovechar esta semana para resaltar la necesidad de donantes vivos y continuar con la búsqueda de uno para mí.”

Brian Browne, vicepresidente asociado de comunicaciones y asuntos públicos de la universidad —y amigo de Goodwin desde sus años de pregrado—, afirmó: “Nadie merece una oportunidad como esta más que ella.”

Christine Goodwin, vicerrectora adjunta de Investigación Institucional en St. John’s University, junto a su amigo y colega de larga data Brian Browne, vicepresidente asociado de Comunicaciones y Asuntos Públicos. Browne compartió recientemente la inspiradora historia de Goodwin y su búsqueda de un donante vivo en su artículo “Equation for Hope: Longtime St. John’s Administrator Must Find a Kidney Donor.”(Foto: Brian Browne)

Browne describió a Goodwin como “bondad personificada”.

“Soy optimista, estoy apoyándola, todos la estamos apoyando”, aseguró.

Lucy Pesce, amiga cercana de Goodwin y directora ejecutiva de Iniciativas de Misión en St. John’s, quien también ayuda en la búsqueda de un donante, dijo que varias personas ya han respondido positivamente. Ella misma está evaluando la posibilidad de convertirse en donante viva.

“Para mí, mi fe es muy importante. Si Dios me está poniendo en un lugar donde puedo hacerlo, es difícil decir que no”, expresó Pesce. “Espero poder decir que sí.”

Goodwin afirmó que el apoyo de la comunidad de St. John’s ha sido extraordinario.

“Llegué a St. John’s por la gente… por lo solidarios que eran, y lo siguen siendo”, dijo. “Todos rezan, comparten mi historia con otros, y me preguntan cómo pueden ayudar o encontrar una manera de conseguirme un riñón. Es increíble estar en un ambiente así.”

Actualmente, Goodwin ya ha sido aprobada como receptora y todavía no necesita diálisis, lo cual considera ideal para que el trasplante se realice mientras su cuerpo sigue fuerte. Si sigue las indicaciones médicas, podrá “seguir viviendo una vida normal”, aseguró.

Su experiencia también ha profundizado su fe, especialmente su devoción a Santa Teresita del Niño Jesús, patrona de los misioneros, los floristas y los enfermos.

“Ella estuvo presente durante mi trasplante en noviembre de 1989, y sé que muchas personas rezaron pidiendo su intercesión. Por eso le tengo una gran devoción”, contó Goodwin.

La administradora quiere que la gente entienda que la cirugía de donación es segura y efectiva, que se puede vivir bien con un solo riñón, y que la generosidad de un donante puede cambiar una vida. Recordó que su padre se recuperó plenamente del trasplante y ha vivido una vida normal con un solo riñón.

“Espero poder ayudar a otras personas también”, dijo Goodwin. “Quiero que comprendan lo importante que es donar un riñón, porque todos tenemos dos, pero en realidad solo necesitamos uno. Tenemos uno de sobra para ofrecer a alguien que lo necesite y ayudar a nuestro prójimo.”