Este 29 de julio se cumplieron 163 años de la creación de la Diócesis de Brooklyn. Desde sus inicios, la Diócesis ha estado al servicio de los inmigrantes. Más de cinco millones de inmigrantes católicos irlandeses, italianos, alemanes y de otras muchas nacionalidades llegaron al país en el siglo XIX y se establecieron en Brooklyn y Queens.
En sus inicios el territorio de la Diócesis también incluía Long Island, pero en 1957 los condados de Suffolk y Nassau pasaron a formar la nueva Diócesis de Rockville Centre. Desde ese momento la Diócesis de Brooklyn abarca solamente los condados de Brooklyn y Queens.
Según el censo de 2013, el condado de Brooklyn tiene 2 millones 592 mil habitantes y el de Queens 2 millones 296 mil, es decir, 4 millones 888 mil habitantes en total, de los cuales 1 millón 500 mil son católicos. Su cátedra es la Catedral Basílica de St. James. En febrero de 2013, el papa emérito Benedicto XVI concedió el rango de concatedral a la iglesia de San José. El 13 de mayo de 2014, monseñor Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn, celebró la misa de dedicación de la iglesia de San José como concatedral de la Diócesis.
Monseñor DiMarzio fue nombrado obispo de Brooklyn el 1o de agosto de 2003. En estos casi 13 años, monseñor DiMarzio ha visto muchos cambios en la diócesis que preside, pero hay algo que no se mantiene constante: “Cada vez hay más inmigrantes, al ser una diócesis de inmigrantes tenemos muchas personas que han llegado desde otros países, hemos recibido a muchos inmigrantes de diferentes culturas y de diferentes idiomas”, explica monseñor DiMarzio.
El vicario general y obispo auxiliar de Brooklyn, monseñor Raymond Chappetto explica que “la Diócesis fue establecida en 1853, realmente está bien que la llamen la diócesis de los inmigrantes porque en su historia han llegado familias de inmigrantes, han llegado irlandeses, italianos, alemanes y ahora tenemos una gran cantidad de personas que llegan desde Asia: China, Corea, Filipinas; y por supuesto, de Latinoamérica.
“Tenemos una gran influencia de inmigrantes, de muy buenas personas que buscan una nueva vida, con una gran esperanza hacia el futuro. Las parroquias han sentido esa influencia de los grupos inmigrantes, en las celebraciones, en su música, en el entusiasmo y la energía que han traído. Una de las cosas que me gustan de mi trabajo como obispo auxiliar es visitar las parroquias y conocer a los grupos de inmigrantes, eso le ha dado vida a la Diócesis”, afirma monseñor Chappetto.
“Los cambios más grandes que hemos visto con la llegada de los nuevos inmigrantes es que necesitan pastores que los cuiden y por eso hemos trabajado en tener en la Diócesis sacerdotes que hablen diferentes idiomas y entiendan las diferentes culturas y tradiciones de estos países. Estas comunidades tienen sus procesiones y eventos especiales”, agrega monseñor Chappetto.
Para monseñor DiMarzio, hay un desafío importante a enfrentar. “El reto es muy grande y no solo de parte nuestra, sino también de los feligreses, porque muchos están aquí pero no asisten a sus parroquias”.
Obispos de Brooklyn
Monseñor John Loughlin (1853 – 1891)
Monseñor Charles Edward McDonnell (1892 – 1921)
Monseñor Thomas Edmund Molloy (1922 – 1956)
Monseñor Bryan Joseph McEntegart (1957 – 1968)
Monseñor Francis Mugavero (1968 – 1990)
Monseñor Thomas Vose Daily (1990 – 2003)
Monseñor Nicholas Anthony DiMarzio (2003 – )
