EL PRESIDENTE TRUMP anunció que las tropas estadounidenses permanecerán en Afganistán advirtiendo que una retirada precipitada de soldados crearía “un vacío” que solo beneficiaría a los grupos terroristas talibanes, de Al Qaida y del grupo Estado Islámico (ISIS en inglés).
“Mi instinto era retirarnos y generalmente suelo seguir mi instinto, pero las decisiones son muy diferentes cuando uno está en el despacho oval”, dijo el presidente durante su mensaje al país en agosto pasado desde la base militar de Fort Myer, en las cercanías de Washington.
La reacción del frente terrorista no se hizo esperar. “Si los estadounidenses no retiran sus fuerzas de Afganistán, no está lejos el día en que Afganistán se convertirá en el cementerio del siglo XXI del imperio estadounidense”, advirtió el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, en un comunicado enviado a la agencia EFE.
Inmediatamente se dio a conocer que Trump aautorizó al Pentágono a desplegar a unas 3,900 tropas más hacia ese país en cuestión de días. Los talibanes recalcaron su advertencia. “Mientras quede un solo soldado estadounidense en nuestra tierra, y sigan imponiéndonos la guerra, continuaremos con nuestra yihad”, añadió el comunicado.
Trump aprovechó también su discurso para reprender a Pakistán, país que calificó como “refugio de extremistas”. “Pakistán tiene mucho que ganar si colabora con nuestros esfuerzos en Afganistán pero tiene mucho que perder si sigue acogiendo a criminales y terroristas”, ha advertido. “Esto tiene que cambiar y cambiará inmediatamente”, recalcó.
El Pentágono suspendió el pasado julio 50 millones de dólares de ayuda militar, debatiendo que Islamabad (capital de Pakistán) no estaba lo suficientemente comprometido para desmantelar la red Haqqani, aliada de los talibanes.
Por su parte, el presidente afgano, Ashraf Ghani, aplaudió el anuncio de Trump, asintiendo que reflejaba, según él, el “compromiso duradero” de Washington en Afganistán. El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, dijo por su parte que Estados Unidos está dispuesto a respaldar negociaciones de paz entre el gobierno y los talibanes “sin precondiciones”.
Actualmente, hay más de 8 mil soldados estadounidenses en Afganistán como parte de un cuerpo internacional de 13,500 tropas, según cifras del Pentágono. Por lo menos 2,400 soldados estadounidenses han muerto en ese país desde 2001, y más de 20,000 han resultado heridos en la guerra contra los talibanes. Estados Unidos ha gastado más de 110,000 millones de dólares en fondos para la reconstrucción de las zonas destruidas por la guerra.