El Papa

El Papa llega a fomentar la sanación en Colombia, un país lacerado por la guerra

BOGOTÁ, Colombia (CNS) El papa Francisco arribó a Colombia el pasado 6 de septiembre, para una visita de cinco días en la que ayudará a promover la reconciliación en un país vivamente católico, traumatizado y reticente a perdonar después de décadas de guerra.

El Sumo Pontífice fue recibido por el presidente colombiano Juan Manuel Santos y su esposa, María Clemencia Rodríguez Múnera. A su llegada, niños vestidos con trajes tradicionales le regalaron flores y el Papa saludó a los miembros del ejército colombiano, entre ellos soldados heridos en el cumplimiento del deber.

Como un símbolo del mensaje de paz y reconciliación, recibió una paloma blanca de manos de un niño llamado Emmanuel, quien nació en un campamento de la guerrilla, hijo de la hoy congresista Clara Rojas, secuestrada en el 2002 y liberada casi seis años después.

Durante el vuelo de 12 horas procedente de Roma, el papa Francisco dijo a los periodistas que este viaje era “para ayudar a Colombia a ir adelante en su camino de paz”.

Para los católicos colombianos, las expectativas de la visita del Santo Padre son muy altas. Es el primer viaje papal a Colombia desde 1986, cuando fue visitada por San Juan Pablo II.

Pope Francis greets people outside the apostolic nunciature in Bogota, Colombia, Sept. 6. The pope plans to visit four Colombian cities during his five-day visit. (CNS photo/Paul Haring) See POPE-COLOMBIA-ARRIVE Sept. 6, 2017.
Un saludo del Papa en la Nunciatura Apostólica. (CNS photo/Paul Haring)

Pero en esta ocasión, el Papa llega tras la firma de un acuerdo de paz que promete orientar a Colombia en el camino de poner fin a más de cinco décadas de conflicto armado. Pocos días antes de su visita, el Ejército de Liberación Nacional —una organización marxista que llevaba a cabo delitos como secuestros y bombardeos— y el gobierno acordaron un cese al fuego de cuatro meses.

Sin embargo, los desafíos persisten, sobre todo porque muchos colombianos —incluso católicos y de ideologías más conservadoras— se oponen a la idea de que las guerrillas marxistas desmovilizadas, acusadas de atrocidades, sean sancionadas con sentencias mínimas e incluso puedan constituirse como partido legal. Los perseguidos por los paramilitares también manifiestan la misma reticencia.

“Esperamos que el Papa traiga mucha esperanza”, expresó Mons. Héctor Fabio Henao, director de Caritas Colombia. “El Papa llega en un momento en que la reconciliación es nuestro mayor desafío, y confiamos en que su mensaje toque los corazones de aquellos que han sufrido a causa de este conflicto”.

El viaje papal lleva el lema: “Demos el primer paso”, elegido con todo propósito para transmitir un sentido de participación colectiva en el proceso de paz del país.

“El lema del viaje apostólico refleja exactamente lo que estamos esperando: vamos a dar el primer paso”, dijo el obispo auxiliar de Cali, padre Juan Carlos Cárdenas Toro. “Ese primer paso del Papa, poniendo un pie fuera del avión para acercarse a esta sufrida nación, significa que se nos abre una puerta a la esperanza”.

El año pasado, el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, conocidas como FARC, llegaron a un acuerdo de paz, en el que las FARC acordaron desmovilizarse. A pesar de que la violencia perpetrada por los grupos guerrilleros, soldados del gobierno y paramilitares ha causado 220.000 muertos y millones de desplazados, el acuerdo ha resultado muy controversial.

Entre los católicos, los sentimientos están divididos y los obispos colombianos se han mantenido al margen, al tiempo que alientan a los laicos a expresar sus opiniones. Muchos católicos conservadores, junto con los evangélicos, argumentaron que el acuerdo incluía disposiciones nocivas para la familia tradicional, una acusación negada por los defensores del acuerdo de paz; los opositores se unieron para frustrar este trato en un plebiscito.

El acuerdo fue reformulado y aprobado posteriormente en el Congreso. El pueblo clama por la paz, pero no se pone de acuerdo en cómo alcanzarla.

People wait for Pope Francis upon his arrival in Bogota, Colombia, Sept. 6. (CNS photo/Paul Haring) See POPE-COLOMBIA-ARRIVE Sept. 6, 2017.
Los colombianos recibieron con entusiasmo al Papa en Bogotá, Colombia el 6 de septiembre. (CNS photo/Paul Haring)

“La propia iglesia refleja las divisiones de la sociedad colombiana”, dijo el jesuita Mauricio García Durán. “El Papa viene a Colombia en un contexto de polarización”.

La visita papal toca temas importantes para el país y la iglesia. En Bogotá, la capital, el 7 de septiembre, celebra una misa centrada en los jóvenes, que se espera atraiga a más de un millón de fieles.

El 8 de septiembre viajará a Villavicencio —puerta de entrada a la descuidada mitad sur de Colombia— donde rezará con 6.000 víctimas de violencia y se espera que llame a la reconciliación. Ese llamado a la paz incluirá un llamado a reconciliarse con la creación; se incluirán en la audiencia pueblos indígenas de la Amazonia y tierras cada vez más explotadas por la minería y la extracción de recursos naturales.

El día 9, el Papa se dirigirá a los clérigos y religiosos en la ciudad de Medellín. También visitará un orfanato católico.

El Santo Padre termina su visita a Colombia en la costa caribeña de la ciudad de Cartagena, donde se espera que se dirija a la controversial historia de la iglesia de la trata de esclavos al Nuevo Mundo.

También rezará el Angelus en un santuario a San Pedro Claver, un jesuita español que dedicó su vida al servicio de los esclavos.

 

Cindy Wooden contribuyó a esta historia en Bogotá.