“¡No le teman al futuro! ¡Atrévanse a soñar a lo grande!” les dijo el papa Francisco a los jóvenes colombianos; y en ellos, a todo joven que sueña con un mundo mejor. Y los jóvenes soñadores del programa de DACA de los Estados Unidos nos cuentan sus sueños.
“Mis padres me trajeron a Estados Unidos cuando tenía seis años. Me sentí en un callejón sin salida cuando quise entrar a la Universidad. DACA me dio el impulso que necesitaba para obtener una beca completa y ser aceptada en una de las mejores universidades de Nueva York” (Jessica, Ecuador). “A mí me trajeron de seis meses. He aprendido a amar el Perú, pero no lo conozco” (Evelyn).
DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals/Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) es una orden ejecutiva firmada por el ex presidente Barack Obama que entró en vigor el 15 de junio de 2012. Su objetivo era proteger a inmigrantes indocumentados que llegaron al país antes de cumplir 16 años y que han permanecido por más de cinco años en Estados Unidos.
A todos los protegidos en este Programa se los conoce como “Soñadores”/ “DREAMERS” (Development, Relief and Education for Alien Minors Act/Ley de Desarrollo, Ayuda y Educación para Menores Extranjeros) haciendo referencia al proyecto que fue introducido en el 2001 y que tenía como objetivo ofrecer a los niños indocumentados residencia permanente. El Congreso lo rechazó repetidamente, y así nació DACA. Al presente hay unos 800,000 jóvenes en este programa.
El gobierno de Donald Trump anunció el 5 de septiembre el fin de DACA a través del fiscal general Jeff Sessions. Él dijo que este programa fue implementado en forma “unilateral” por el ex presidente Obama para dar beneficios a “jóvenes indocumentados, al margen de la orden legislativa que había rechazado este tipo de programas que violan las leyes de inmigración”. Dijo además que el programa afectó a miles de jóvenes estadounidenses, a quienes “se les privó de trabajos” con el apoyo a los inmigrantes “que tomaron esos empleos”. Anunció que el Congreso tiene seis meses para encontrar una alternativa.
La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos criticó la decisión de Trump de suspender el programa, diciendo que es “reprensible” y que crea “temores innecesarios para los jóvenes acogidos a DACA y sus familias”. Los obispos alentaron al “Congreso para que actúe inmediatamente y trabaje en vistas a una solución legislativa”.
El papa Francisco dijo que espera que el presidente estadounidense, Donald Trump, reconsidere su decisión. “Si él dice ser pro-vida debería entender que la familia es la cuna de la vida y uno debe defender su unidad”. Joven soñador, unimos nuestras voces a nuestros obispos y nuestro Papa y te decimos: “Sin importar su estatus migratorio, ustedes son hijos de Dios y los acogemos en la Iglesia Católica. La Iglesia Católica los apoya y los defenderá”.
¿Cómo los podemos ayudar? Pongamos atención a nuestro entorno. Busquemos a estos jóvenes, escuchémoslos, acompañémoslos, llamemos a nuestros congresistas, sumémonos a las marchas pacíficas; participemos en las redes sociales justas; y sobre todo, hagamos lo que todos podemos hacer: orar sin cesar.