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Jerusalén: Se recrudece la violencia entre israelíes y palestinos

Un manifestante palestino lanza una piedra contra soldados israelíes durante los choques en la frontera entre Israel y la Franja de Gaza.
Un manifestante palestino lanza una piedra contra soldados israelíes durante los choques en la frontera entre Israel y la Franja de Gaza.

La inapagable mecha de la violencia en Tierra Santa arde incesante con peligroso fulgor luego de que el presidente Donald Trump anunciara que Estados Unidos se alista para mudar su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, reconocida ahora por él como la capital de Israel.

“He determinado que es hora de reconocer oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel”, dijo Trump en la Casa Blanca. “Después de más de dos décadas de exenciones, no estamos más cerca de un acuerdo de paz duradero entre Israel y los palestinos”.

Poco después estalló la violencia en los territorios palestinos. Líderes de las 57 naciones musulmanas que forman la Organización de Cooperación Islámica (OIC, por sus siglas en inglés) solicitaron al mundo a través de un comunicado que reconozcan “al Estado de Palestina y a Jerusalén oriental como su capital ocupada”, señalando además que la decisión de Trump “es nula e inválida”.

Haciendo eco de oposición al presidente Trump, su homólogo de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, declaró que él reconoce a Jerusalén Este como “capital de Palestina”.

“Invito a los países que defienden el derecho internacional y la justicia a reconocer a la Jerusalén ocupada como capital de Palestina”, dijo Erdogan en su discurso ante la cumbre extraordinaria de la Organización de Cooperación Islámica celebrada en Estambul el mes pasado, según reportes de AFP.

En el Vaticano, también hay gran preocupación de que la medida de Trump pueda provocar más disturbios y una peligrosa escalada de violencia en la región.

“No puedo permanecer en silencio con mi profunda preocupación por la situación de los últimos días y, al mismo tiempo, deseo hacer un sincero llamado a garantizar que todos estén comprometidos con el respeto del ‘status quo’ de la ciudad, de conformidad con las resoluciones relevantes de las Naciones Unidas”, dijo el papa Francisco en una de sus audiencias generales en el Vaticano. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu elogió a Trump puntualizando que su decisión es “un paso importante hacia la paz” y que Israel está “profundamente agradecido”. El líder dijo que su país “continuará trabajando con el presidente y su equipo para hacer realidad ese sueño de paz”.

Sin embargo, el liderazgo palestino se mantiene firme en su posición de que mudar la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén constituiría una clara violación a la ley internacional y representaría un enorme revés en las negociones de paz en el Medio Oriente.

El líder palestino Mahmoud Abbas señaló en una declaración televisada que la decisión de Trump “es una declaración de retirada del papel que desempeñó en el proceso de paz”. Desde 1995, todos los presidentes estadounidenses, incluyendo a Clinton, Bush y Obama, han declinado mudar la embajada. Jerusalén es considerado el lugar más sagrado para los judíos pero alberga también el tercer templo más venerado de los musulmanes y lugares sagrados para el cristianismo.

Históricamente, ha sido el epicentro del conflicto entre los israelíes y palestinos y cualquier amenaza percibida a los reclamos musulmanes sobre la ciudad ha resultado en violentas protestas tanto en Tierra Santa como en otras partes del mundo islámico.

“Rezo al Señor para que se cuide y fortalezca esa identidad en beneficio de Tierra Santa, Medio Oriente y todo el mundo, y perduren la sabiduría y la prudencia, para evitar añadir elementos de tensión en un mundo ya sacudido y marcado por muchos conflictos crueles”, concluyó Francisco.