CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El diablo es “un derrotado” pero todavía engaña a la gente para que le de poder, dijo el papa Francisco.
El diablo “nos seduce; él sabe cómo apelar a nuestra vanidad y curiosidad y le creemos todo”, dijo el papa el 8 de mayo durante su homilía de la Misa en la capilla de la Casa Santa Marta, donde vive.
El pasaje del Evangelio del día de san Juan termina con Jesús diciéndole a sus discípulos que “el gobernante de este mundo ha sido condenado”.
La frase se refiere al diablo, dijo el papa Francisco. Con la resurrección de Jesús el diablo ha sido derrotado pero él todavía finge tener poder y todavía intenta influenciar a la gente.
“Él tiene esta capacidad de seducir”, dijo el papa.
“Por esta razón es tan difícil comprender que es un derrotado, porque se presenta con gran poder, te promete tantas cosas, te trae regalos lindos, bien envueltos”, él dijo. “Nos seduce con el paquete sin dejarnos ver qué cosa hay dentro. Sabe presentar sus propuestas a nuestra vanidad, a nuestra curiosidad”.
Desafortunadamente, él dijo, con demasiada frecuencia “nos gusta ser seducidos”.
El diablo es “el gran mentiroso, el padre de la mentira”, dijo el papa, y “nosotros, tontos creemos”.
“Debemos estar atentos al diablo”, él dijo, y Jesús enseñó a sus discípulos que la única manera de hacerlo es vigilar, orar y ayunar.
Y, dijo el papa Francisco, es especialmente importante que los cristianos no crean que pueden acercarse al diablo, ver como es y luego simplemente alejarse ilesos.
Según escribió un padre de la iglesia, el diablo es como un perro enojado y rabioso que está encadenado, él dijo.
La gente sabe cuándo están jugando con fuego, dijo el papa. Saben cuándo están acercándose a un perro enojado. “Por favor, no lo hagan”, él dijo antes de imaginar un diálogo en que alguien que llora por haber sido mordido, pero resulta que el perro estaba encadenado y él se le había acercado, básicamente provocando la herida.
Alguien que tenga miedo de la influencia del diablo siempre puede recurrir a María, él dijo. “Cuando los niños tienen miedo, van a su mamá: ‘Mamá, mamá… tengo miedo’, cuando tienen pesadilla van donde mamá. Vayan a la Virgen; ella nos custodia”.