CIUDAD DEL VATICANO (Por Carol Glatz/ CNS) — Jesús no midió sus palabras cuando dijo “¡ay de ustedes los ricos!”, después de enumerar las bienaventuranzas según escribió San Lucas, dijo el Papa durante una homilía matutina.
Si alguien hoy día “hiciese hoy una homilía así, en los periódicos del día siguiente dirían: ‘Ese cura es comunista’. La pobreza está en el centro del Evangelio”, dijo el papa Francisco.
Celebrando Misa en la capilla de la Casa Santa Marta el 24 de mayo, el papa Francisco enfocó su homilía en la primera lectura de la Carta de Santiago (5:1-6), donde el apóstol regaña a los ricos. No solo su riqueza “está podrida”, la descomposición y la corrosión de sus posesiones materiales “dará testimonio contra ustedes” el día del juicio, dice el pasaje.
El papa dijo que Santiago criticó a los patronos que no pagaron a sus trabajadores y los reclamos de esos trabajadores llegaron a oídos del Señor.
La gente podría pensar erróneamente que Santiago es “un sindicalista”, dijo el papa Francisco, pero él es un apóstol cuyas palabras fueron inspiradas por el Espíritu Santo.
Hasta en Italia hay aquellos que despojan a personas de sus trabajos para proteger sus bienes, pero a quienes hacen eso “¡ay de ustedes!”, no según el papa, sino según Jesús, él dijo.
Él dijo que Jesús es el que dice “ay de ustedes que abusan de la gente, que explotan el trabajo, que pagan en negro, que no pagan la aportación a las pensiones, que no dan vacaciones. ¡Ay de ustedes!”
El robo de salarios, igual que “descuentos” de salario, “es pecado, es pecado”, dijo el papa, aunque el patrono vaya a Misa todos los días, pertenezca a asociaciones católicas y rece novenas.
Él dijo que cuando un patrono no paga lo que se debe “esa injusticia es pecado mortal. No estás en gracia de Dios. No lo digo yo, lo dice Jesús, lo dice el apóstol Santiago”.
La condena es severa porque “las riquezas son una idolatría” que seduce a la gente y Jesús sabía que la gente no puede servirle a dos señores; tienen que escoger a Dios o al dinero, dijo el papa.
“La riqueza te agarra y no te suelta, yendo contra el primer mandamiento: amar a Dios con todo el corazón”, él dijo.
Él dijo que también va en contra del segundo mandamiento de amar al prójimo porque las riquezas “destruyen el trato armonioso entre los hombres, arruinan la vida, arruinan el alma”.
“La predicación sobre la pobreza está en el centro de la predicación de Jesús. ‘Bienaventurados los pobres’ es la primera bienaventuranza”, él dijo, y la pobreza es central en cómo Jesús se identifica cuando regresa a Nazaret y predica en la sinagoga: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres”.
“Pero siempre en la historia hemos tenido la debilidad de intentar eliminar esa predicación sobre la pobreza, creyendo que es algo social, político. ¡No! Es Evangelio puro”, dijo el papa.
La riqueza puede convertir a la gente en esclavos, dijo el papa Francisco, por lo tanto “animo a hacer un poco más de oración y un poco más de penitencia” por los ricos.
“No eres libre ante las riquezas. Para serlo, debes tomar distancia y rezar al Señor”, él dijo. “Si el Señor te ha dado riquezas es para darlas a los demás, para hacer en su nombre tantas cosas buenas por los demás”.