CIUDAD DEL VATICANO (Por Junno Arocho Esteves/CNS) — En una carta dirigida a los católicos de Chile, el papa Francisco expresó vergüenza por parte de la iglesia, por no haber escuchado ni defendido a los que fueron abusados sexualmente por sacerdotes.
Publicada por los obispos chilenos el 31 de mayo, la carta del papa dice que el proceso de “revisión y purificación” en la iglesia es posible a través de los esfuerzos de sobrevivientes del abuso “que, incluso contra toda esperanza o teñidas de descrédito, no se cansaron de buscar la verdad”.
Ellos son “víctimas cuyo clamor llegó al cielo. Quisiera una vez más agradecer públicamente a todos ellos la valentía y la perseverancia”, escribió el papa.
Anteriormente ese día el Vaticano anunció que “el papa le enviará al presidente de la conferencia episcopal chilena una carta escrita personalmente por él y dirigida a todo el pueblo de Dios, como se lo había prometido a los obispos”.
El Vaticano también anunció que el papa Francisco enviará al arzobispo Charles Scicluna de Malta y a padre Jordi Bertomeu Farnós de vuelta a Chile a visitar la Diócesis de Osorno “con el objetivo de adelantar el proceso de reparación y sanación de las víctimas del abuso”.
Poco después, el obispo Juan Ignacio González Errázuriz de San Bernardo, presidente de la comisión de los obispos chilenos para la prevención del abuso, y el obispo auxiliar Fernando Ramos Pérez de Santiago, secretario general de la conferencia episcopal chilena, realizaron una conferencia de prensa en Santiago para emitir la carta de ocho páginas.
En su mensaje, el papa dijo que ha sido “tiempo de escucha y discernimiento” y la iglesia debe llegar a la raíz de la crisis de abuso sexual en la iglesia chilena y encontrar soluciones concretas y no “estrategias meramente de contención”.
Él también reconoció los defectos de la iglesia al no escuchar a los sobrevivientes del abuso.
“Creo que aquí reside una de nuestras principales faltas y omisión: el no saber escuchar a las víctimas. Así se construyeron conclusiones parciales a las que le faltaban elementos cruciales para un sano y claro discernimiento. Con vergüenza debo decir que no supimos escuchar y reaccionar a tiempo”, escribió el papa.
En enero el papa envió a Chile al arzobispo Scicluna y a padre Bertomeu para escuchar a las personas que tuvieran información sobre el obispo Juan Barros de Osorno, quien, según los sobrevivientes, presuntamente había sido testigo de su abuso por parte de su mentor, padre Fernando Karadima.
El papa Francisco dijo que la vista de ellos se realizó después de “constatar que existían situaciones que no sabíamos ver y escuchar”.
“Como iglesia no podíamos seguir caminando ignorando el dolor de nuestros hermanos”, él dijo.
La iglesia, él continuó, tiene que decir “nunca más” a una cultura que no solo permitió que sucedieran abusos sexuales, sino que también confundió “una actitud crítica y cuestionadora con traición”.
“La cultura del abuso y del encubrimiento es incompatible con la lógica del Evangelio, ya que la salvación ofrecida por Cristo es siempre una oferta, un don que reclama y exige la libertad”, dijo el papa.
El papa también pidió a los católicos chilenos que continúen su devoción por la piedad popular, que es “uno de los pocos espacios donde el pueblo de Dios es soberano de la influencia de ese clericalismo que busca siempre controlar y frenar la unción de Dios sobre su pueblo”.
Como Cristo, quien no ocultó sus heridas después de la resurrección, sino que se las mostró a sus discípulos, la iglesia también tiene que estar dispuesta a mostrar sus heridas para “ser capaz de comprender y conmoverse por las llagas del mundo de hoy”.
“Una iglesia con llagas no se pone en el centro, no se cree perfecta, no busca encubrir y disimular su mal, sino que pone allí al único que puede sanar las heridas y tiene un nombre: Jesucristo”.
Después de la publicación de la carta, Juan Carlos Cruz, uno de los tres sobrevivientes que se reunieron con el papa del 27 al 29 de abril, dijo que estaba conmovido por la carta del papa.
“Hay frases en la carta que son cosas de las cuales hablamos con el papa, como la cultura de los encubrimientos. Es un sentimiento emocional saber que él estaba escuchándonos y no fue solo un saludo”, dijo Cruz en una entrevista con la estación de radio chilena Tele13 el 31 de mayo.