FLATLANDS – Adriana Dorner admite que revisa su teléfono al menos 50 veces al día, sobre todo para mirar sus cuentas de redes sociales como Instagram, Snapchat y TikTok.

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Pero Adriana, alumna de último curso del instituto Midwood, se despide de estas tres redes por un tiempo. Quiere renunciar a las redes sociales durante la Cuaresma porque está deseando evitar cualquier distracción mientras se prepara para la Semana Santa.

“Definitivamente creo que me ayudará con mi crecimiento espiritual”, explicó Adriana, feligresa de la iglesia de Santo Tomás de Aquino en Flatlands. “Siento que paso demasiado tiempo concentrada en cosas como Instagram. Apagarlo durante un tiempo me hará bien”.

Adriana es una de las muchas adolescentes dispuestas a pasar la Cuaresma desconectando las redes sociales y sintonizando con Jesucristo.

Otro feligrés de Santo Tomás de Aquino, Joseph Allen, también se está desconectando para conectarse. En su caso, está haciendo una suspensión de TikTok.

“Ya empecé a hacerlo, incluso antes de la Cuaresma. Me ha dado más tiempo para pensar. También he estado leyendo mucho y me he metido más en la meditación”, explica Joseph, estudiante de último curso en el Brooklyn Technical High School.

Adriana y Joseph no están solos. En lugar de renunciar a los dulces, los refrescos y otros sabrosos vicios durante la Cuaresma, un número creciente de personas, jóvenes y mayores, están omitiendo Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat, TikTok y otros sitios de sus vidas virtuales.

Según una encuesta realizada en 2021 por YouGov, el 14% de las personas en EE.UU. a las que se preguntó a qué renunciaban durante la Cuaresma nombraron las redes sociales. Aunque esta cifra está muy por detrás de los dulces, el elemento de privación de la Cuaresma más popular -el 24% de los encuestados lo nombró-, sigue siendo un número significativo dada la omnipresencia de los medios sociales.

Tomarse un descanso de los medios sociales es un paso que los adultos han estado animando a dar a más jóvenes. Yuliana Restrepo, pastora juvenil de la iglesia de San José en Astoria, dijo que habla de ello con los adolescentes y jóvenes del grupo juvenil de la parroquia.

“Creo que es una buena idea. Nuestros jóvenes tienen tantas distracciones hoy en día. Siempre están mirando sus teléfonos. Si apagan el ruido y se callan, es cuando pueden oír la voz de Dios que les habla”, dijo.

El diácono Anthony Mammoliti, asociado pastoral de la iglesia de Santo Domingo en Bensonhurst, dijo que ha visto un hambre en los jóvenes por acercarse a Dios.

“Una buena forma de hacerlo es colgar el teléfono y ponerse a rezar”, dijo.

Siobhan Kelly, estudiante de primer año de la Universidad de St. John, prefiere realizar actos de servicio comunitario en Cuaresma en lugar de renunciar a algo. Pero últimamente ha estado reflexionando sobre el uso que hace de las redes sociales. “Utilizo las redes sociales como medio de evasión, para descansar de mis estudios”, admitió. “Estoy intentando reducir el tiempo que paso frente a la pantalla y rezar más”.

Y no se trata sólo de los jóvenes. El padre Dwayne Davis, párroco de Santo Tomás de Aquino, dijo que está intentando reducir su consumo de medios sociales.

“Realmente es una distracción. Me doy cuenta de que entro con la intención de quedarme poco tiempo, y lo siguiente que sé es que el tiempo ha pasado”, explicó.

Pero puede ser algo difícil de abandonar, incluso por poco tiempo. Joe Wisidagama, estudiante de último curso de la Universidad de St. John, se atiene a su plan de evitar los dulces durante la Cuaresma.

“Los dulces son algo muy importante para mí. Me gustan las galletas. No creo que pudiera renunciar totalmente a las redes sociales. Incluso si lo hiciera, probablemente seguiría mirando YouTube”, dijo.

Sin embargo, el movimiento de privación de los medios sociales parece estar calando, incluso entre los no católicos. Savannah Guthrie, copresentadora de “Today”, que asiste a una iglesia aconfesional en Manhattan, anunció recientemente en Instagram que renunciaría a Instagram durante la Cuaresma.

En su anuncio, Guthrie explicó que está dando el paso “para desafiarme a mí misma, para ser más reflexiva” y para “utilizar mi tiempo de forma más productiva”.

A Joseph Allen no le preocupa despedirse de TikTok durante 40 días. De hecho, puede que no sea una despedida temporal, dijo. “Creo que cuando acabe la Cuaresma, no volveré”, añadió.