Desde Roma

Ahora, yo vengo a anunciarles eso que ustedes adoran sin conocer.

En la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco advierte como Pablo tuvo la astucia de poner un “puente” entre el Evangelio y el mundo pagano, para progresivamente llevarlos a aceptar la fe verdadera.

El impacto frente al paganismo

El Papa pone énfasis en como San Pablo “tiembla al ver la ciudad llena de idolos”, pero lejos de permitir que el escándalo lo paralice, decide “familiarizarse con la ciudad y así comienza a asistir a los lugares y personas más importantes.” Conoce a judíos, filósofos epicúreos y estoicos, y muchos otros. 

Tender puentes

Este “impacto”  lo empuja a crear un puente para dialogar con esa cultura. En base a este ejemplo del Apóstol de los Gentiles, Francisco exhorta a los fieles: “Conoce a todas las personas, no te rindas, ve y habla con todas las personas.”

Les anuncio a Aquel que adoran sin conocer

El Santo Padre, citando a Benedicto XVI, dice de la obra misionera de Pablo: “anuncia a Aquel a quien los hombres ignoran, pero que conocen: el Desconocido.”  Pero la tarea de Pablo no termina con asimilación de la cultura pagana, sino que invita a todos a ir más allá de “los tiempos de la ignorancia.” Pablo llega así al kerygma y alude a Cristo, sin citarlo, llamándolo “el hombre a quien Dios ha designado, dando a todos una prueba segura al resucitarlo de entre los muertos”.

No temer al rechazo ni a los aparentes fracasos

Francisco, finalmente, se refiere al momento en que Pablo habla abiertamente del misterio Pascual de Cristo, suscitando el rechazo de la mayoría de los que primeramente escuchaban con atención; e invita a los cristianos a tener miedo al rechazo que produce en anuncio explicito de la fe cristiana, o incluso cuando puede ser causa de “ridiculo o bural,” ya que aun en ese aparente fracaso “algunos sì se adhirieron a las palabras del Apóstol y se abrieron a la fe: “Entre estos se encuentra un hombre, Dionisio, un miembro del Areópago, y una mujer, Damaris. ¡También en Atenas el Evangelio arraiga y puede correr en dos voces: la del hombre y la de la mujer!.”

En los saludos a los peregrinos el Papa exhorta “frente a los muchos sufrimientos de nuestro tiempo” a pedirle al Señor “que abra nuestros corazones a las necesidades de los necesitados, los indefensos, los pobres, los desempleados y los que tocan nuestra puerta en busca de pan, refugio y reconocimiento de su dignidad.”