En la mañana de hoy el Papa Francisco recibió en la Sala Clementina a las delegaciones que llegaron para hacer la entrega oficial del arbol de Navidad y el Pesebre que se exhibirán en la Plaza de San Pedro del Vaticano, ambos fueron inaugurados con el encendido de las luces durante la tarde.
El árbol es un abeto rojo de los bosques de Kočevje, donado por Eslovenia, mientras que el llamativo pesebre procede de Castelli, un pueblo de la provincia de Teramo, Abruzzo, que desde el siglo XVI es un centro de producción de cerámica apreciada en todo el mundo.
Al recibir a las delegaciones, el Santo Padre les agradeció la presencia y la contribución a crear el clima navideño propicio para vivir con fe el misterio del nacimiento del Redentor, recalcando que nunca como este año, son un signo de esperanza para los romanos y para aquellos peregrinos que tendrán la oportunidad de venir a admirarlos.
Al final del discurso invito a releer la carta Admirabile Signum para redescubrir el significado de la Navidad recibiendo a Jesús que es es nuestra paz, nuestra alegría, nuestra fuerza, nuestro consuelo. Una gracia que solo se concede a los que se reconocen pequeños, pobres y humildes como los personajes del pesebre.
El abeto elegido para la plaza de San Pedro tiene 28 metros de altura por 75 centímetros de diámetro; creció cerca de Kočevska Reka, a 6 kilómetros en línea recta desde el imponente bosque virgen de Krokar, que es uno de los primitivos aún intactos. Este bosque virgen es una de las dos reservas forestales de Eslovenia, el otro es el de Snežnik-Ždrocle (en la región de Notranjska), incluido entre los 63 sitios de antiguos bosques de hayas primigenios en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. El abeto más alto de Europa, “Sgermova smreka” mide 61,80 metros y se encuentra en el macizo de Pohorje en Eslovenia. Tiene unos 300 años, con un perímetro de 3 metros 54 centímetros y un diámetro de más de un metro.
El Pesebre Monumental, es un conjunto escultórico de 54 figuras muy simples desde el punto de vista estructural, hechas de arcilla refractaria, de las cuales solo se expondrán algunas. Es obra de los profesores y alumnos del Instituto de Arte Castelli construido entre 1965 y 1975 dirigida por los profesores Gianfranco Trucchia y Roberto Bentini.
Contiene la presencia de elementos propios del territorio castellano: por ejemplo, la flor antigua en monocromo azul; la niña sostiene una muñeca de trapo; la Campesina lleva sobre su cabeza, a la manera tradicional, piezas de queso.
La referencia al territorio también se manifiesta en el uso de los cinco colores de la llamada paleta castellana: amarillo, naranja, azul, verde y manganeso.
La obra parece inspirarse en diferentes épocas y estilos, especialmente de origen oriental: la parte estructural “a columna” y algunos detalles detalles como el cabello y la barba recuerdan a la escultura mesopotámica.
Pero también encontramos referencias al arte renacentista, al neobarroco del siglo XX y al arte informal.
Finalmente se quiso inmortalizar hechos importantes del mundo contemporáneo y por eso dentro de la obra encontramos estatutos excéntricos frente a las figuras tradicionales del pesebre, como el astronauta, que se refiere a la conquista de la luna.
La ceremonia de inauguración fue presidida por el cardenal Giuseppe Bertello y por el obispo Fernando Vérgez Alzaga, respectivamente presidente y secretario general de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. Al inaugurar la ceremonia, el cardenal Bertello dijo: Este belén nos hace comprender que el Evangelio puede animar todas las culturas y todas las profesiones.
El árbol y el Pesebre permanecerán expuestos hasta el final del tiempo de navidad, que coincide con la fiesta del Bautismo del Señor, el domingo 10 de enero de 2021.