“De colores, de colores se visten los campos
en la primavera. De colores, de colores
son los pajaritos que vienen de afuera.
De colores, de colores es el arco iris
que vemos lucir. Y por eso los grandes amores
de muchos colores me gustan a mí”.
–“De Colores”, himno del Movimiento de Cursillistas
EL PASADO 6 DE NOVIEMBRE en la parroquia Santa Rita, en Long Island City, Queens, se celebró la ultreya diocesana del movimiento de Cursillos de Cristiandad. Allí se reunieron feligreses de muchas parroquias de la diócesis de Brooklyn que forman parte del movimiento.
La jornada inició con la entrada de los grupos parroquiales y sus respectivos estandartes, los cuales fueron ubicados en las primeras bancas que rodean el altar de la iglesia. A continuación, monseñor Neil Tiedemann, obispo auxiliar de Brooklyn, celebró la eucaristía concelebrada por nutrido grupo de sacerdotes de la diócesis, entre los cuales se encontraba monseñor Perfecto Vázquez, director espiritual de los Cursillos de Cristiandad.
“Las vivencias son los evangelios escritos por nuestras vidas”, dijo monseñor Tiedemann en su homilía, donde reflexionó sobre el misterio de la muerte y la vida eterna.
“Sabemos que los lazos de amor que se hacen en este mundo no se deshacen en la muerte. Es un misterio entender la vida eterna en la resurrección […] la vida eterna es vivir en comunión con Dios y ser como Él”, dijo el prelado, quien invitó a los presentes a “ser ángeles de esperanza en la hora de la muerte”.
Así mismo el Obispo Auxiliar dijo que “la vida eterna es vivir en la presencia de Dios y en comunión con Él, algo que en realidad no podemos imaginar pero que al nal podremos ver al Padre cara a cara”.
En sus palabras de cierre, monseñor Vázquez agradeció a los organizadores y asistentes del encuentro, así como a los sacerdotes y diáconos presentes, entre ellos al padre José Carlos da Silva, párroco de Santa Rita; al padre Roberto Cadavid, vicario parroquial; al secretariado del movimiento de cursillistas, y a Fayez Salloum, su director laico, entre otros.
Al concluir la misa los asistentes cantaron el himno de su movimiento, dando paso a la ultreya, que comenzó con la oración al Espíritu Santo, seguido de un canto y una reunión del llamado “grupo otante”. Luego los asistentes escucharon el testimonio de un cursillista sobre su encuentro personal con Cristo.
Fayez Salloum explica que en Brooklyn y Queens existen alrededor de 59 grupos de cursillistas, que realizan ultreyas a nivel local en seis zonas de la diócesis y que se reúnen semanalmente en sus parroquias.
Durante el año se celebran dos ultreyas diocesanas donde los cursillistas de todas las parroquias se dan cita para compartir a la luz de la Eucaristía sus vivencias en el movimiento.