Noticia

Veinte años de episcopado

PARA CONMEMORAR el veinte aniversario de su ordenación episcopal, monseñor Nicholas DiMarzio celebró una misa de acción de gracias el 30 de octubre en la capilla del Centro de la Inmaculada Concepción, en Douglaston; a la que asistieron cerca de 200 sacerdotes, diáconos, seminaristas y empleados de la diócesis.

2013_may_dimarzio_popefrancis
Monseñor Nicholas DiMarzio saluda al papa Francisco.

Mons. DiMarzio había dicho que no quería ninguna conmemoración especial pero, a instancias de algunos obispos y sacerdotes, aceptó marcar la ocasión con una misa. Tras la liturgia se celebró una recepción.

Según el obispo, fue una celebración del episcopado para unirnos en la fe.

También dijo que durante los próximos tres años, antes de alcanzar la edad de jubilación obligatoria de 75 años, desea enfatizar el compromiso de reclutar futuros sacerdotes como una prioridad de la diócesis.

“Cuando mi madre todavía estaba viva y asistía a la diócesis de Camden, la llevé a la primera ordenación sacerdotal que realicé allí”, contó. “Después de la ordenación, estábamos solos regresando a casa en el auto y se volteó hacia mí y me dijo: ‘Ahora sé lo que se supone que es la misión de los obispos: formar otros sacerdotes’. Nunca he olvidado sus palabras”.

Monseñor agregó que varias veces le han preguntado qué le gustaría como regalo para su aniversario.

centr-dimarziosits

Garantizar el relevo

“Realmente no necesito nada”, dijo. “Lo que necesito para cumplir mi ministerio episcopal aquí entre ustedes en Brooklyn y Queens, es acrecentar la reserva de jóvenes que se preparan para el sacerdocio en nuestra diócesis”.

Invitó a los eles a acompañarlo en su oración para continuar el éxito que ha tenido hasta ahora.

“Durante los últimos años, hemos sido afortunados con el número de ordenaciones a la vida sacerdotal, pero si miramos hacia el futuro, necesitamos más vocaciones”, dijo.

Después de la misa, el obispo auxiliar Raymond Chappetto, que sirve como vicario general, le regaló al obispo en nombre de todos los sacerdotes de la diócesis, un certificado para cenar en uno de sus restaurantes favoritos.

Monseñor DiMarzio también recordó su sorpresa cuando recibió la llamada hace 20 años del Nuncio Apostólico, el arzobispo Agostino Cacciavillan, comunicándole el deseo del Santo Padre de nombrarlo como obispo auxiliar de Newark, New Jersey, su diócesis de origen.

“Me llamó y me dijo en italiano: ‘Chiedere niente e ri utare niente’, más tarde comprendí que habían sido las palabras de San Francisco de Sales: ‘Nada pedir, nada rehusar’. En verdad, el entonces arzobispo Cacciavillan quiso decir que deseaba que mi respuesta fuera un sí. Y eso fue lo que contesté, sin saber exactamente qué era lo que me esperaba”.

Monseñor explicó que ser obispo ha sido gratificante y desafiante: “Tan pronto como uno piensa que todo está en orden, sucede algo nuevo”, añadió. “Durante estos 13 años de obispo en la Diócesis de Brooklyn y Queens, cada día ha aparecido un nuevo problema. Estos años nunca han sido aburridos, pero también han sido un desafío”.

Para concluir su homilía, el obispo pidió un renovado esfuerzo en el reclutamiento vocacional.

“Si quieren colaborar en mi ministerio episcopal, por favor apóyenme, lo mejor que puedan, a descubrir y reclutar jóvenes a la vida sacerdotal y religiosa para la diócesis de Brooklyn y Queens”.

Entre los concelebrantes de la misa estuvieron todos los obispos auxiliares activos: Octavio Cisneros, Raymond Chappetto, Paul Sanchez, James Massa, Witold Mroziewski y Neil Tiedemann, C.P., además del arzobispo Paul Pei, de China, que se encontraba de visita en la diócesis.