En su última Audiencia General pronunciada desde la Biblioteca del Palacio Apostólico, el Papa Francisco, nos invitó a reflexionar sobre la situación crítica que viven muchas personas y comunidades a raíz de la pandemia, y como es un deber cristiano compartir los bienes para sostenernos en la esperanza, reconociendo que la creación no es un bien privado sino que nos fue dada por Dios para ser administrada en beneficio de todos.
La desigualdad social
El Santo Padre nos advierte del peligro que el lockdown nos haga pensar que si nosotros tenemos nuestra vida mas o menos en orden, también los otros se encuentran necesariamente en similares condiciones, permaneciendo indiferente a muchas situaciones de precariedad: “Algunos pueden trabajar desde casa, mientras que para muchos otros esto es imposible. Ciertos niños, a pesar de las dificultades, pueden seguir recibiendo una educación escolar, mientras que para muchísimos otros esta se ha interrumpido bruscamente.”
Una economía enferma
La denuncia del Pontífice se fundamentó en la ausencia de los valores humanos fundamentales en los planes económicos que provocaron una injusta distribución de las riquezas acumulada en pocas personas y un uso desproporcionado y dañino de los recursos naturales: “Esto es estadística pura. ¡Es una injusticia que clama al cielo!”
Administradores de la Providencia
El Papa advierte sobre una mala interpretación del mandato divino de “cultivar y cuidar la Tierra” como una “carta blanca” para hacer cualquier cosa. En cambio, este doble mandato se debe entender como una relación de reciprocidad entre los hombres y la Casa Común: “una relación de reciprocidad responsable entre nosotros y la naturaleza. Recibimos de la creación y damos a nuestra vez. Cada comunidad puede tomar de la bondad de la tierra lo que necesita para su supervivencia, pero también tiene el deber de protegerla.” Advierte Francisco que los bienes nos son dados como “administradores de la Providencia” y no como dueños absolutos: “Administradores. “Sí, pero el bien es mío”. Es verdad, es tuyo, pero para administrarlo, no para tenerlo egoístamente para ti.” Por eso, continúa el Obispo de Roma, la “regla de oro y primer principio del ordenamiento social”, establece que la propiedad privada está subordinada al destino universal de los bienes, y por lo tanto la autoridad política tiene el derecho y el deber de regular en función del bien común el ejercicio legítimo del derecho de propiedad.
Recuperar la “imagen de Dios”
La obsesión por poseer y dominar empanan en el hombre la imagen de Dios llevándolo al individualismo. Para restaurar esa imagen de Dios que todos tenemos, el Papa nos invita a mirar la experiencia caridad y creatividad que vivieron los santos y las primeras comunidades cristianas.
Pensar en los niños
“Y para finalizar, pensemos en los niños. Leed las estadísticas: cuántos niños, hoy, mueren de hambre por una no buena distribución de las riquezas, por un sistema económico como he dicho antes; y cuántos niños, hoy, no tienen derecho a la escuela, por el mismo motivo. Que esta imagen, de los niños necesitados por hambre y por falta de educación, nos ayude a entender que después de esta crisis debemos salir mejores. Gracias.”
Audiencias con presencia de fieles
Finalmente se informó que a partir del próximo miércoles 2 de Septiembre, y siguiendo el proceso de reapertura iniciado en Italia, volverán las Audiencias Generales con presencia de fieles, pero de momento no serán en la Plaza de Pedro, sino en el Patio de San Dámaso.