Al finalizar el primer trimestre del curso escolar el 7 de diciembre, las 69 escuelas y academias católicas de Brooklyn y Queens continúan haciendo el máximo esfuerzo por servir a sus comunidades.
Los niños siguen recibiendo clases en persona a tiempo completo o parcial y, a la vez, cumpliendo con estrictas medidas para la prevención del contagio.
La matrícula aumenta en muchas escuelas
El total de estudiantes en las escuelas y academias católicas en la diócesis es de 19,147. Cuarenta por ciento de las escuelas han visto su matrícula estabilizarse o aumentar este año, según indicó Ted Havelka, director de matrícula y ayuda financiera en la superintendencia de las escuelas católicas.
Solo en la última semana de septiembre, por ejemplo, 274 estudiantes nuevos se matricularon en escuelas católicas. La Academia Católica St. Stanislaus Kostka de Queens ha tenido un incremento de 105 estudiantes este año, dice su directora Catherine Mangone. Setenta y dos estudiantes llegaron de la Academia Católica Queen of the Rosary, que cerró recientemente, y 33 de escuelas públicas.
El año pasado la matrícula era de 216 estudiantes sin contar la guardería infantil. Este año tienen 332 estudiantes. “Un detalle interesante es que en octavo grado tenemos 13 estudiantes que estaban con nosotros el año pasado en séptimo grado. Ese séptimo grado era la clase más pequeña que teníamos en la escuela”, dice Mangone. “Ahora, tenemos 32 estudiantes de octavo grado y están recibiendo clases en dos salones separados. Tenemos más estudiantes nuevos en la clase que estudiantes que venían de nuestro séptimo grado”.
Treinta y tres estudiantes de St. Stanislaus Kostka están tomando clases en este momento tomando clases a través del programa de clases a distancia St. Thomas Aquinas Distance Learning. En enero tendrán la oportunidad de regresar a su escuela a tomar clases presenciales.
Mangone dice que en los salones de la escuela, donde pueden tener hasta 16 estudiantes por clase, tienen suficiente capacidad para recibir a los estudiantes que deseen tomar las clases en el edificio de la escuela.
Según su directora Allison Murphy, la Academia Católica St. Kevin —que tiene 302 estudiantes recibiendo clases con un modelo híbrido— experimentó “un gran aumento en la matrícula”. Este año se matricularon alrededor de 50 nuevos estudiantes de kindergarten a octavo grado, 10 de ellos provenientes de escuelas católicas que cerraron sus puertas recientemente y el resto de las escuelas públicas.
Aunque la escuela de Flushing no estaba en una de las zonas clasificadas como “amarilla” hasta el 30 de noviembre, Murphy dice que su escuela ha gastado al menos $200,000 para poder cumplir con las medidas de salud y prevención requeridas. Añadió que ya habían gastado aproximadamente $180,000 para la primera semana del curso escolar en septiembre para renovar el sistema de WI-Fi, comprar nuevos equipos y contratar personal extra. “Cuando terminemos todo este proceso, estoy segura de que habremos gastado unos, $250,000”, dijo Murphy.
Pruebas y casos de COVID-19
Desde septiembre, se han reportado 173 casos de COVID-19 en las academias y escuelas de la diócesis, de acuerdo con la base de datos del estado mantiene en internet. Esta base de datos estaba actualizada hasta el 30 de noviembre en el momento de escribir este artículo.
La diócesis trabaja en este momento con dos proveedores para administrar las pruebas de COVID-19 en las escuelas de las zonas amarillas.
Algunas escuelas comenzaron las realizar pruebas semanales antes del Día de Acción de Gracias; mientras que otras comenzarán a hacerlo en breve.
En las zonas amarillas se requiere que el veinte por ciento de la población de la escuela —estudiantes, maestros y demás trabajadores— se haga la prueba cada semana. Si la muestra de una semana arroja al menos nueve casos positivos, la escuela deberá cerrar y comenzar a ofrecer clases por internet.
El Departamento de Salud anunció a mediados de noviembre que las escuelas de las zonas amarillas no tendrían que seguir realizando las pruebas si el índice de positividad de cada escuela es más bajo que el índice de la zona amarilla durante dos semanas consecutivas.
El costo de estas pruebas para las escuelas en la diócesis oscila entre los $2,000 y los $10,000 semanales.
Hasta el momento, cada escuela ha tenido que enfrentar los costos de la administración de las pruebas, aun cuando las escuelas estaban ya enfrentando problemas de presupuesto antes de la pandemia.
Sin embargo, funcionarios de la diócesis dijeron a The Tablet el 30 de noviembre que están solicitando una ayuda de $1.3 millones para cubrir los costos de las pruebas médicas.
La Academia Católica St. Stanislaus Kostka, que está en una zona clasificada como amarilla en estos momentos, no había comenzado aún a realizar las pruebas semanales el 30 de noviembre.
Pero la escuela está lista para comenzar a realizarlas tan pronto un proveedor esté disponible. “Ya les enviamos a los profesores y a los padres de los estudiantes los formularios de autorización para realizar las pruebas, y nos los enviaron de vuelta”, dijo Mangone. La directora ya ha calculado los costos que deberá pagar su escuela.
Cada prueba cuesta $49 y, para cumplir el requisito de administrarla al 20 por ciento de la población de la escuela, tendrán que hacerle la prueba a 67 miembros de la escuela cada semana.
El costo ascenderá a $3,283 cada semana. “Estamos listos para comenzar en cuanto nos digan que pueden venir a administrar las pruebas, estamos listos para recibirlos y que hagan las pruebas”, añadió Mangone. “Sólo estamos esperando a que nos digan que pueden venir”.