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Católicos afroamericanos celebran su historia

Los católicos afroamericanos de las Diócesis de Brooklyn y Rockville Centre se reunieron en el Immaculate Conception Center, en Douglaston, en uno de los días más fríos del año, el pasado 14 de febrero, para dar gracias y alabar a Dios en ocasión del Mes de la Herencia Afroamericana.

“La opresión, la esclavitud, los prejuicios y la discriminación han marcado nuestra historia hasta el día de hoy”, afirmó monseñor Guy Sansaricq, obispo auxiliar emérito y vicario diocesano para los Católicos Afroamericanos. “Y sin embargo, a pesar de tantas tormentas terribles, nuestra nave no ha naufragado, nuestro pueblo ha sobrevivido”.

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“Como cristianos católicos, debemos recordar siempre que nuestro camino al verdadero éxito pasa por el Calvario. La estricta disciplina, la virtud sólida, la oración y la comunión sacramental con el Señor en la Eucaristía proveen la energía y la sabiduría necesarias para alcanzar la verdadera victoria”.

Monseñor Fernand Cheri, III, O.F.M., obispo auxiliar de la Arquidiócesis de New Orleans, fue el celebrante principal de la liturgia eucarística, que duró casi tres horas. Junto a él estuvieron docenas de sacerdotes, diáconos y seminaristas, monseñor Sansaricq y monseñor Robert J. Brennan, obispo auxiliar de Rockville Centre.

Antes del inicio de la liturgia, se ofreció un programa cultural de media hora con oraciones, cantos y bailes en honor de figuras históricas de la comunidad afroamericana como la madre Henriette de Lille, Daniel Rudd, el Dr. Martin Luther King Jr. y la madre Mary Lange. “Necesitamos el Mes de la Herencia Afroamericana para tomar conciencia de su legado y seguir avanzando por los caminos que ellos abrieron”, dijo monseñor Sansaricq.

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Darcel Whitten-Wilamowski, coordinador del Ministerio de Católicos de Herencia Africana de Rockville Centre, lideró el evento cultural con el coro que fundó hace 30 años, la agrupación Sister Thea Bowman, d.r.v.c./Mass Choir.

“Demos gracias por esta oportunidad en que nuestras dos diócesis se unen por primera vez en muchos años para celebrar nuestra herencia”, dijo. “Tendamos nuestros brazos a nuestros hermanos y hermanas de otras culturas y grupos étnicos que se han unido a nosotros en esta liturgia, que no es una celebración únicamente nuestra, sino una celebración de la Iglesia y de su maravillosa diversidad”.

En su homilía, monseñor Cheri invitó a la congregación a hacer un inventario personal para saber si cada uno de nosotros aprovecha los talentos que Dios nos ha dado. “Si los católicos afroamericanos quieren ser instrumentos de Dios para fomentar la paz en la Iglesia Católica, necesitamos la ayuda de Cristo”, dijo. “El mundo puede ser tolerante, pero nosotros estamos llamados a amarnos los unos a los otros a pesar de nuestras faltas”.

Bishop Cheri
Monseñor Fernand Cheri, III, O.F.M., obispo auxiliar de la Arquidiócesis de New Orleans, tuvo a su cargo la homilía.

“No debemos pensar que nadie es mejor que nosotros”, dijo el obispo refiriéndose al llamado de Jesús para servirnos unos a otros en la unidad de los fieles. “Cuando hay un conflicto entre nuestras necesidades y las necesidades de nuestros hermanos, debemos dar prioridad a sus necesidades”.

“Esto requiere atención diaria a la oración, una constante obediencia a Dios y la decisión de actuar incluso cuando no tenemos deseos de hacer nada”, afirmó. “Sólo seremos capaces de hacer esto si somos capaces de amar incondicionalmente”.

Si un creyente abre su corazón a este amor, experimentará “una paz que el mundo no le ha dado y que el mundo no puede arrebatarle”.