CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Peregrinos y simpatizantes se reunieron en las afueras del hospital Gemelli de Roma para saludar al papa Francisco cuando apareció públicamente por primera después de una semana tras someterse a una cirugía intestinal.
Apareciendo en el balcón de su suite en el décimo piso del hospital el 11 de julio, el papa fue recibido con aplausos y gritos de “Viva el papa” por la multitud reunida bajo el tórrido sol del mediodía.
“Les agradezco a todos”, dijo el papa. “He sentido su cercanía y el apoyo de sus oraciones. Muchas gracias”.
El papa Francisco fue ingresado en el hospital Gemelli el 4 de julio para someterse a “una intervención quirúrgica programada de una estenosis diverticular sintomática del colon”, según reportó en su momento el Vaticano. El papa va en camino a la recuperación y ha vuelto a trabajar desde el hospital.
Entre los simpatizantes en las afueras del hospital estaba Liliana Valina, quien, como el papa Francisco, es originaria de Argentina y vive en Roma.
Envuelta en la bandera argentina después de la victoria de su país el 10 de julio contra Brasil en la Copa América, Valina le dijo a Catholic News Services (CNS) que fue a visitarlo “porque me preocupo mucho por este papa y no solo porque es de Argentina como yo”.
“Creo que él transmite el mensaje de Jesús de una manera clara, incluso en las cosas que son incómodas para algunos”, dijo. “Vine aquí con la esperanza de que se recupere pronto, que esté sano”.
Cuando se le preguntó qué le diría a su compatriota si pudiera hablar directamente con él, Valina dijo: “Nunca te sientas solo porque tienes a Dios y tienes a muchas personas que te quieren y están contigo”.
Marlene Barbosa, originaria de Perú y residente en Roma, también se encontraba fuera del hospital con su esposo, Máximo López, así como con su madre, Susanna Morante, quien viajó desde Washington, para estar con su familia y tener la oportunidad de ver el papa.
“Queríamos verlo y recibir su bendición porque somos católicos, somos creyentes y a través de la oración hemos estado cerca del papa en estos días en los que su salud ha sido delicada”, dijo Barbosa a CNS.
“Estamos con él, siempre estamos orando para que se recupere por completo”, dijo. “Lo amamos, todo el Perú lo ama y todo el mundo lo ama”.
En su discurso, el papa reflexionó sobre la lectura dominical del Evangelio de San Marcos, en la que Jesús envió a sus discípulos a ungir a los enfermos con aceite y sanarlos.
El aceite, dijo, no solo representa el consuelo que se da a través de la unción sacramental de los enfermos, también simboliza “la cercanía, el cuidado, la ternura de quienes cuidan al enfermo”.
“Es como una caricia que te hace sentir mejor, alivia tu dolor y te anima. Todos, todos, tarde o temprano, todos necesitamos esta ‘unción’ de cercanía y ternura, y todos podemos dársela a alguien, ya sea a través de una visita, una llamada telefónica, una mano extendida a alguien que necesita ayuda”, dijo.
El papa Francisco dijo que su estadía en el hospital le dio la oportunidad de experimentar “una vez más lo importante que es una buena atención médica” y dijo que un servicio sanitario gratuito que garantice un buen servicio accesible para todos, y en especial para los más vulnerables, “¡es un precioso bien que tenemos que mantener!”.
Reconociendo que algunos hospitales administrados por la iglesia enfrentan la amenaza de cierre debido a una “gestión inadecuada”, el papa enfatizó que la vocación de la Iglesia Católica “no es tener dinero, es hacer un servicio, y el servicio es siempre gratuito. No os olvidéis de esto: salvar las instituciones gratuitas”.
Antes de rezar la oración del Ángelus con los fieles, el papa Francisco expresó su “aprecio y mi aliento” a los médicos, enfermeras y personal del hospital Gemelli. También pidió oraciones por los pacientes, especialmente los niños, en el hospital, varios de los cuales se pararon en el balcón con él.
“¿Por qué sufren los niños? Por qué sufren los niños es una pregunta que toca el corazón”, dijo. “Acompañarlos con la oración y rezar por todos los enfermos, especialmente por los que se encuentran en las condiciones más difíciles: que no se deje a nadie solo, que todos reciban la unción de la escucha, de la cercanía, de la ternura y del cuidado”.