CIUDAD DE MÉXICO (Por David Agren/CNS) — Un obispo en el centro del territorio donde se produce heroína en México está pidiendo al gobierno federal que continúe las conversaciones con los grupos armados —incluso con los carteles del narcotráfico— argumentando que muchos en el negocio de las drogas ilegales no son capaces de subsistir y están “buscando una salida”.
La ministra del interior de México Olga Sánchez Cordero dijo el 20 de agosto que se están llevando a cabo conversaciones con grupos armados, pero más tarde clarificó diciendo que no incluyen a carteles de la droga y más bien los encuentros fueron con los llamados grupos de autodefensa y policía comunitaria —según reportes de la agencia de noticias The Associated Press.
Tales grupos de autodefensa aparentemente se forman para brindar seguridad en regiones sin ley, pero algunas veces son captados por los carteles de la droga o se desvían hacia actividades ilegales.
La Secretaría de Gobernación informa que las supuestas expresiones de su Titular, @M_OlgaSCordero , en relación a una supuesta intención de diálogo del Gobierno Federal con bandas del crimen organizado, son falsas, (1/3)
— Gobernación (@SEGOB_mx) August 20, 2019
La ministra del interior escribió luego vía Twitter que Sánchez Cordero “expresó la voluntad de diálogo con auténticas organizaciones de auto defensa, para alcanzar la pacificación de algunas zonas del país, el desarme de esas organizaciones y de quienes las integran, para beneficio de sus comunidades y municipios … el gobierno federal no tiene ni tendrá diálogo con ningún grupo del crimen organizado”.
Pero el obispo Salvador Rangel Mendoza de Chilpancingo-Chilapa, le dijo a Catholic News Service que el gobierno debe “acercarse” a ambos grupos criminales y de autodefensa en su diócesis en el estado de Guerrero y dijo que los líderes ya estaban en conversaciones.
“Si el gobierno quiere dialogar con estos grupos criminales y, por encima de todo, quiere hablar con estas fuerzas policiales comunitarias, yo considero que está bien”, dijo el obispo Rangel.
“Para lograr la paz tienes que dialogar, incluso con Satanás, con quien sea que deba hacerse para conseguir la paz”, según el obispo. “Pero ellos tienen el punto de vista de que nosotros no queremos conversaciones porque ellos están rompiendo la ley. Por lo menos hay que escucharlos”.
El obispo Rangel ha buscado a los jefes de los carteles del narcotráfico para conversaciones en uno de los estados más violentos y marginados de México, Guerrero, el cual se despliega al sur de la ciudad de México e incluye la ostentación de Acapulco y la miseria de los barrios indígenas empobrecidos, donde la gente planta amapolas de opio para sobrevivir.
Pero el obispo Rangel comentó que la economía ilegal de plantaciones de amapolas de opio y el procesamiento de la heroína han colapsado debido al aumento del fentanilo sintético, el cual se vende más barato. Lo cual ha dejado devastadas y pasando hambre a las comunidades de su diócesis –dijo– mientras la gente está pasando dificultades para plantar cultivos alternativos como el maíz, después de haber pasado la vida entera “consiguiendo dinero fácil de las drogas”.
Con la caída de los precios de la heroína, algunos de los líderes de los carteles de la droga, dijo el obispo Rangel, “no quieren más combatir porque no tiene sentido. ¿Para qué están luchando? … Ahora, por nada”.
Agregó que “las drogas no están circulando más” en la región en la cual él sirve.
Las conversaciones de diálogo se dan cuando el índice de crimen en México ha alcanzado un récord máximo en el primer semestre del 2019.
Un subsecretario en el ministerio del interior recientemente se reunió con grupos de autodefensa en varios estados, lo que evidenció posibles divisiones en el gobierno federal por su estrategia de seguridad.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador propuso la iniciativa en 2018 de ofrecer una amnistía a los mexicanos dedicados al negocio de las drogas ilegales, pero dijo el 21 de agosto que se opone al diálogo con grupos criminales.
“No se tiene diálogo con integrantes de las bandas del crimen organizado, no tenemos esa relación”, dijo.
“Lo primero es atender las causas que originan la inseguridad, la violencia, que se rescate al campo, que se atienda a los jóvenes”.