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“Cumpliremos con las nuevas restricciones, pero la batalla no ha terminado”, dice Mons. DiMarzio

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WINDSOR TERRACE — Un juez federal denegó la solicitud de la Diócesis de Brooklyn de emitir una orden de restricción temporal para impedir que el gobernador Andrew Cuomo imponga nuevas y arbitrarias regulaciones sobre el COVID-19 en los lugares de culto.

La decisión del juez Eric Komitee, dictada a altas horas de la noche del 9 de octubre luego de una audiencia esa tarde, significa que las nuevas restricciones impuestas por Cuomo pueden entrar en vigencia.

La audiencia tuvo lugar un día después de que la diócesis presentó su demanda.

Reconociendo que se trata de una decisión “difícil”, el juez Komitee cerró filas con el gobernador. “Según el precedente de la Corte Suprema, el derecho a ejercer libremente la propia religión no exime a los fieles del cumplimiento de las ‘leyes normativas neutrales y de aplicación general'”.

En su decisión, Komitee escribió que la orden ejecutiva de Cuomo en realidad estaba dirigida a los lugares de culto de la comunidad judía ortodoxa y que la diócesis “se ha visto sido afectada con esta medida a pesar de haber evitado, por lo menos hasta el momento, ser parte del problema que nos incumbe.”

El juez señaló que en una aparición en CNN Newsroom con Poppy Harlow y Jim Sciuttto el 9 de octubre, Cuomo declaró que “el foco se concentra en una comunidad predominantemente ultraortodoxa (jasídica)” y que “el problema es con esa comunidad”.

Mons. Nicholas DiMarzio emitió un comunicado el 10 de octubre expresando su decepción por la decisión del juez y prometiendo que la lucha de la diócesis no ha terminado.

“Estamos decepcionados por el fallo inicial de anoche, pero este es solo el comienzo del caso y esperamos que finalmente prevalezca. Buscamos lo justo”, afirmó el obispo. “Hemos mantenido a los feligreses seguros y continuaremos haciéndolo. Por lo tanto, no hay razón para esta última interferencia en nuestro derecho de la Primera Enmienda de celebrar la misa juntos, por lo que continuaremos presionando a los tribunales y a nuestros funcionarios electos para que esta medida se elimine lo antes posible”.

Mons. DiMarzio también dijo que la diócesis tiene la intención de obedecer las nuevas regulaciones del gobernador, por lo que las primeras misas dominicales con las nuevas reglas en vigor serán el 10 de octubre.

“No nos queda más remedio que, por ahora, cumplir con las nuevas restricciones que limitan la asistencia a misa a 10 personas en las zonas rojas y 25 en las zonas naranjas. Pero seguiremos luchando para reivindicar nuestros derechos constitucionales fundamentales y seguiremos siendo un modelo de seguridad en nuestra comunidad religiosa. Y al hacer lo correcto y tener razón, prevaleceremos”, dijo.

El fallo del juez se produjo varias horas después de que otro juez federal se pusiera del lado del gobernador en una demanda separada presentada por Agudath Israel of America, una coalición de organizaciones judías ortodoxas, que también buscaba evitar que la orden de Cuomo se estableciera.

Borough Park, una comunidad predominantemente judía ortodoxa en Brooklyn, ha sido escenario de manifestaciones nocturnas esta semana oponiéndose  las últimas medidas de Cuomo.

El 6 de octubre, el gobernador anunció nuevos límites en la cantidad de personas autorizadas a asistir a servicios religiosos en lugares de culto en los llamados vecindarios de la zona roja designados como puntos calientes de COVID-19. En algunos vecindarios, solo se permitirá que 10 personas asistan a los servicios.

La diócesis presentó una demanda contra Cuomo en su calidad oficial de gobernador, acusando que las restricciones que puso bajo su Nueva Iniciativa de Acción contra Focos violan la libertad religiosa. El gobernador anunció su iniciativa el 6 de octubre en respuesta a un aumento de contagios de COVID-19 en los vecindarios de Brooklyn y Queens — en algunos vecindarios, la tasa llega al 5 por ciento.

Bajo la Nueva Iniciativa de Acción contra Focos, se están creando tres zonas — roja, naranja y amarilla — con zonas rojas que caen bajo las restricciones más severas. En las zonas rojas, las iglesias y otras instituciones religiosas están limitadas al 25 por ciento de su capacidad, con no más de 10 personas. En las zonas naranjas, la asistencia a los servicios religiosos está restringida a un máximo del 33% de la capacidad con no más de 25 personas. En las zonas amarillas, se habría permitido el 50 por ciento de la capacidad en los servicios.

La diócesis señaló que hay 28 iglesias y parroquias dentro de las zonas roja y naranja en su expediente judicial.

El obispo dijo que la diócesis no tuvo más remedio que presentar la demanda.

“Como líder de la Diócesis de Brooklyn, tengo el deber sagrado de proveer espiritualmente a todos los feligreses, madres, padres e hijos que asisten a la iglesia. Presentamos esta demanda a nombre de los 1,5 millones de católicos que adoran en nuestra Diócesis, que celebran la misa en 33 idiomas y provienen de un tapiz diverso de etnias, razas y nacionalidades, para que todos podamos mantener nuestro derecho a orar en la iglesia. como una comunidad de creyentes. La decisión inicial de anoche es un día triste para nuestra comunidad de la Iglesia, pero no dejaremos que nos disuada de nuestra fe. Pido a todos los católicos que se unan a mí en oración continua por el fin de este terrible virus”, dijo.

La diócesis también denunció que la orden del gobernador es injusta porque trata a las instituciones religiosas de manera diferente a las entidades seculares.

Como ejemplo, la demanda señaló las “consecuencias marcadamente diferentes que la orden impone a los negocios seculares, permitiendo, por ejemplo, que cientos de personas compren en una tienda de abarrotes, pero limitando el culto en una iglesia de 1200 asientos a solo 10 feligreses (nueve incluido el clero)”.

Si bien varios vecindarios en Brooklyn y Queens han visto aumentos en los casos de COVID-19, las iglesias no han visto un aumento, según el obispo.

La diócesis también describió, en detalle, cómo ha administrado cuidadosamente las misas en sus iglesias para garantizar la seguridad de los asistentes a la iglesia. Una sección del documento judicial presentado por la diócesis dice lo siguiente:

  • Asegurarse de que los feligreses usen máscaras en todo momento.
  • Bloquear filas alternas de bancos para que los feligreses no puedan sentarse inmediatamente al frente o detrás de otro.
  • Marcar los asientos con cinta adhesiva a seis pies de distancia en cada banco abierto para asegurar un distanciamiento social apropiado.
  • Proporcionar estaciones de desinfectante de manos en toda la iglesia.
  • Quitar todos los himnarios, misales y otras documentos de adoración de los bancos.
  • Abrir solo en horario abreviado tanto de lunes a viernes como para misas de fin de semana.
  • Mantener abiertas varias puertas para garantizar diferentes puntos de entrada y salida, y dirigir el tráfico en la iglesia, para asegurarse de que los fieles entren y salgan de una manera socialmente distante.
  • Mantener ujieres y guardias de seguridad adicionales para hacer cumplir todos los procedimientos y protocolos requeridos.