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Trump elige a jueza católica como candidata a la Corte Suprema

Ocho días después de la muerte de la jueza de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg, el presidente Donald Trump anunció el 26 de septiembre que Amy Coney Barrett, jueza de la Corte de Apelaciones del Séptimo Circuito con sede en Chicago, es su nominada para ocupar ese puesto.

El presidente dijo que se sentía honrado de nominar a Barrett a quien describió como “una de las mentes legales más talentosas de la nación” para la corte y la elogió por su lealtad a la Constitución. Esta debería ser una “confirmación directa y rápida”, agregó ante una pequeña multitud en el jardín de rosas de la Casa Blanca.

“Hay mucho en juego”, añadió. Barrett, por su parte, dijo que estaba “conmovida por la perspectiva de servir en la Corte Suprema” y dijo que si la confirmaban, siempre estaría consciente de que estaba siguiendo los pasos de Ginsburg. Al señalar que estaría en un grupo de nueve jueces, dijo que es algo a lo que está muy acostumbrada, con su esposo y su familia de siete hijos.

También enfatizó que de ser confirmada “asumiría el rol de servirle a los ciudadanos estadounidense”, y no se hace ilusiones de que el camino sea fácil.

La elección de Trump no es una sorpresa. Se informó que la católica y profesora de derecho de la Universidad de Notre Dame de 48 años era la favorita en la lista de candidatos apenas unas horas después de la muerte de Ginsburg y algunos medios comenzaron a anunciar su nominación un día antes del anuncio oficial.

La noticia provocó una reacción inmediata de ambos lados del espectro político y los católicos expresaron de manera similar su apoyo o alarma por la elección del nominado de Trump.

Brian Burch, presidente de CatholicVote, un grupo de defensa política independiente, dijo en una declaración del 26 de septiembre antes del anuncio formal de Trump: “Los católicos están encantados con la esperada nominación de la jueza Amy Coney Barrett y creen que representa la mejor opción para proteger la ley y nuestros derechos constitucionales“. Agregando que “merece un proceso de confirmación rápido y una votación en el Senado lo antes posible”.

Ahora se enfrenta al proceso del Senado, que incluye audiencias públicas, una votación del comité judicial y la del Senado, donde se necesita una mayoría simple, o 50 votos, para confirmarla como la próxima magistrada de la Corte Suprema.

Los republicanos tienen 53 escaños en el Senado actual y, de ser necesario, el vicepresidente Mike Pence podría romper un empate. Aunque no se ha establecido el cronograma exacto, el presidente del Comité Judicial del Senado, Lindsey Graham, republicano por Carolina del Sur, ha dicho que espera tener una votación final para fines de octubre, pocos días antes de las elecciones.

Si Barrett es confirmada como magistrada de la Corte Suprema, sería la sexta católica, junto al presidente del tribunal John Roberts y los magistrados Brett Kavanaugh, Clarence Thomas, Samuel Alito y Sonia Sotomayor.

El juez Neil Gorsuch se crió como católico, pero ahora es episcopal. Los jueces Stephen Breyer y Elena Kagan son judíos.