Enfoque internacional

Echar las redes en las redes sociales

En noviembre de 2014 registramos la historia de la hermana Xiskya Valladares, religiosa nicaragüense radicada en España quien en ese momento era un fenómeno en Twitter por el rápido crecimiento en el número de sus seguidores que en poco tiempo alcanzó los 22 mil, hecho por el que en internet fue conocida como la ‘monja tuitera’.

Actualmente la hermana Xiskya en su cuenta de Twitter ya pasa de los 71 mil seguidores, sin mencionar quienes siguen sus contenidos en Instagram, Facebook y TikTok. Recientemente la prensa internacional destacó la historia de la hermana Josefina Cattaneo, cuya cuenta en TikTok fue creada a finales de julio y actualmente supera los 105 mil seguidores.

La hermana Josefina tiene una voz suave y es cálida en el trato. A sus 25 años, ya con sus votos perpetuos, habla con su marcado acento argentino de las tantas bendiciones que su vocación religiosa le ha dejado y de cómo se las ingenia para que a través de sus videos en TikTok más y más personas en todo el mundo conozcan a ese Jesús del que ella se enamoró a sus 17 años.

“Me di cuenta que ahora más que nunca hay que estar en las redes compartiendo el mensaje de Jesús y anunciándolo a Él, entonces me empecé a preguntar: ¿por qué no estar en TikTok? Entonces empecé a orarle a Jesús a ver qué onda y pedirle que me echara una mano con esto”, cuenta la religiosa, quien es miembro de la Congregación de Hermanas Terciarias Mercedarias del Niño Jesús, con presencia en Chile, Uruguay y Argentina, donde fue fundada en 1887.

“Creo que Jesús me iba mostrando que por acá era […] que como iglesia tenemos que estar donde está la gente y fue así que empecé en esto de TikTok”, asegura la religiosa quien, al tiempo que creó su cuenta en esta novedosa red social, reactivó su presencia en Instagram, plataforma en la que de vez en cuando publicaba fotos con su familia y amigos.

A las dos semanas de abrir su canal en TikTok sus videos se hicieron virales. La cantidad de seguidores de su cuenta crecía como la espuma y la historia de la ‘hermana tiktokera’ empezó a circular por diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. “Yo la verdad me sorprendí. Jamás pensé que esto podría ser posible y nunca lo hice con ese propósito”, comenta.

Ella eligió esta app porque considera que “es muy para este tiempo en el que hay mucha gente que está triste o pasándola sola y quizá con miedo por lo que genera esta situación que estamos viviendo —la pandemia— y la aplicación tiene características tan dinámicas, creativas y divertidas que te hacen morir de la risa”, elementos que ha sabido aprovechar para compartir el mensaje de Jesús.

La hermana Josefina ha visto que sus seguidores en TikTok son niños, jóvenes y adultos. “Hay un poco de todo”, dice mientras asegura que eso le complace porque “Jesús vino para todos. Él no vino para las monjas y los curas nada más, sino para todos porque quiere estar en la vida de todos”.

Como ocurre frecuentemente en las redes sociales, los llamados ‘haters’ no se han hecho esperar y de vez en cuando lanzan comentarios fuera de lugar, pero eso a ella no le quita el sueño.

La hermana Josefina publica sus videos en la cantidad y medida que sus responsabilidades le permiten y a la hora de hacerlo prefiere ser espontánea y dejar que sea el Señor quien la inspire. “Yo puedo tener una agenda con una planeación digital muy buena, pero quizá no es lo que la gente necesita”.

Ella espera que de alguna forma “la gente le de una posibilidad a Jesús para construir la vida. En este tiempo más que nunca tenemos que replantearnos y no podemos perder toda la vida creyendo que no existe Dios o no dándole una oportunidad cuando Él es el primero que nos quiere libres, plenos y felices. Si no, al menos que se cuestionen sobre quién será ese Jesús que a tantos vuelve locos”.