CIUDAD DEL VATICANO (Por Carol Glatz/CNS)—. A veces los cristianos parecen preferir quejarse y sentirse infelices con su vida y esto los convierte en un blanco perfecto para el demonio, dijo el papa Francisco en una homilía de la mañana.
“La desolación viene de la serpiente” que tentó a Eva en el Edén y que “siempre muerde” cuando una persona se hunde en la desesperación, dijo el papa en la Misa matutina del 9 de abril en la capilla de su residencia, la Casa Santa Marta.
En su homilía, el papa reflexionó sobre la primera lectura del Libro de Números (21:4-9) en la que el pueblo de Dios, después de escapar de la esclavitud en Egipto, perdió la paciencia y se quejó sobre su difícil situación, “exhaustos por el camino”.
Dios los castiga enviando serpientes venenosas, pero luego ofrece un antídoto —una oportunidad de salvación— después de que el pueblo reconoce su pecado al quejarse contra Dios y contra Moisés.
La sensación de estar “exhaustos aleja de nosotros la esperanza”, dijo el papa. El cansancio le da a la gente una memoria “selectiva”; “siempre nos hace ver el lado malo de lo que nos está sucediendo y olvidar las cosas buenas que hemos recibido.
“Cuando estamos angustiados, no podemos soportar el camino y buscamos refugios o en ídolos o en las quejas” o de otros modos que muestran que nada es agradable o nos satisface, dijo.
“Esta es la vida de muchos cristianos. Viven criticando, quejándose, murmurando, estando insatisfechos”, prefiriendo verlo todo como un fracaso o digno de queja, dijo.
Pero de lo que no se dan cuenta, dijo, es que eso los convierte en “el perfecto terreno para la siembra del demonio”.
El papa Francisco pidió a todos que rueguen a Dios que “nos libre de esta enfermedad” —este temor a la esperanza y la sanación, el temor a la consolación y la resurrección del Señor.