BROOKLYN, New York—. Manuel Inoa nació en Queens, de padres dominicanos. Al terminar la escuela, estudió mecánica aunque la fotografía siempre estuvo muy presente en casa.
“Trabajé en talleres, también en una compañía de seguros comercial —middle market insurance— con clientes grandes como la NFL y Martha Stewart, pero siempre seguía tomando fotos”, dice mientras nos atiende en su estudio en Long Island City.
“La fotografía siempre ha sido una parte de mi vida, mi papá es fotógrafo y por eso desde pequeño tomaba fotos y siempre andaba con la cámara, pero lo hacía como un hobbie, nunca pensé que se fuera a convertir en mi carrera, en mi trabajo”, afirma.
Manuel recuerda que hubo tiempos en que trabajaba en los talleres de BMW y al terminar su turno se iba a un estudio en Harlem donde grababan, editaban videos y hacían trabajos para revistas. “Allí me dejaban usar el estudio y podía hacer mis photo shoots, pero era un hobby, porque yo tenía mi trabajo”.
Sin embargo, gracias a la calidad de sus fotografías, potenciales clientes comenzaron a interesarse en contratarlo y poco a poco comenzó a recibir cada vez más ofertas.
En esa época Manuel tenía una novia que se fue a Italia a estudiar y él decidió viajar con ella por un mes para pasear y conocer el país. Estando allí empezó a hacer head shoots a estudiantes en la universidad donde ella estudiaba, al tiempo que trabajaba en una compañía de seguros.
“Conocí a un señor que tenía una galería de arte y me dijo que hiciera una muestra de fotografía, así que la hice y vendí varias fotos. Allí tomé más impulso y aumentó el deseo de querer trabajar solo en fotografía”, dice. Por lo que al regresar decidió convertir su habitación en estudio.
Como toda empresa, la de Manuel fue tomando forma, mientras su trabajo se daba a conocer y aumentaban sus clientes. De aquel estudio en su habitación donde hacia fotografías de rostros, pasó a un espacio más grande. “Gracias a Dios, ahora tengo este estudio para hacer mi trabajo”, afirma Manuel.
“Desde hace tres años la fotografía se convirtió en mi única profesión, no quería hacer otra cosa. Mi papá me dijo que iba a ser difícil, me ofreció su ayuda y también el equipo que no usaba. Él me apoya y gracias a él desde pequeño he tenido una cámara y una luz para poder tomar mis fotos”, asegura agradecido.
Todo lo que Manuel sabe de fotografía lo ha aprendido gracias a su esfuerzo, dedicación, disciplina y experiencia pues es “algo que hago desde pequeño. Lo aprendí de mi papá cuando hacía fotos de matrimonio con él; así como de otros fotógrafos con los que trabajé de aprendiz, como Danny Hastings, dueño del estudio de la Calle 125”.
Manuel se le mide a todo, a la fotografía publicitaria, de retrato, social, artística y periodística. “Mi especialidad son los head shoots. Me gusta la interacción, la parte sicológica del head shoot”. Aunque lograr sacar y captar las diferentes expresiones faciales de sus clientes es un reto, es lo que más disfruta tras el lente, pues sabe que al final ellos se sorprenden viendo el resultado y se animan a dar lo mejor de sí para plasmarlo en cada foto.
Entre sus clientes estrellas figuran actores como Andrew Casanova, quien trabajó en Blue Bloods, así como la actriz y cantante Grizel del Valle, conocida como la Chachi, quien ha cantado con Don Omar. También ha realizado trabajos para American Music Dramatic Academy y anuncios publicitarios para marcas como Nestea, Toyota y Sprectrum Latino.
MANUEL INOA
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