Entrevista

“El gobierno está cavando su propia tumba”

Entrevista con el Cardenal Jorge Urosa, arzobispo de Caracas

El lunes 29 de agosto conversamos con el Cardenal Urosa en Bogotá, Colombia, donde se encontraba participando en la celebración del Jubileo de la Misericordia en las Américas, un evento al que acudieron unos 300 obispos de todos los países del continente americano.

El arzobispo de Caracas es un hombre de elegancia puntual y afabilidad instantánea. Sorprende la sonrisa franca y recurrente, el trato abierto y la conversación natural de alguien que vive bajo presiones y peligros incalculables. No menciona los ataques y el acoso a los que ha estado sometido por años en su patria. Describe la situación venezolana y adjudica responsabilidades en el desastre, pero nunca se nota en su voz una pizca de resentimiento. Es dolorosamente consciente de la gravedad del momento que vive su país, pero tiene el optimismo de un hombre que confía en Dios y que confía en su pueblo.

Éste fue el diálogo que sostuvimos.

Jorge I. Domínguez-López: Venezuela vive bajo graves tensiones, pero la Iglesia debe ser “todo para todos”. ¿Cómo se logra cumplir esa misión en medio de las divisiones que existen hoy en su país?

Cardenal Jorge Urosa Savino: Bueno, la estamos cumpliendo conscientes de nuestra responsabilidad pastoral, religiosa y, al mismo tiempo, cívica; viviendo el Evangelio de Jesucristo y anunciando el Evangelio de Jesucristo, que es un Evangelio de paz, de amor, de respeto, de libertad y de vida; y proponiendo siempre lo que nosotros consideramos que es —de acuerdo a la doctrina social de la Iglesia— lo mejor para el país; y promoviendo siempre la defensa de los derechos humanos de todos los venezolanos.

De manera que, independientemente de las simpatías políticas que puedan tener diversos sectores, nosotros hablamos para todos; y buscamos la manera de promover el bien común —no el bien de un grupo, sino el bien del país. Y por eso tenemos el respeto de la gran mayoría de los venezolanos.

Nosotros hablamos para todos;
y buscamos la manera
de promover el bien común. 

JID: El gobierno de Venezuela tiene una actitud beligerante en su relación con muchas instituciones y grupos de la sociedad civil venezolana, y en particular con la Conferencia Episcopal, con la Iglesia. ¿Se ha mantenido unido el episcopado en esta situación?

Cardenal Urosa: Ciertamente, la unidad es muy importante porque nosotros estamos llamados a “ser uno para que el mundo crea”. La unidad de la Iglesia es una de las notas características que hace creíble su mensaje. En medio de diversas circunstancias, el episcopado venezolano permanece unido porque no nos guiamos por simpatías políticas personales sino por el Evangelio de Jesucristo, por la doctrina social de la Iglesia y por la defensa de los derechos de los venezolanos, como dije anteriormente.

De manera que estamos sólidamente unidos en torno al Evangelio, en torno a la doctrina y en torno a la defensa del pueblo venezolano.

JID: El gobierno actual ha atacado a la Iglesia, a la Conferencia Episcopal, con agresividad y constancia. ¿Ha afectado esto la lealtad del pueblo católico sencillo a sus obispos?

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El Cardenal Urosa durante uno de los recesos de la celebración del Jubileo de la Misericordia en el Continente Americano en Bogotá, Colombia. Foto: Jorge I. Domínguez-López

Cardenal Urosa: Yo diría que no. Los obispos venezolanos estamos presentes en todo el país, vamos a todas partes, a las zonas populares, a las zonas más deprimidas, a las zonas de clase media, a las zonas de clase alta… Y en todas partes somos bien recibidos porque la gente ve que no estamos promoviendo una parcialidad política, sino que promovemos el Evangelio de Jesucristo y sus derechos. De manera que yo diría que la propaganda política antiecleciástica que hace el gobierno no ha hecho mella en la gran mayoría del pueblo venezolano. Y esto es algo que a nosotros nos llena de una gran alegría.

JID: Se teme una deriva de Venezuela al caos a causa de la falta de alimentos y otros productos básicos. ¿Cómo puede la Iglesia brindar asistencia a los más desvalidos en medio de esta situación caótica?

Cardenal Urosa: Nosotros no tenemos los recursos o el dinero necesarios para suplir las necesidades que debían ser suplidas por el desarrollo normal de la economía del país. Tenemos, sin embargo, una gran cantidad de obras de beneficencia, de programas sociales de atención a los pobres; y estamos haciendo todo lo que podemos.

Pero hay que tener en cuenta que la obligación de proveer la seguridad alimentaria y de garantizar el derecho del pueblo al trabajo y a una vida digna le corresponde al gobierno nacional, no nos corresponde a nosotros. Nosotros no manejamos los recursos del estado para poder atender las necesidades del pueblo, cuya situación es cada vez peor debido al mal manejo de la economía que ha hecho el gobierno venezolano.

JID: Eminencia, el 1 de septiembre se realizará una gran manifestación opositora en Caracas para exigir que se realice el plebiscito revocatorio. ¿Qué hará la Iglesia para cumplir buscar la concordia y el diálogo en los duros meses que se avecinan?

Cardenal Urosa: Procuraremos continuar nuestra misión de promover la paz, de promover el encuentro, de promover —repito— la defensa de los derechos del pueblo venezolano. ¿Cuál va a ser la situación? Pues no lo sabemos. Pero en todo caso estaremos pendientes de que no se violen los derechos de nadie. Ésa es la gran meta que tenemos permanentemente.

JID: ¿Cuál ha sido el papel de la Iglesia local, en particular de la Conferencia Episcopal Venezolana, y de la Santa Sede, como mediadores en el conflicto venezolano?

Cardenal Urosa: La Conferencia Episcopal tradicionalmente ha sido un factor de entendimiento, un factor de diálogo entre diversos sectores. En diferentes épocas ha habido fuertes conflictos políticos entre diversos sectores del país y el episcopado venezolano, la conferencia episcopal, ha servido de facilitadora del diálogo.

JID: ¿Se refiere a la época anterior al chavismo?

Cardenal Urosa: Sí, antes del chavismo, sí.

JID: Siempre que han surgido conflictos…

Cardenal Urosa: Ahí ha estado la Iglesia ayudando al entendimiento de los diversos sectores del pueblo venezolano. Actualmente, dada nuestra actuación independiente, como expresión de nuestra autonomía crítica, el gobierno rechaza la intervención del episcopado. Porque es importante señalar que el gobierno no admite ninguna oposición, ninguna opinión distinta a la que ellos emiten sobre cualquier tema. Y por eso —como tú mismo has indicado— el gobierno se enfrenta a una gran cantidad de instituciones en el país.

El gobierno quiere simplemente imponer una visión totalitaria, marxista y estatista de la vida política, social y económica de Venezuela.

Debido a eso, este gobierno no admite al episcopado como un elemento de facilitación, de encuentros y de diálogo. Por otra parte, el gobierno no es amigo ni de los encuentros ni del diálogo. El gobierno quiere simplemente imponer una visión totalitaria, marxista y estatista de la vida política, social y económica de Venezuela. Y por eso no admite la participación del episcopado.

Por otra parte, ha habido circunstancias difíciles, especialmente en el año 2014, en que se vio necesitado de alguien que facilitara…

JID: ¿El período de manifestaciones masivas?

Cardenal Urosa: Sí, exactamente, en el año 2014. Hubo una situación bastante crítica y el gobierno se vio necesitado de alguien que ayudara a establecer un diálogo entre el gobierno y la oposición y entonces recurrió al Vaticano.

Bueno, gracias a Dios, esa intervención fue positiva. El Vaticano sigue, y el Santo Padre sigue estando generosamente bien dispuesto a ayudarnos y esperamos que esa ayuda y ese diálogo se puedan concretar.

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El autor con el Cardenal Urosa tras la entrevista.

JID: De cara al futuro, ¿cuál es el daño o la secuela de este período de enfrentamientos y tensiones que habrá que sanar en Venezuela? ¿Cuál será el papel de la Iglesia en ese proceso?

Cardenal Urosa: Tendremos que ayudar a la gente a reconciliarse, tendremos que ayudar a la gente a perdonar, ayudarlos a mirar hacia delante y no estar permanente recordando los momentos malos. Eso es algo que la Iglesia ha hecho siempre en todas partes del mundo. De manera que nosotros procuraremos ser artífices de paz, de encuentro y de reconciliación.

Tendremos que ayudar a la gente
a reconciliarse, a perdonar

JID: Y hablando de mirar hacia adelante, ¿cómo se imagina Ud. a Venezuela en cinco o seis años?

Cardenal Urosa: La imagino libre, próspera, democrática, porque evidentemente, el gobierno está cavando su propia tumba. Es decir, el gobierno, con esa actitud de cerrazón a las diversas soluciones los problemas sociales, políticos y económicos que confronta, está simple y llanamente provocando su propia caída. Eso vendrá, de una manera u otra.

El país resurgirá. Gracias a Dios hay una gran cantidad de recursos. Y el pueblo venezolano tiene una característica que es muy hermosa: es su gran optimismo. El pueblo venezolano es un pueblo optimista, que sabe superarse, que sabe echar adelante en medio de las dificultades. Yo estoy seguro de que dentro de cinco o seis años tendremos una Venezuela mucho mejor que la de ahora.