Desde hace tiempo, la Iglesia ha visto los medios de comunicación social como instrumentos importantes para la evangelización. Uno de los documentos aprobados en el Concilio Vaticano II fue el decreto sobre los medios de comunicación social Inter mirifica. Allí se afirma:
Entre los maravillosos inventos de la técnica que,sobre todo en estos tiempos, el ingenio humano, con la ayuda de Dios, ha extraído de las cosas creadas, la madre Iglesia acoge y fomenta con especial solicitud aquellos que atañen especialmente al espíritu humano y que han abierto nuevos caminos para comunicar con extraordinaria facilidad noticias, ideas y doctrinas de todo tipo. Entre tales inventos sobresalen aquellos instrumentos que, por su naturaleza, pueden llegar no sólo a los individuos, sino también a las multitudes y a toda la sociedad humana, como son la prensa, el cine, la radio, la televisión y otros similares.
El propósito esencial de esta columna ha sido siempre destacar los valores evangélicos que podemos hallar en la historia que cuenta una película, a veces más allá de la visión o la intención de sus creadores.
En esta entrega de Cine de Valores quisimos hacer un compendio de las cintas donde aparece un papa o un actor que encarna la su figura, para así analizar la importancia de la figura del máximo jerarca de la Iglesia Católica en el mundo del cine.
Las sandalias del pescador (1968)
Esta película está basada en un libro de Morris West en la que el afamado y fallecido actor Anthony Quinn encarnó al obispo ucraniano Kiril Pavlovich Lakota (personaje ficticio), quien es liberado por las autoridades soviéticas tras 20 años de cautiverio en Siberia. Lakota es el primer sorprendido cuando resulta elegido como Sumo Pontífice y asume de inmediato su mayor desafío: es evitar la guerra entre la antigua Unión Soviética y China.
El niño y el Papa (1986)
Esta producción cinematográfica colombo- mexicana fue dirigida por Rodrigo Castaño y protagonizada por Christopher Lago, Verónica Castro, Andrés García y Carmenza Duque. Se estrenó en febrero de 1987.
Ángel es hijo de Alicia, una modesta costurera que se esfuerza para que su pequeño estudie y en un futuro logre graduarse como abogado. Un día mientras se dirige a su escuela un terremoto azota al Distrito Federal, dejando caos, destrozos y cientos de desaparecidos. La historia se desarrolla entre la angustia de madre e hijo que buscan reunirse mientras que el destino les depara un reencuentro cuando ella desde México ve en la televisión a su hijo saludando personalmente al Santo Padre en su visita a Colombia.
Parte del final de la película se grabó el 3 de julio de 1986 y tiene imágenes inéditas y reales de la llegada de Juan Pablo II a territorio colombiano y de una multitudinaria misa oficiada por él en la capital.
Sister Act (1992)
Aunque fugaz, la aparición de la figura papal en esta recordada producción, constituye uno de los finales más recordados para los seguidores de la popular actriz Whoopi Goldberg. Esta película que en nuestros países se conoció como “Sorprendidas”, es una comedia que cuenta la historia de Deloris Van Cartie, una mujer que es perseguida por un criminal que quiere asesinarla y por lo cual decide ocultarse en un convento donde toma los hábitos y se hace cargo del coro con tan buenos resultados que terminan cantando delante del Papa, caracterizado por Eugene Greytak, quien sólo se ve de espaldas y de frente pero desde lejos.
El papa Juan Pablo II: su vida (2005)
Esta miniserie escrita y dirigida por John Kent Harrison, trasmitida por la televisión estadounidense, narra la vida de Juan Pablo II antes de ser el sucesor de San Pedro y hasta su muerte el 2 de abril de 2005 a la edad de 84 años. El actor Cary Elwes encarnó el personaje de Juan Pablo II en sus años juveniles mientras que Jon Voight lo interpretó durante su papado.
El baño del Papa (2007)
Esta película uruguaya escrita y dirigida por César Charlone y Enrique Fernández contó con participación brasileña y francesa. Está inspirada en el libro de cuentos “El día en que el papa fue a Melo”, del escritor brasileño Aldyr García Schlee.
Es 1988 y en Melo, una modesta población uruguaya muy cerca a la frontera con Brasil, había gran revuelo entre sus moradores frente a la histórica visita del papa Juan Pablo II. Anuncian que casi 50 mil personas vendrán a ver al Papa. Todos en el pueblo piensan en sacar provecho económico y planean tener ventas de comida, banderas, medallas y otros elementos mientras se olvidan de la bendición de la presencia de Su Santidad en su tierra.
Beto, el protagonista de la película, es un hombre de familia a quien se le ha ocurrido ofrecer un servicio que hasta ahora nadie ha contemplado: un baño público, el cual espera habilitar frente a su casa en medio de diferentes dificultades para conseguir el dinero de su ambicioso proyecto. Al final el Papa llega a Melo pero las multitudes nunca aparecen y todos en el pueblo se quedan con todo lo que esperaban vender .