El diácono Guillermo Gómez nació el 27 de enero de 1949 en Riosucio, un municipio en el departamento de Caldas, en Colombia. Desde muy pequeño el diácono Gómez vivió en diferentes ciudades debido al trabajo de su padre quien era mecánico en una multinacional. De Riosucio salió cuando tenía siete años de edad. Vivió también en Medellín, Cali, Bogotá, Pereira, Tuluá y Manizales.
En Manizales empezó a estudiar filosofía, pero no alcanzó a graduarse. En 1970 se casó con Rosa y tres años después viajaron a Estados Unidos porque acá vivía la familia de su esposa. “Llegamos a Nueva York, empezamos a buscar trabajo e inmediatamente nos vinculamos a la iglesia, estuvimos trabajando en San Miguel, en Flushing, junto a monseñor Otto García, quien estaba recién ordenado. Estuvimos un poco más de un año”.
Estando allí se interesó en el diaconado. “Cuando fui a entrar al diaconado, le pregunté a monseñor García por el programa. Apenas estaba el proceso de iniciación y cuando abrieron las inscripciones formales, él me dijo: ‘Aquí está la inscripción, pero como no vives aquí, tienes que ir a San Gerardo, que es tu parroquia, presentarte y llenar los papeles para entrar al diaconado”.
La familia Gómez se había mudado para Hollis y su nueva parroquia era San Gerardo de Mayela. Se ordenó diácono el 9 de octubre de 1981. “Mis compañeros se ordenaron en 1978, pero yo era muy joven y no me podían ordenar, tuve que pedir dispensa a Roma y me tocó esperar tres años antes de obtener la dispensa y fui ordenado solo en mi parroquia”.
Ha servido en San Gerardo de Mayela, pero también está en el programa del Diaconado, en el Instituto Pastoral. “Cuando empezó el Ministerio Hispano en la Diócesis, mi esposa y yo trabajamos con monseñor Valero, en aquel entonces él era el padre Valero, en el Comité de la Pastoral Hispana. Siempre hemos estado vinculados los dos en el ministerio hispano”.
Fue delegado para el Segundo Encuentro Nacional de Pastoral Hispana en 1977 y forma parte del Consejo Diaconal de la Diócesis. Ha sido parte de la facultad de formación Diaconal desde sus inicios, dando clases y retiros, junto a su esposa. Participaron en el Encuentro Matrimonial por 18 años. En 2002 fue delegado de la Diócesis a la National Advisory Council (NAC) para los obispos de Estados Unidos por cuatro años.
“Soy miembro del Comité de Liturgia, formo parte del entrenamiento para ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión y Lectores, fui parte del Instituto Pastoral como maestro y supervisor”.
En el Diaconado dictó diferentes cursos sobre liturgia, las Cartas de San Pablo, Cristología, los Profetas, etc. “Fui el primer diácono colombiano ordenado en la Diócesis. El primer grupo se ordenó en 1977, en 1978 era el segundo grupo de ordenación, ese fue el grupo con el que estudié”. En 2016 monseñor Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn, lo nombró encargado del Ministerio Colombiano en la Diócesis.
A pesar de llevar tantos años viviendo en Estados Unidos, el diácono Gómez y su esposa Rosa, tratan de mantener algunas costumbres colombianas. “Trato de mantener nuestra cultura y tradiciones colombianas, como la novena, las velitas, la víspera de la Inmaculada Concepción, la misa en honor a la Virgen de Chiquinquirá”.
Cuando no está en sus labores propias de su trabajo, al diácono Gómez le gusta escribir poesía, caminar y leer. “Me gusta el fútbol, sobre todo las eliminatorias y el campeonato mundial. En Colombia era hincha de América, cuando llegué a Estados Unidos me empezó a gustar el béisbol y me gustan los Mets, aunque vayan de últimos, eso no importa”.
El diácono Guillermo Gómez tiene claro qué es lo mejor de su vocación, “lo mejor de ser diácono es acercarme más a Dios a través del servicio”.