WASHINGTON (Por Kurt Jensen/CNS) — La lucha para acabar con el tráfico humano y la explotación sexual necesita su propio momento #MeToo (Yo también), dice una activista contra este crimen.
Winifred Doherty, hermana del Buen Pastor, y representante de su congregación religiosa ante las Naciones Unidas, dijo que la trata de personas es “una degradación del ser humano” que está “enraizada en la estructura de la sociedad” y más aún en el momento presente.
La “aceptación social de la prostitución de mujeres y niñas” incluye llamarles trabajadoras sexuales. “La prostitución no es ni sexo ni trabajo”, dijo la hermana Doherty en la conferencia Shine the Light en el capitolio de Estados Unidos el 15 de mayo. Si la igualdad de género se puede hacer ley, los traficantes “ya no podrán comprar y vender personas”, dijo.
Participantes de la conferencia hablaron sobre la explotación sexual y la del trabajo forzado en los Estados Unidos. Según un informe reciente de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, el 79 por ciento de la trata de personas alrededor del mundo implica la explotación sexual. El reporte dice que el 18 por ciento se trata del trabajo forzado, que promete a personas desesperadas trabajo estable y bien remunerado pero que luego los obliga a la esclavitud para pagar deudas y tomar empleos mal pagados.
Este tipo de delitos, dijo la hermana Doherty, pueden estar sucediendo en vecindarios comunes y corrientes y no en lugares remotos. La próxima vez que entren a un salón de peluquería o masaje donde trabajan inmigrantes hay que preguntar: “¿Qué está pasando allí? ¿Quién está trabajando allí?”.
La Ley de Protección a las Víctimas de la Trata de Personas del 2000 fue la primera ley federal integral para abordar la trata de personas, pero se necesita hacer más, enfatizó la hermana Doherty. Ella también aboga por la protección y despenalización de las mujeres que han sido forzadas a la prostitución.
La conferencia fue organizada conjuntamente por el Centro Nacional de Defensa de las Hermanas del Buen Pastor con la Convención Bautista del Distrito de Columbia. Posteriormente, los participantes se reunieron con representantes del congreso para abogar por dos proyectos legislativos.
La propuesta legislativa H.R. 4485, también conocida como la Ley de Savanna, estandarizaría los procedimientos de investigación y construiría bases de datos para fortalecer la respuesta federal ante el creciente número de mujeres indígenas y mujeres indígenas de Alaska desaparecidas y asesinadas. La propuesta lleva el nombre de Savanna LaFontaine-Greywind, una mujer embarazada de 22 años de la tribu Spirit Lake que fue asesinada en agosto.
En el Senado, el Senador Republicano de la Florida, Marco Rubio, ha patrocinado una propuesta para proteger el acceso a la educación para niñas en áreas vulnerables, para garantizar que niños desplazados en el extranjero debido a conflictos reciban una educación.
Dos ex prostitutas, a quienes se les dio ayuda por Dawn’s Place, un centro residencial de rehabilitación en Villanova, Pensilvania, operado por varias órdenes religiosas católicas, y en Covenant House Pennsylvania, una instalación que atiende a personas sin hogar y refugiados en el área de Filadelfia, dijeron que terapia fue importante para reconstruir sus vidas, pero requiere mucho tiempo.
“Para mí, estar en ese programa, básicamente me estaban enseñando a amarme primero. Tomó todo un año de terapia de trauma para sentirme como una nueva persona” dijo la mujer que se graduó del programa de Dawn’s Place.
En los Estados Unidos, según estadísticas proporcionadas por la conferencia, 17,000 niños (46 cada día) son traficados anualmente.
“Los traficantes tienen un sentido (de abuso sexual en el pasado)”, dijo Angela Aufdemberge, presidenta de Vista Maria, una organización de servicios sociales en Dearborn Heights, Michigan. “La mayor necesidad es abordar el maltrato en los hogares y supervisar con quién se están comunicando nuestros hijos en el internet”.
Traficantes pueden atraer a niñas haciéndolas enviar una foto de ellas desnudas a través de Snapchat, donde las fotos desaparecen después de ser recibidas, dijo Aufdemberge. Pero con los traficantes, las fotos siempre permanecen.
Su organización se enteró de un hombre que se ponía en contacto con 100 niños al día para atraerlos a la explotación sexual.
Hilary Chester, directora asociada del programa en contra de la trata de personas para la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, dijo que los traficantes de trabajo se aprovechan de la baja autoestima de sus víctimas. El tráfico de trabajo en los Estados Unidos está muy involucrado en las industrias de procesamiento de carne y mariscos.