Biblia

¿Era Jesucristo machista?

“Este hombre es un machista”. Insultos semejantes se escuchan con frecuencia. Las mujeres se sienten ofendidas por la actitud de superioridad que muestran algunos hombres. Quizá sea interesante preguntarnos sobre la opinión de Jesús sobre las mujeres; es decir, con perdón, preguntarnos si era machista.

En los evangelios aparece muy claro que siempre las defendió, superando el machismo de su tiempo. Él mantuvo con respecto a las mujeres, una actitud de apertura, de acogida, de respeto y ternura, como aparece en los evangelios.

La mejor manera de conocer el corazón del Señor en su relación con las mujeres será presentar las palabras suyas mostradas en distintos encuentros con ellas. Los Evangelios son generosos y claros en contarlas.

Todo el capítulo 4 del Evangelio de San Juan describe el bello encuentro de Cristo con la mujer samaritana y su diálogo respetuoso, junto al pozo de Jacob. Él, sediento y necesitado, sencillamente le suplica: “Dame de beber”. Y al final de la conversación, reconoce su opinión y le dice cariñosamente: “Tienes razón, mujer, en eso has dicho la verdad”.

Pasando a otro episodio, Jesús se enfrenta a los soberbios que querían condenar a las prostitutas. El Maestro se enfrenta a ellos, las defiende y anuncia claramente: “Los publicanos y las prostitutas entrarán antes que vosotros en el Reino de Dios”.

En otra ocasión, Cristo no acepta que en el matrimonio se discrimine a la mujer, repudiándola y despachándola por cualquier excusa que se le ocurra a un hombre. Por eso, dice con palabra firme: “Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.

Por el contrario, ¡cuántas alabanzas de Jesús a las mujeres encontramos escritas en los evangelios!

A la pedigüeña pagana, le reconoce: ¡Mujer, qué grande es tu fe!

Ante los que se burlaban de él, ordena a la que creían muerta: “Muchacha, a ti te lo digo, levántate”.

A la enferma con flujos de sangre: “Animo, mujer, tu fe te ha salvado”.

Y a la pobre viuda de Naím le dice lleno de compasión: “No llores, mujer”.

Una muestra más del respeto de Jesús con las mujeres es narrada en el capítulo 8 de Juan: la mujer sorprendida en adulterio. Los fariseos le hacen una pregunta provocativa: La ley nos manda apedrear y matar a las adúlteras, ¿tú qué dices? El Señor responde sereno: “Aquel que no tenga ningún pecado, que arroje la primera piedra. A la pecadora, Jesús le dice dulcemente: “Mujer, yo no te condeno. Vete en paz y no peques más”.

Antes de sufrir Jesús su dolorosa Pasión, otra mujer en Betania derrama sobre su cabeza un oloroso perfume. Ante las críticas injustas de algunos envidiosos, Jesús la defiende también fuertemente: “¿Por qué molestan a esta mujer? Lo que ha hecho conmigo es realmente una buena obra. Dondequiera que se proclame el Evangelio, en todo el mundo, se contará también su gesto, y será su gloria.”

 Jesús es tan delicado con las mujeres que, incluso ensangrentado y lleno de dolor, camino del calvario, les consuela así: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por Mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos”.

¿Qué te dicen estas palabras del Señor sobre las mujeres?