EL PRESIDENTE DONALD TRUMP decidió retirarse del histórico acuerdo de París, que había forjado una alianza histórica de 195 países dispuestos a proteger el planeta contra el cambio climático.
El anuncio de Trump dejó en claro que rompía la alianza porque consideraba que el pacto era “debilitante, desventajoso e injusto para Estados Unidos”. Se abandonaba así la lucha colectiva por contrarrestar uno de los problemas más alarmantes de nuestra generación: el cambio climático mundial.
“Para cumplir mi solemne deber de proteger a Estados Unidos y sus ciudadanos, Estados Unidos se retirará del acuerdo climático de París”, anunció Trump desde los jardines de la Casa Blanca. “Fui elegido para gobernar a Pittsburgh, no a París”.
Irónicamente, el alcalde de Pittsburgh (Pensilvania), Bill Peduto, respondió al comentario de Trump casi de inmediato en su cuenta de Twitter, señalando que “como alcalde de Pittsburgh, puedo asegurar que seguiremos los estatutos del acuerdo de París por nuestro pueblo, nuestra economía y nuestro futuro”.
El ex presidente Barack Obama, quien fue uno de los propulsores principales del acuerdo, fue también uno de los primeros en reaccionar a la decisión de Trump.
“Aunque este gobierno se une a un pequeño puñado de países que rechazan el futuro, confío en que nuestros Estados, empresas y ciudades darán un paso al frente y harán aún más para liderar el camino en la lucha contra el cambio climático”, indicó Obama en un comunicado.
Por su parte, el director de la Agencia de Protección Ambiental, Scott Pruitt, dijo en conferencia de prensa desde la Casablanca que la decisión de Trump había sido “valiente”, y añadió que “no hay razón para que pidamos disculpas como país”. Pruitt no respondió a la insistente pregunta de la prensa en cuanto a si Trump creía o no en el cambio climático como un fenómeno comprobado científicamente.
Trump aseguró que su decisión fue basada en sus promesas de campaña de proteger a los trabajadores de la industria del carbón y de hacer a América grande otra vez. Pero muchos de los grandes empresarios que figuraban en la lista de asesores de Trump, aseguraron que no están de acuerdo con la decisión del presidente ya que traerá consecuencias contraproducentes para todos. El multimillonario creador de Tesla y SpaceX, Elon Musk, anunció su salida de los dos comités en los que actuaba como asesor para Trump. “Abandono los consejos presidenciales. El cambio climático es real.
Dejar el acuerdo de París no es bueno ni para América ni para el mundo”.
Asimismo reaccionó el presidente de Microsoft, Brad Smith. “Estamos decepcionados con la decisión de abandonar el acuerdo de París. Microsoft mantiene su compromiso de hacer lo que esté en nuestro alcance para lograr sus objetivos”.
El gobernador de California, Jerry Brown, dijo que la decisión es “mala tanto en aspectos económicos como ambientales”, y advirtió que California y otros estados se mantendrán a favor del medio ambiente.
Hay quienes también opinan que esta movida de Trump es otra maniobra estratégica por deshacer los tratados y logros emblemáticos de la administración Obama en pro del medio ambiente. “Estas acciones son un asalto a los valores estadounidenses y ponen en peligro la salud, la seguridad y la prosperidad de todos los estadounidenses”, dijo Tom Steyer, presidente de NexGen Climate, en un comunicado. “Trump está destruyendo deliberadamente programas que crean puestos de trabajo y garantías que protegen nuestro aire y agua, todo en aras de permitir que los contaminadores corporativos se beneficien a nuestra costa”.
Fueron varios los legisladores republicanos que trataron de convencer a Trump de mantener a Estados Unidos en el acuerdo, advirtiendo que retirarse del mismo podría traer consecuencias irreparables para el país más poderoso del mundo. Ante el anuncio del presidente, señalaron que esta movida va a “debilitar el liderazgo estadounidense en el mundo”.
“Esto será interpretado como una declaración de que el cambio climático no es un problema, que no es real. Será malo para el partido y para el país”, advirtió el republicano de Georgia, Lindsey Graham.
El retiro del acuerdo deja a Estados Unidos en compañía de Siria y Nicaragua como los únicos países que no forman parte del pacto mundial de reducción de emisiones de carbono que se firmó en diciembre de 2015.