En el lenguaje común, cuando hablamos de mujeres, al menos en el italiano, se incluyen en la categoría de “sexo gentil” como para indicar matices, que más allá de la dulzura y hospitalidad, pueden señalar debilidad, sumisión y pasividad. Pero ¿estamos seguros que realmente sea así?
Si pusiéramos a buscar los grandes nombres de la historia, a menudo y de buena gana, para no decir siempre, encontraríamos hombres. Sin embargo, todos conocemos el famoso dicho que reza “detrás de todo gran hombre, siempre hay una gran mujer” y que encierra una profunda verdad. Si la estructura del hombre muestra fuerza física, resistencia y coraje, la de la mujer se abre a una complementariedad fundamental de aceptación, protección, perseverancia.
Encontramos un ejemplo plástico en una figura muy hermosa y poco conocida de la Sagrada Escritura. En un momento en que el pueblo judío experimentaba una persecución injusta (la historia no siempre es maestra de la vida …), del pueblo surge una hermosa mujer que había capturado el corazón del Rey: Esther. Dios cambiará el destino del pueblo oprimido precisamente a través de la mediación de una mujer. Una mujer que no queda atrapada en el egoísmo, sino que se entrega de todo corazón por su pueblo.
Sí, cada mujer tiene en sí misma este anhelo de entrega total, sin ahorrar energía, sin prestar atención a los gastos. Recordemos que Esther no corría peligro, estaba bien en el palacio, a salvo de la persecución, pero ese bienestar no significaba nada de frente al dolor de los suyos.
Ahora bien, incluso en nuestra realidad, ¡cuántas mujeres, como Esther, todavía viven en la frontera, escondidas, sin ser recordadas por nadie y sin la necesidad de que alguien lo haga! ¡En total gratuidad y por amor a la humanidad, continúan dando vida, generando vida, protegiendo la vida en muchas formas diferentes! Con motivo del Día de la Mujer, es bueno que todos recuerden el rostro también rosa de nuestra historia … Feliz día de la mujer!