BOISE, IDAHO—. Un sacerdote retirado de Idaho, fue desalojado de su hogar por la diócesis de Boise, mientras espera un juicio por posesión de pornografía infantil, pero la Diócesis de Boise no perdió tiempo para que un exorcista, junto con un equipo de oración de diez personas, rezara por su antigua casa, para luego venderla.
El padre Thomas Faucher fue acusado en febrero de un total de 24 delitos, incluidos 21 cargos de explotación sexual grave de un menor, 1 cargo criminal por posesión de una sustancia controlada (LSD) y dos cargos por delito menor de posesión de una sustancia controlada (marihuana y éxtasis).
El sacerdote había comentado en chats online sobre el “viaje emprendido en el camino de descenso hacia Satanás” y su deseo de herir a otros antes del final de su vida, según los fiscales.
“Sí, quiero hacer algo realmente malo antes de morir”, reveló la fiscal Kassandra Slaven había escrito el clérigo en alguno de sus mensajes, así como: “‘La idea de matar a alguien comienza a emocionarme”, dijo el canal local KTVB-7.
Faucher, de 72 años, espera juicio luego de que un juez estableciera su fianza en $ 1 millón de dólares.
Mientras tanto, la diócesis ha vendido la casa de dos dormitorios y dos baños por alrededor de $ 250,000 después de darle una completa limpieza espiritual. Faucher vivió en la vivienda durante 15 años y recibió una notificación de desalojo una semana después de que se emitieron los cargos contra él.
En una entrevista con el periódico Idaho Statesman, el padre John Worster dijo que la propiedad era “inmunda” y agregó que era necesario mejorar las condiciones físicas y espirituales del lugar antes de ponerlo en el mercado.
Mons. Peter Christensen, obispo de Boise, aprobó tanto el exorcismo como la venta de la propiedad.
Según el Catecismo de la Iglesia Católica, “Cuando la Iglesia pide pública y autoritariamente en el nombre de Jesucristo que una persona u objeto sea protegido contra el poder del Maligno y retirado de su dominio, se lo llama exorcismo”.
El rito, que no es un sacramento, puede ser realizado por cualquier sacerdote ordenado, pero requiere el permiso de un obispo.
Luego del arresto de Faucher, la diócesis emitió una declaración describiendo las acusaciones contra el sacerdote como “profundamente perturbadoras”.
“Si estas acusaciones son verdaderas y se confirman en los tribunales, son una traición a la confianza que depositamos en todos los ministros como el Padre Faucher. Cualquiera que se aproveche o explote a los niños para su propia satisfacción está haciendo algo absolutamente inadecuado. No hay excusas para tal comportamiento por parte de ninguno de nuestros clérigos “, dijo Mons. Christensen.