Es aún de mañana, una mañana distinta en toda Italia, hay un movimiento especial de personas y automóviles como no se veía desde hace más de dos meses. La mañana es cálida, pero con algunas gotas que caen del cielo como lágrimas que resbalan por nuestro rostro cuando sentimos explotar de alegría. Es un dia especial. Comienza el reencuentro.
La semana pasada el gobierno ha dado paso a la Fase 2 de la cuarentena permitiendo que se abrieran los negocios, la libre circulación dentro de la región donde cada uno se encuentra y desde hoy, también los fieles pueden retornar a las Iglesias para recibir la Eucaristía.
En los días pasados el Ejército Italiano ha sido el encargado de hacer una profunda desinfección de los templos, los sacerdotes con sus colaboradores han diseñado afiches y videos explicando a los fieles las nuevas normas de convivencia: El barbijo, higienizarse las manos con alcohol, conservar un metro de distancia unos de otros, entre otras tantas recomendaciones.
El Papa Francisco muy temprano se preparaba para celebrar la ultima misa televisada en directo (de las que se venían haciendo a diario por la imposibilidad de los fieles de asistir a la Iglesia), pero esta vez no iba a ser en la casa de Santa Marta, sino en la Basílica de San Pedro, donde ya un grupo de personas se encontraba esperándolo. Francisco decidió celebrar esta Misa en el altar donde se encuentra el cuerpo del Santo Papa Juan Pablo II, hoy es su cumpleaños numero 100, y la reapertura de las Misas a los fieles se presenta como una gracia que él nos regala desde el cielo, por eso el Papa quería también agradecer su intercesión para que finalmente todos volvamos a encontrarnos en torno a Jesús para recibir su Cuerpo sacramentado.
Entre los concelebrantes están el Cardenal Angelo Comastri, Vicario General del Papa para la Ciudad del Vaticano y Arcipreste de la Basílica Vaticana, el Cardenal polaco Konrad Krajewski, Limosnero Apostólico, Monseñor Piero Marini, 18 años maestro de las celebraciones litúrgicas durante el pontificado de san Juan Pablo II, y el Arzobispo polaco Jan Romeo Pawłowski, jefe de la Tercera Sección de la Secretaría de Estado.
- Relacionada: Realmente hemos sido puestos a prueba.
En la predicación, el Santo Padre recalcó que san Juan Pablo II era un hombre de Dios porque rezaba mucho: mucho tiempo de oración. Sabía que la primera tarea del obispo era rezar. El segundo rasgo: era un hombre cercano a la gente y recorrió el mundo buscando a su gente. Y la cercanía es uno de los rasgos de Dios: Dios está cerca de la gente. Una cercanía que se hace fuerte en Jesús. Un pastor está cerca de la gente, de lo contrario es sólo un administrador. Juan Pablo II nos dio el ejemplo de esta cercanía: a los grandes y a los pequeños, a los cercanos y a los lejanos… También era un hombre que tenía amor por la justicia . Fue un hombre que quería justicia, justicia social, justicia de los pueblos, justicia que aleja las guerras. Pero la justicia completa! Es por eso que San Juan Pablo II fue el hombre de la misericordia porque la justicia y la misericordia van juntas, no se pueden distinguir, están juntas: la justicia es justicia, la misericordia es misericordia, pero una sin la otra no se puede encontrar. Y hablando del hombre de justicia y misericordia, pensamos en lo que hizo San Juan Pablo II para que la gente entendiera la misericordia de Dios. Pensamos en cómo llevó a cabo la devoción a Santa Faustina.
Finalmente Francisco también anunció que a partir de hoy la memoria litúrgica de Santa Faustina Kowalska serà obligatoria en toda la Iglesia Universal.
Sin dudas el Pontífice argentino, esta convencido que todos hemos aprendido una lección durante este tiempo de aislamiento: Somos nada sin Dios, somos poco sin los otros, sin la Eucaristía la Iglesia agoniza… y hoy, en esta mañana especial de la primavera romana ha querido unirse al canto de María y de los Santos “Cantaré eternamente, las misericordias del Señor”.