Nuestra diócesis

Fiesta de San Juan Pablo II en el Santo Niño Jesús

Solemne y multitudinaria fue la celebración de la fiesta de San Juan Pablo II el pasado 22 de octubre en la parroquia del Santo Niño Jesús en Richmond Hill, Queens, en el marco del inicio del Año de las Vocaciones.

Antes de la eucaristía George Sim Johnston ofreció un breve conversatorio sobre la vida de Karol Wojtyla, quien se convirtiera en el sucesor número 263 del Apóstol Pedro y que comenzó su ministerio papal el 22 de octubre de 1978. Johnston es un escritor residente en Nueva York, graduado en Arte y Literatura de la Universidad de Harvard que ha publicado artículos en reconocidos medios como Wall Street Journal, Harper’s Magazine, Harvard Business Review y National Catholic Register, entre otros.

Monseñor Witold Mroziewski, obispo auxiliar de Brooklyn y de nacionalidad polaca, fue el celebrante principal. Junto a él concelebraron el padre Christopher Heanue, administrador y vicario parroquial, y el padre Osmín Vargas, vicario parroquial.

Estatua Juan Pablo II

La misa contó con una numerosa participación de fieles, quienes resultaron gratamente sorprendidos luego de que se develara la nueva estatua de bronce de San Juan Pablo II, que fuera donada por un feligrés anónimo.

 

En su homilía monseñor Witold Mroziewski recordó aquel miércoles 13 de mayo de 1981 cuando Juan Pablo II sufrió un atentado mientras celebraba con miles de fieles católicos la fiesta de la Virgen de Fátima en la Plaza de San Pedro. Resultó herido de bala, cumpliéndose la revelación hecha por Nuestra Señora a los pastorcitos videntes de Fátima 64 años atrás.

“El Santo Padre creía fervientemente que él le debía a la Virgen de Fátima el hecho de haber sobrevivido y para agradecerle por su milagrosa recuperación peregrinó a su santuario en Fátima para ofrecerle a ella la bala que había atravesado su cuerpo”, dijo monseñor Mroziewski. “La bala casó perfectamente en un espacio vacío de la corona de la imagen de la Santísima Virgen aunque fue hecha en 1942. ¡Fue un sorprendente descubrimiento!”, destacó el prelado.

Uno de los momentos más emotivos de la celebración de esta fiesta ocurrió al final de la Santa Misa, cuando monseñor Octavio Cisneros, obispo auxiliar de Brooklyn y párroco de la parroquia Santo Niño Jesús agradeció públicamente a monseñor Witold Mroziewski su apoyo y continua compañía en aquellos 50 días de hospitalización en Polonia, adonde había viajado para la Jornada Mundial de la Juventud en Polonia a mediados del año pasado.

Encuentros como la Jornada Mundial de la Juventud y el Encuentro Mundial de las Familias, surgieron gracias a la iniciativa de Juan Pablo II. En su pontificado defendió los derechos humanos así como las libertades políticas y religiosas, promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica e influyó en profundas transformaciones políticas que cambiaron el rumbo de la historia mundial como el fin del comunismo en Europa del Este.

“Su mensaje de misericordia y devoción a la Santísima Virgen María fue muy claro. Juan Pablo II nos mostró la habilidad de valorar a todos, no solo a aquellos que creen en Cristo sino a todos alrededor del mundo, a aquellos con fe y devociones diferentes”, dijo monseñor Witold Mroziewski a Nuestra Voz al concluir la eucaristía.