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Agencias católicas listas para oleada de migrantes en la frontera mexicana

Dos organizaciones católicas en el sur de Texas están preparadas para brindar ayuda humanitaria a unos 400 emigrantes diarios, y esperan que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. libere a más inmigrantes la próxima semana.

“Luego de asistir a algunas reuniones con otras organizaciones, así como con agencias gubernamentales, nos están informando y pidiendo que nos preparemos por que las familias serán liberadas”, dijo Rebecca Solloa, directora ejecutiva de Caridades Católicas en la Diócesis de Laredo, a Nuestra Voz.

Aunque no puede precisar la fecha exacta en la que el gobierno liberará a más familias, dijo que planean estar listos para ayudar a 100 migrantes por día y que están acondicionados con instalaciones principalmente al aire libre y tomando precauciones por el COVID-19.

La hna. Norma Pimentel, directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande, aseguró que están listos para brindar servicios similares a 300 inmigrantes diarios.

Siendo el campamento más grande en toda la frontera desde el sur de Texas hasta California, la hna. Norma dijo que en tiempos sin pandemia, la capacidad es de 1,200 personas. “Muy pronto tendremos más información”, dijo la hna. Norma. “Según he entendido todo será gestionado de manera muy controlada”.

La Casa Blanca no ha anunciado aún un plan que permita a los solicitantes de asilo ingresar al territorio nacional.

A mediado de Febrero, la secretaria de prensa, Jen Psaki, desalentó a los migrantes que intentan entrar al país. “Debido a la pandemia y al hecho de que esta administración no ha tenido tiempo de implementar un proceso integral y humano para procesar a las personas que están llegando a la frontera, recomendamos que este no es el momento de venir”, dijo.

En entrevista con Nuestra Voz, la hna. Norma señaló que la Patrulla Fronteriza les ha enviado entre 50 y 100 personas por día, en su mayoría familias, durante las últimas semanas, ya que los informes indican que las instalaciones de detención en la frontera sur de Texas han comenzado a alcanzar la capacidad de seguridad recomendada por el COVID-19.

Varios factores han provocado la acumulación de personas en la parte sur de la frontera.

La hermana Norma atribuye este auge a una ley que ahora se aplica en Tamaulipas —el estado más al noreste del territorio mexicano que se extiende a lo largo de la parte suroeste de la frontera entre EE.UU. y México— que no permite que los niños menores de siete años regresen al país. Otros atribuyen parte de la afluencia a los desastres naturales en Centroamérica y la agitación en Haití.

A lo que se suma los migrantes previamente detenidos bajo la política de “Permanecer en México” (Remain in Mexico) de la administración Trump, que mantenía a los solicitantes de asilo en territorio mexicano mientras un juez consideraba su solicitud.

La Administración Biden anunció que no agregará personas al programa, pero no ha anunciado cómo resolverá los casos pendientes.

Rebecca también señala que la ruta hacia la parte sur de la frontera entre Texas y México es la más utilizada, por lo que no se ha visto la misma afluencia en otros lugares.

“La ruta es más segura. No es tan peligrosa. Probablemente sea la de menos presencia de cárteles o de menos violencia contra los inmigrantes”, dijo Rebecca. “Además, probablemente cruzando el río (Río Grande), yendo más al sur… el río no es tan profundo como para poder atravesarlo”.

Tanto en las Caridades Católicas del Valle del Río Grande como en la Diócesis de Laredo, los migrantes suelen estar unas horas antes de continuar su viaje. Se les da comida, una ducha, una muda de ropa (si es necesario), comunicación con la familia, orientación sobre sus próximos pasos y otros servicios humanitarios, afirman Rebecca y la hna. Norma.

“La gente está desesperada. Han estado aguardando durante mucho tiempo y ahora, si pueden ir, lo harán”, dijo Rebecca. “Saben que está muy cerca y, por tanto, si empiezan a llegar en masa será abrumador”.

Por su parte, la hna. Norma tiene plena confianza en que “el proceso se seguirá con mucha precaución, orden y seguridad para todos. No creo que liberen a mucha gente de golpe, de manera que las instalaciones de procesamiento queden abarrotadas”.

Mons. Mark Seitz, obispo de El Paso, dijo que no están viendo ningún aumento dramático en los cruces de migrantes en su ciudad, pero esperan que suceda pronto, ya que la Administración Biden intenta encontrar formas de abrir las puertas nuevamente de una manera segura y ordenada.

“Estamos tratando de prepararnos para estar listos y hacer lo que sea necesario para asegurar a las diferentes autoridades que podemos recibirlos de manera segura cuando se les permita cruzar”, dijo.