Columna del Obispo

Hispanos: nuevo rostro y energía para nuestra Diócesis

QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS EN CRISTO:

Durante varios años, el período comprendido entre mediados de septiembre y mediados de octubre ha sido nombrado Mes Nacional de la Herencia Hispana. En la Diócesis de Brooklyn y Queens, reconocemos la historia emprendedora y diversa que la población hispana ha aportado a esta comunidad de inmigrantes. Recientemente, en su mayor parte, esa inmigración hispana, le ha dado a nuestra diócesis un nuevo rostro y una nueva energía. A nivel nacional, 55 millones de habitantes o alrededor del 17 por ciento de la población estadounidense, son de origen hispano o latino, como algunos prefieren decir. Más de dos tercios de estas personas se siguen considerando católicos y han sido bautizados en la Iglesia. Hoy, el desafío para la Iglesia es ocuparse de este nuevo grupo minoritario, que pronto se convertirá en mayoría, de católicos en los Estados Unidos.

¿Cómo podemos estar seguros de que estas personas sigan siendo católicos romanos? ¿Cómo podemos servir a estas personas para que no abandonen la fe de sus antepasados, y encuentren en ella una nueva vitalidad y una razón para practicar la fe cristiana?

Mons. Nicholas DiMarzio durante la reunión de los grupos de trabajo del V Encuentro regional en Albany, Nueva York. (Foto: Joaquín Badajoz)

El V Encuentro, una reunión nacional de la Iglesia para tratar la presencia hispana, se llevó a cabo en el otoño de 2015. En septiembre de 2018, el V Encuentro llegó a su término. Este proceso de planificación que comenzó a nivel diocesano, regional y nacional, representó un enorme impulso para la preparación del ministerio a los católicos de habla hispana y sus descendientes en los Estados Unidos. Que este importante proceso de planificación se haya celebrado, es un homenaje a la fidelidad de nuestros católicos de herencia hispana y un reconocimiento de parte de la Iglesia a su presencia.

En 2018, en nuestra propia diócesis, el Encuentro Diocesano tuvo lugar en la Universidad de St. John. El Encuentro Regional se celebró varios meses después en Albany, y el Encuentro Nacional en Dallas, al que asistieron 30 representantes diocesanos. Bajo el liderazgo del obispo Octavio Cisneros y nuestro equipo conformado por tres laicas y tres diáconos, nuestra diócesis ha sido una parte vital de este proceso de planificación. La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) publicará un borrador final del documento de planificación; y un equipo nacional capacitará a equipos diocesanos sobre la aplicación de las propuestas.

Ciertas prioridades han surgido de este proceso de planificación. Primero, que el fuerte apego de los hispanos a la familia es sin duda una forma de preservar la estructura familiar, como dijo San Juan Pablo II: “El camino de la familia es el camino de la Iglesia”. Necesitamos promover la unidad familiar y la práctica de la fe en familia.

En segundo lugar, las iniciativas juveniles realmente son importantes para el futuro. En la Diócesis de Brooklyn, esto coincide con la iniciativa juvenil que ya está en marcha, así como con el tema de la formación en la fe y la evangelización, que es muy evidente en nuestra diócesis de Brooklyn y Queens. Las personas pertenecientes a poblaciones de herencia hispana están bien involucradas.

Claramente, uno de los asuntos de más interés de la agenda hispana es la reforma migratoria. Esto siempre ha sido parte integrante de nuestro propio trabajo para esta población en su mayoría inmigrante.

Finalmente, la formación de liderazgo es muy importante ya que el futuro de la Iglesia en los Estados Unidos dependerá de la formación del futuro liderazgo hispano.

Además, durante los últimos cuatro años, 78 parroquias de la diócesis han participado en “LEVÁNTATE. Unámonos en Cristo” de RENEW International, un modelo probado para pequeños grupos que comparten la fe. Más de 4,600 personas participaron en estos grupos cada año. La mayoría de estos grupos de habla hispana continúan reuniéndose incluso después de completar el programa formal. Además, 40 de nuestras parroquias participan actualmente en “¿Por qué ser católico?” también de RENEW International, que se extenderá durante los próximos tres años. Este proceso analiza los cuatro pilares de la Iglesia Católica: Credo, Oración, Sacramentos y Moral.

Un área de especial preocupación que toca el ministerio juvenil es el área de las vocaciones. Mientras recorro la diócesis en Brooklyn y Queens, las personas de habla hispana me piden constantemente que les envíe un sacerdote “en español”. A veces les digo: “Aquí tienes un sacerdote que habla español”. Pero ellos me responden: “No, queremos un sacerdote de los de nosotros”, lo que significa que quieren un sacerdote de su país de origen o alguien que sea hablante nativo. Siempre les digo que necesitamos que sus hijos y nietos se hagan sacerdotes, para que tengan el liderazgo que están reclamando.

Este es un tema difícil ya que la experiencia de nuestros otros grupos étnicos ha demostrado que la primera y segunda generación de inmigrantes no producen las vocaciones que por lo general uno esperaría. Ha habido excepciones en el pasado; sin embargo, normalmente es solo la tercera generación la que produce vocaciones suficientes para atender las necesidades de un grupo étnico o lingüístico en particular. Pero necesitamos hacer historia y no mirar hacia atrás en la historia. Nuestros esfuerzos para inspirar vocaciones entre nuestros jóvenes hispanohablantes o de ascendencia latina deben aumentar, ya que, desafortunadamente, están poco representados en nuestro propio presbiterio.

Sin embargo, hay signos de esperanza. Puedo mencionar al movimiento “Jornadas de Vida Cristiana” como un ejemplo de esos grandes motivos para tener esperanza. Ellos son hijos de muchos que han hecho los “Cursillos de Cristiandad”. Este es un movimiento eclesial apostólico fundado en Mallorca, España, por un grupo de laicos en el año 1944, mientras perfeccionaban un método para entrenar a los líderes cristianos de peregrinación. Jornada es un Movimiento Católico de Jóvenes Latinos y Jóvenes Adultos, cuya misión es llevar el mensaje de Jesucristo a los jóvenes de la ciudad de Nueva York. Es muy útil para los jóvenes preservar su fe e inspirar vocaciones de servicio y, con suerte, vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa. Necesitamos desafiar a nuestros jóvenes hispanos a asumir el liderazgo en la Iglesia.

Aprovecho esta oportunidad para agradecer a todos nuestros feligreses de habla hispana por su fidelidad a la misión evangelizadora de la Iglesia. La abrumadora respuesta al llamado al liderazgo catequético ha resonado en la comunidad de habla hispana. Estamos realmente agradecidos por esto.

Los fieles de herencia hispana en nuestra Diócesis de Brooklyn y Queens han remado mar adentro, y celebran su herencia durante los meses de septiembre y octubre. Mientras ellos lo celebran, nosotros oramos con y por ellos, para que asuman la tarea de liderazgo tan valioso para el futuro de nuestra Iglesia en los Estados Unidos.