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Iglesia de Bay Ridge optó por “autoconfesionario”

¿Has escuchado hablar de los “autocines”? Pero, ¿qué hay de las “autoconfesiones”?

La Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, en Bay Ridge, puso en práctica innovadoras ideas para satisfacer las necesidades pastorales de sus feligreses durante el período más estricto de la cuarentena del coronavirus.

Los sábados, el estacionamiento de la iglesia se conviertió en un Confesionario gigante a donde los católicos podían ir, confesar sus pecados a un sacerdote y aligerar su carga… todo al aire libre.

En el amplio estacionamiento de la iglesia, ubicado cerca de la Tercera Avenida, entre las calles 73 y 74, a la vuelta de la esquina de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, se  instalaron dos carpas y, durante varias horas (sesiones por la mañana y por la tarde), dos sacerdotes escucharon confesiones y ofrecieron la absolución. La iglesia instaló carpas a una distancia prudencial una de otra, para garantizar la privacidad de cada feligrés que se está confesando con el sacerdote.

“Es maravilloso contar con esta opción”, dijo Olga Paltaleon a Nuestra Voz, mientras esperaba para entrar al estacionamiento durante la sesión de la tarde del 30 de mayo. “El cierre de las iglesias fue muy doloroso para mí, y no poder venirme a confesar. Estamos realmente agradecidos con los sacerdotes por hacer esto por nosotros”.

“Nosotros también les estamos agradecidos a los feligreses”, dijo el padre Jason Espinal, vicario parroquial de la iglesia.

Según el padre Espinal, la idea de hacer las confesiones en el estacionamiento se les ocurrió a los sacerdotes de Nuestra Señora de los Ángeles durante una cena.

“Después de que las iglesias cerraron sus puertas en marzo, tuvimos una conversación mientras cenábamos, sobre lo extraño que se sentía tener nuestro calendario vacío. Vimos que algunos otros estados que habían cerrado sus iglesias antes que nosotros estaban haciendo confesiones en automóvil”, dijo el padre Espinal. “Nos dimos cuenta de que teníamos espacio en el estacionamiento y pensamos: ‘¿Por qué no lo preparamos para hacer confesiones?’. Realmente fue algo tan simple como eso”.

Según el padre Jason Espinal, vicario parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles, en Bay Ridge, la idea de hacer las confesiones en el estacionamiento se les ocurrió a los sacerdotes durante una cena. (Ed Wilkinson)

La idea fue un éxito y, en poco tiempo, comenzaron a llegar católicos del Bronx, Manhattan y Maspeth para participar junto a los feligreses de Nuestra Señora de los Ángeles. Monseñor Kevin Noone, párroco de la iglesia, declaró a Currents News que la confesión siempre ha sido una parte fundamental de la vida de sus feligreses: “Es un sacramento muy apreciado en esta parroquia”.

Hasta cierto punto, las confesiones en el estacionamiento resultan atractivas para los católicos que se sienten intimidados ante la idea de entrar a un confesionario en la iglesia, explicó el padre Espinal.

“Además, hemos recibido a muchas personas que no se han confesado en muchos años. Se siente muy bien saber que estás llegando a la gente”, dijo.

Las confesiones en el estacionamiento, que comenzaron en el mes de marzo, demostraron ser tan populares que la iglesia tuvo que recesar durante dos semanas para que la multitud se disipara. “La pandemia ha hecho que muchas personas reflexionen sobre la brevedad de la vida y los haga centrarse en lo que es verdaderamente importante”, dijo el padre Espinal.

Mons. Nicholas DiMarzio, ordenó el cierre de las iglesias de la diócesis el 20 de marzo como medida de precaución contra la propagación del coronavirus. El 22 de mayo, anunció que podrían reabrir, pero solo para la oración personal, confesión y algunos eventos con la asistencia limitada de 10 personas o menos, y el 19 de junio anunció la reanudación de las misas públicas diarias el lunes 29 de junio. Las misas dominicales comienzan con la misa de vigilia del sábado 4 de julio de 2020 y el domingo 5 de julio de 2020, siguiendo estrictos protocolos de seguridad por el COVID-19.