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Jesuitas estadounidenses publican lista de 50 sacerdotes acusados de abuso sexual

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NUEVA YORK (Inés San Martin y Christopher White, Crux)—. Cumpliendo con la promesa de dar a conocer los nombres de todos los jesuitas con base en los Estados Unidos acusados creíblemente de abuso, la Provincia Noreste publicó una lista este martes, convirtiéndose en la última de las provincias de la Compañía de Jesús en hacerlo.

En total, fueron revelados 50 nombres de sacerdotes, de los cuales solo 15 están vivos. Ninguno de los acusados es de origen hispano.

La Provincia Noreste se formó en 2014 e incluye los estados de Maine, New Hampshire, Vermont, Massachusetts, Rhode Island, Connecticut, Nueva York y el norte de Nueva Jersey.

Delegados jesuitas en la misa de apertura de la congregación general de la Compañía de Jesús para elegir nuevo Superior General en la Iglesia del Gesu, en Roma, el 3 de octubre de 2016. (CNS / Itua Egbor, S.J.)

En diciembre, la provincia de los jesuitas del medio oeste dio a conocer los nombres de 65 sacerdotes con “acusaciones probadas” que se remontan a 1955. La provincia de Maryland, que se extiende desde el sur de Nueva Jersey hasta Atlanta, también publicó los nombres de 14 sacerdotes con acusaciones creíbles en diciembre, al igual que las provincias del oeste, central y sur de la orden.

En la actualidad existen más de 16,000 jesuitas en todo el mundo, siendo el más famoso el Papa Francisco. Los sacerdotes de ordenes religiosas constituyen un tercio de todos los sacerdotes en los Estados Unidos y los jesuitas son el grupo más grande, con más de 2,600 sacerdotes, hermanos y escolásticos.

A lo largo de los Estados Unidos, varias diócesis y órdenes religiosas continúan divulgando la lista de sacerdotes y religiosos que enfrentan acusaciones creíbles de abuso sexual de menores, un proceso impulsado por la publicación en agosto de un informe del gran jurado de Pensilvania que describió siete décadas de abuso clerical en las seis diócesis católicas del estado.

La lista publicada este martes incluye el nombre de un famoso erudito jesuita establecido en Roma durante décadas, el Padre Keith Pecklers, quien se enfrentó a una acusación en 2008 que se consideró creíble. Como consecuencia se le restringió del ministerio, lo que significaba que no debía tener acceso a los niños, pero aún trabajaba en la formación de seminaristas.

El padre Arturo Sosa Abascal, Superior General de los jesuitas, el papa Francisco, y el padre Orlando Torres, secretario de la 36ª congregación general de los jesuitas, posan junto a otros hermanos en Roma el 24 de octubre de 2016. (CNS/ Itua Egbor, S.J.)

En 2010, se hizo público que dos años antes la diócesis de Jersey City había pagado un acuerdo legal a un hombre que alegaba haber sido abusado sexualmente por el p. Pecklers y un diácono cuando era un adolescente que asistía a la iglesia local de San Pablo.

Pecklers tenía 17 años cuando se reportó el abuso y, en 2010, al comentar sobre las acusaciones, dijo: “Yo era un estudiante, también menor de edad, por lo que sería imposible ser acusado de ese tipo de cosas. Tenía 17 años, así que no hay nada más que hablar sobre eso”.

A pesar del acuerdo, el p. Pecklers siguió siendo un destacado académico, contribuyó o editó varios libros, y es un comentarista frecuente en los asuntos del Vaticano, incluidos los escándalos de abuso sexual, para los medios de comunicación estadounidenses.

La mayoría de los nombres revelados el martes ya eran conocidos, y algunos incluso aparecieron en Spotlight, la película ganadora de un premio Oscar, basada en la investigación sobre el abuso sexual clerical realizada por el Boston Globe.

La lista también incluye nombres de personas que prestaron servicios en varias instituciones jesuitas destacadas, entre ellas Boston College High School, Regis High School, Fordham University, Loyola University y la revista America.

A pesar de la avalancha de listas recientes de sacerdotes acusados, muchos han argumentado que la publicación de la lista de nombres de sacerdotes que han sido acusados de abuso sexual de manera creíble puede ser perjudicial e incluso injusta para aquellos que reciben un juicio póstumo sin derecho a defenderse. En el último año, muchas diócesis, instituciones y órdenes católicas han considerado que es preferible divulgar la lista de nombres voluntariamente en lugar de a través de investigaciones estatales o federales.

La lista incluye los nombres de todos los jesuitas de la provincia acusados creíblemente de haber abusado sexualmente de un menor de edad desde 1950, pero es importante tener en cuenta que ser “acusado de manera creíble” e incluso que exista un acuerdo financiero con el demandante no necesariamente significa que fueron culpables.

Algunos de los nombrados son miembros vivos, fallecidos o exjesuitas que enfrentaron alegaciones creíbles. Algunos han sido removidos del sacerdocio, otros han sido restringidos en su ministerio o se les ha prohibido terminantemente, y algunos han sido enviados a prisión.

Según una declaración publicada con la lista, una acusación se considera “creíble” si después de la investigación la suma de evidencias indica que es más probable que la denuncia sea cierta que falsa.

“La credibilidad de una acusación también puede establecerse por convicción en un tribunal o por la admisión de la verdad de la acusación por el jesuita”, dice la declaración. “Muchos jesuitas en esta lista no han sido declarados culpables de un delito ni responsables de ningún reclamo civil. Muchas acusaciones se hicieron décadas después del presunto abuso y, a menudo, después de que el acusado hubiera muerto”.

“Los jesuitas con denuncias actualmente bajo investigación no están incluidos en esta lista”, aclara la declaración.

En una homilía el domingo, el padre James Martin, presumiblemente el sacerdote jesuita más conocido de los Estados Unidos, dijo: “Dar a conocer los nombres es lo correcto y moral que deben hacer las diócesis y las órdenes religiosas —y de hecho la iglesia en general. Me alegro de que los jesuitas de Estados Unidos hayan hecho esto”.

El padre jesuita James Martin, popular escritor y editor de América, la revista nacional de los jesuitas, celebró esta decisión de la Compañía de Jesús. En la foto en la presentación de uno de sus libros durante el World Meeting of Families en Dublin, Irlanda, el pasado 23 de agosto. (CNS photo/Gina Christian))

“Esta es una parte esencial del proceso de confesión y reconciliación que debe suceder en nuestra iglesia. Si pensamos en esto en términos de confesión, antes de que puedas ser perdonado, necesitas confesar tus pecados completamente”, dijo. “Y debe hacerse de manera voluntaria, no porque hayas sido forzado a hacerlo. Uno no confiesa sus pecados porque lo obliguen a hacerlo”.

En agosto del año pasado, el Superior General de los jesuitas, el sacerdote venezolano Arturo Sosa, publicó una carta en la que pedía a todos los jesuitas que compartieran el sufrimiento de las víctimas de abusos y ayudaran a fomentar una cultura de protección.

“Le pedimos al Señor que nos acompañe en un proceso real de conversión personal e institucional”, escribió en ese momento. “Le pedimos que nos ayude a no flaquear en nuestros esfuerzos para promover una nueva cultura de vida en la que todos los seres humanos encuentren protección, justicia y dignidad”.

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Christopher White es corresponsal nacional de Crux y The Tablet. Tiene una Maestría en Ética y Sociedad de la Universidad de Fordham y un B.A. en Política, Filosofía y Economía de The King’s College. Es exdirector de Catholic Voices USA y sus artículos han aparecido en The Wall Street Journal, USA Today, Washington Post, Philadelphia Inquirer, Forbes, New York Daily News, International Business Times, The American Interest, First Things y Human Life Review, entre muchas otras publicaciones impresas y en línea. Síguelo en Twitter en @ CWWhite212

 

Inés San Martín es una periodista argentina, jefa del Buró de Noticias de Crux en Roma. Antes de unirse a Crux, Inés fue mánager de redes, directora de contenido y diseñadora gráfica de Contá con Nosotros, y trabajó como reportera y editora de Valores Religiosos en Buenos Aires. También dirigió la oficina de prensa internacional para la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro en 2013. Inés es licenciada en comunicaciones sociales y periodismo por la Universidad Austral en Buenos Aires y la Universidad de Navarra en Pamplona, España.